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Jueves, 18 de abril de 2024

Diferencia entre revisiones de «Apostolado de la Piedad Popular: Triduo al Niño Rey de los corazones»

De Enciclopedia Católica

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'''Compuesto por un sacerdote devoto de la Imagen'''
 
'''Compuesto por un sacerdote devoto de la Imagen'''
  

Última revisión de 12:15 28 oct 2022

Ca7bde8b662a0dc72cc72e12d1b53a08.jpg
Sagrado Corazón de Jesús de Niño.jpg

Compuesto por un sacerdote devoto de la Imagen

Con aprobación de la Autoridad Eclesiástica

Santander

Acto de contrición

Rey excelso y soberano de los cielos y tierra, que por mi amor quisisteis aparecer en forma de tierno niño, para conquistar mi corazón y unirlo a ti con el más dulce vínculo, hoy vengo a tus plantas a llorar mi falta de correspondencia a tan grande merced, diciéndote con el corazón penetrado del más vivo dolor, que he pecado contra el cielo y contra ti, haciéndome indigno de ser llamado hijo tuyo. Asísteme con tu gracia, para que forme la firme resolución de nunca ofenderte y siempre amarte hasta el punto de preferir la muerte antes que pecar. Piedad, Jesús mío, piedad, Rey amabilísimo de los corazones. Amén.

Día primero

Oración

Niño divino y amabilísimo, ¡Que lengua podrá jamás publicar tus liberalidades para con los hombres! ¡Que corazón podrá agradecer dignamente tus finezas y bendiciones! Grande es mi pena, Niño amoroso, al ver cuánto te debo, y mi pobreza para retribuirte. ¿Qué quieres, oh buen Jesús, que yo te dé? ¿Quieres aceptar mi corazón con todos sus afectos? Tómalo, pues. Pero esto es muy poco todavía, y así yo convido a todos los Ángeles y bienaventurados del cielo y a todos los justos de la tierra a que te bendigan conmigo y te rindan las gracias que yo no puedo darte. ¡Ojalá que tu alabanza nunca se aparte de mis labios, ni la gratitud de mi corazón, para que pueda un día amarte y alabarte en el cielo por una eternidad! Amén.

Ahora se rezarán tres credos al Niño Rey de los corazones, diciéndole antes de cada uno de ellos lo siguiente:


Ten, dulce dueño,

Mi corazón,

Y dame en cambio

Tu bendición.

Luego se hará la petición especial.

Oración para todos los días

Jesús bondadosísimo, que continuamente estas intercediendo por nosotros con el Eterno Padre, como abogado el más eficaz, dirige sobre mi tu mirada de clemencia. Mira, bien mío, cuan necesitado estoy de tu amparo y protección. Todos los que te invocan con el título de Niño Rey de los corazones en esa imagen tan encantadora, reciben de ti mercedes sin cuento: pues, Jesús mío, yo también te invoco así con sentimiento de fe y piedad. Escuchad mis súplicas, remedia mis males, enjuga mis lágrimas y sobre todo haz que crezca más y más en tu amor, para que adorándote como a mi amantísimo Rey aquí en la tierra, llegue a ser un día cortesano del cielo. Amén.

Día segundo

Oración

Rey Supremo de los corazones, que, con tan celestial doctrina y admirables ejemplos, nos trazasteis la senda que nos conduce al cielo, concédeme Jesús mío, que yo camine siempre en pos de tus huellas sacrosantas, y me aplique con gran esmero a copiar en mi alma las virtudes de tu Sagrado Corazón. Bienes espirituales son los que han de asegurar mi destino eterno. Busque yo ante todo el reino de Dios, pues así me serán dadas las demás cosas que por vía de añadidura. Busquete yo, Jesús mío, en todas las cosas, para que unido íntimamente a ti en la tierra, logre que estos vínculos se estrechen más y más hasta cantar tu gloria en el cielo. Amén.

Ahora se rezarán tres credos al Niño Rey de los corazones, diciéndole antes de cada uno de ellos lo siguiente:

Corazón recto

Dadme, Señor,

Y haz que en el arda

Tu Santo amor.

Día tercero

Oración

Rey magnánimo y Dios de todo consuelo, si en el tiempo de tu vida mortal sobre la tierra fuiste el bienhechor firmísimo de todos los necesitados que te rodeaban, sanando toda dolencia y derramando finezas por todas partes, yo creo firmemente ¡Oh Niño amantísimo! Que ahora como entonces, estás dispuesto a prodigarnos todo bien, y por eso, lleno de confianza clamo a ti en medio de la tribulación que hoy me aflige, pidiéndote consuelo. ¡Jesús mío! Si es posible, dispénsame beber este cáliz de amargura, pero si conviene que yo lo apure, hágase tu voluntad y no la mía, que yo espero me darás fortaleza para sufrir con mérito y labrar así la corona que he de ceñir por toda una eternidad en el cielo. Amén.

Ahora se rezarán tres credos al Niño Rey de los corazones, diciéndole antes de cada uno de ellos lo siguiente:

Cálmese mi pena

Si es tu voluntad,

Y si no a mi alma

Da conformidad.

Se hace la petición y la oración final, y después esto:


Niño de mi alma,

Lindo sin igual,

Líbranos a todos

De culpa mortal. Amén.


Una Salve a Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús.

Fuente: Apostolado de la Piedad Popular [1]