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Viernes, 29 de marzo de 2024

Diferencia entre revisiones de «Alejandro de Abonoteichos»

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El impostor más celebre del segundo siglo de la era cristiana. Su vida es totalmente descrita por Lucian en su Pseudomantis religiosa, "o Alexander, el Traficante de oráculo." Siendo intelectual, de aspecto agradable y alocución cautivadora, ganó a muchos seguidores, no sólo en su propio país, sino también en diferentes del Imperio romano. Por oráculos hábilmente preparados dispuso almas para un nuevo nacimiento y expuso una enorme serpiente como la encarnación de su nueva divinidad. Su fama se extiende, aproximadamente en el año 150. El edificó en su ciudad natal de Paphlagonia un templo a Esculapius, que fue pronto visitado por muchos desde todas las partes de Grecia e Italia. Las numerosas preguntas hechas del nuevo oráculo fueron contestadas por "el profeta" en predicciones métricas. En su año más próspero se dice que entregó casi 80,000 respuestas, acerca de aflicciones corporales, mentales, y sociales, para cada uno de las cuales recibió un dracma y dos oboli. Grandes funcionarios consultaban sus oráculo, y Roman Rutilianus se casó con la hija del charlatán. La no realización de sus predicciones las explicó plausiblemente, declarando que Pontus estaba lleno de Cristianos e incrédulos que se mofaban de él, y que por consiguiente debía de ser lapidados o su Dios favorecería ya no a la gente. Él estableció nuevos misterios, y durante el día de su inauguración El hizo esta proclamación en su templo: "si un Ateo, un cristiano o Epicuriano se presenta, déjenle retirarse. Y solo pueden quedarse aquellos que adoren a su dios con júbilo." Cuando los objetos de su aversión estaban siendo expulsados, él siguió lanzando un grito: ¡"fuera los Cristianos!" mientras la muchedumbre añadió: ¡fuera los Epicureanos!" La impudicia calculada en ceremonias, y su propia vida privada fue marcada por el libertinaje. Él continuó su degradación durante muchos años antes que el público lo abandonara. Él había predicho que él moriría a los 150 años, transportado de esta esfera de acción a otra por un rayo. Murió a lo 70 años de una enfermedad repugnante, devorado por gusanos. La Pseudomantis religiosa es dedicada por Lucian a Celsus, posiblemente el autor del trabajo anticristiano refutado por Origen. Por un lado decididamente hostil a los Cristianos como en "Peregrinus Proteus", pero en esta obra Luciano es incuestionablemente favor de ellos. Mientras Luciano muestra que estos altos y bajos estaban siendo conducidos por el misticismo falso de Alexander de Abonoteichos, los Cristianos se mantuvieron a distancia de él, y de los epicureanos, con quien Lucian marcadamente los contrasta en el "Peregrinus", y con quienes compartió el odio hecho a la medida de los del odio de los grandes hipócritas. Esto es el testimonio de un enemigo, que aquí, al menos, no es ningún calumniador, pero un apologista involuntario de Jesucristo y Sus perseguidores adherentes
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El impostor más [[Notoriedad|notorio]] del siglo II de la era [[Cristianismo|cristiana]]. Su vida es totalmente descrita por Luciano de Samosata (125-181) en su Pseudomantis, o "Alejandro, el traficante de oráculos." Era [[Intelecto|intelectual]], de aspecto agradable y alocución cautivadora y ganó muchos seguidores, no sólo en su propio país, sino también en diferentes partes del Imperio Romano. Con oráculos hábilmente arreglados, preparaba las [[alma]]s para un nuevo nacimiento y exhibía una enorme serpiente como la encarnación de su nueva divinidad. Su fama se extendió, y cerca del año 150 edificó en su ciudad natal de Paflagonia un templo a Esculapio, que pronto fue visitado por muchos desde todas las partes de [[Grecia]] e [[Italia]]. “El [[profeta]]” contestaba las numerosas preguntas hechas del nuevo [[oráculo]] en predicciones métricas. En su año más próspero se dice que entregó casi 80,000 respuestas, acerca de aflicciones corporales, [[Mente|mentales]], y sociales, por cada una de las cuales recibió un [[dracma]] y dos óbolos. Grandes funcionarios consultaban sus oráculos, y el romano Rutiliano se casó con la hija del charlatán. Explicaba plausiblemente el incumplimiento de sus predicciones declarando que el Ponto estaba lleno de [[Cristianismo|cristianos]] e incrédulos que se mofaban de él, y que debían ser lapidados, o si no, su dios ya no favorecería a la gente.  
  
DÖLLINGER. Heidenthum und Judenthum, 644 sqq.; KELLNER, Hellenismus und Christenthum, 89 sq.; H. W. FOWLER AND F. G. FOWLER, The Works of Lucian of Samosata (Oxford, 1905), tr. H. 212-238; HIMPEL in Kirchenlex., I, 493.  
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Estableció nuevos misterios, y el día de su inauguración hizo esta proclamación en su templo: "si un [[Ateísmo|ateo]], un cristiano o epicúreo está presente, déjenlo retirarse. Y sólo pueden quedarse aquellos que adoren a su dios con júbilo." Cuando los objetos de su aversión estaban siendo expulsados, él continuó gritando: "¡Fuera los cristianos!" mientras la muchedumbre añadía: “¡fuera los [[Epicureísmo|epicúreos]]!" La [[lujuria]] era parte de sus ceremonias, y su propia vida privada estaba marcada por el libertinaje. Él continuó su degradación durante muchos años antes que el público lo abandonara. Había predicho que moriría a los ciento cincuenta años, transportado de esta esfera de acción a otra por un rayo. Murió a los 70 años de una enfermedad repugnante, devorado por gusanos.  
  
JOHN J. A' BECKET
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Luciano de Samosata, el escritor satírico (125-181) dedicó la “Pseudomantis” a Celso, posiblemente el autor del trabajo anticristiano refutado por [[Orígenes]]. En todas sus otras obras es decididamente hostil a los cristianos como en "Peregrinus Proteus", pero en esta obra Luciano está incuestionablemente a favor de ellos. Mientras Luciano muestra que mientras todas las clases sociales estaban siendo descarriadas por el falso misticismo de Alejandro de Abonoteichos, los cristianos se mantuvieron a distancia de él; y con los epicúreos, con quien Luciano marcadamente los contrasta en el "Peregrino", compartía la amplia medida del odio de los grandes hipócritas.  Este es el testimonio de un enemigo, que aquí, al menos, no es ningún [[calumnia]]dor, sino un [[Apologética|apologista]] involuntario de [[Jesucristo]] y sus [[Persecución|perseguidos]] adherentes.
Transcrito por un voluntario anónimo, en gratitud por su conversión a la fe Católica.
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'''Bibliogrfía:'''  DÖLLINGER. Heidenthum und Judenthum, 644 sqq.; KELLNER, Hellenismus und Christenthum, 89 sq.; H. W. FOWLER AND F. G. FOWLER, Las Obras de Luciano de Samosata (Oxford, 1905), tr. H. 212-238; HIMPEL en Kirchenlex., I, 493.
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'''Fuente''':  A'Becket, John Joseph. "Alexander of Abonoteichos." The Catholic Encyclopedia. Vol. 1. New York: Robert Appleton Company, 1907.  <http://www.newadvent.org/cathen/01297a.htm>.
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Transcrito y revisado por dos voluntarios anónimos, en gratitud por su conversión a la fe católica.  L H M.

Última revisión de 22:19 11 ene 2009

El impostor más notorio del siglo II de la era cristiana. Su vida es totalmente descrita por Luciano de Samosata (125-181) en su Pseudomantis, o "Alejandro, el traficante de oráculos." Era intelectual, de aspecto agradable y alocución cautivadora y ganó muchos seguidores, no sólo en su propio país, sino también en diferentes partes del Imperio Romano. Con oráculos hábilmente arreglados, preparaba las almas para un nuevo nacimiento y exhibía una enorme serpiente como la encarnación de su nueva divinidad. Su fama se extendió, y cerca del año 150 edificó en su ciudad natal de Paflagonia un templo a Esculapio, que pronto fue visitado por muchos desde todas las partes de Grecia e Italia. “El profeta” contestaba las numerosas preguntas hechas del nuevo oráculo en predicciones métricas. En su año más próspero se dice que entregó casi 80,000 respuestas, acerca de aflicciones corporales, mentales, y sociales, por cada una de las cuales recibió un dracma y dos óbolos. Grandes funcionarios consultaban sus oráculos, y el romano Rutiliano se casó con la hija del charlatán. Explicaba plausiblemente el incumplimiento de sus predicciones declarando que el Ponto estaba lleno de cristianos e incrédulos que se mofaban de él, y que debían ser lapidados, o si no, su dios ya no favorecería a la gente.

Estableció nuevos misterios, y el día de su inauguración hizo esta proclamación en su templo: "si un ateo, un cristiano o epicúreo está presente, déjenlo retirarse. Y sólo pueden quedarse aquellos que adoren a su dios con júbilo." Cuando los objetos de su aversión estaban siendo expulsados, él continuó gritando: "¡Fuera los cristianos!" mientras la muchedumbre añadía: “¡fuera los epicúreos!" La lujuria era parte de sus ceremonias, y su propia vida privada estaba marcada por el libertinaje. Él continuó su degradación durante muchos años antes que el público lo abandonara. Había predicho que moriría a los ciento cincuenta años, transportado de esta esfera de acción a otra por un rayo. Murió a los 70 años de una enfermedad repugnante, devorado por gusanos.

Luciano de Samosata, el escritor satírico (125-181) dedicó la “Pseudomantis” a Celso, posiblemente el autor del trabajo anticristiano refutado por Orígenes. En todas sus otras obras es decididamente hostil a los cristianos como en "Peregrinus Proteus", pero en esta obra Luciano está incuestionablemente a favor de ellos. Mientras Luciano muestra que mientras todas las clases sociales estaban siendo descarriadas por el falso misticismo de Alejandro de Abonoteichos, los cristianos se mantuvieron a distancia de él; y con los epicúreos, con quien Luciano marcadamente los contrasta en el "Peregrino", compartía la amplia medida del odio de los grandes hipócritas. Este es el testimonio de un enemigo, que aquí, al menos, no es ningún calumniador, sino un apologista involuntario de Jesucristo y sus perseguidos adherentes.


Bibliogrfía: DÖLLINGER. Heidenthum und Judenthum, 644 sqq.; KELLNER, Hellenismus und Christenthum, 89 sq.; H. W. FOWLER AND F. G. FOWLER, Las Obras de Luciano de Samosata (Oxford, 1905), tr. H. 212-238; HIMPEL en Kirchenlex., I, 493.

Fuente: A'Becket, John Joseph. "Alexander of Abonoteichos." The Catholic Encyclopedia. Vol. 1. New York: Robert Appleton Company, 1907. <http://www.newadvent.org/cathen/01297a.htm>.

Transcrito y revisado por dos voluntarios anónimos, en gratitud por su conversión a la fe católica. L H M.