https://ec.aciprensa.com/newwiki/index.php?title=Acacio&feed=atom&action=historyAcacio - Historial de revisiones2024-03-29T01:08:14ZHistorial de revisiones para esta página en el wikiMediaWiki 1.24.1https://ec.aciprensa.com/newwiki/index.php?title=Acacio&diff=14491&oldid=prevLuz María Hernández Medina en 16:36 21 sep 20102010-09-21T16:36:45Z<p></p>
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<tr><td class='diff-marker'>−</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #ffe49c; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div>[[Patriarca]] de [[Constantinopla]], [[<del class="diffchange diffchange-inline">cismá</del>]]<del class="diffchange diffchange-inline">tico</del>, murió en 489.  Cuando Acacio aparece por primera vez en la historia fidedigna es como el orphanotrophos o dignatario encargado del cuidado de los [[<del class="diffchange diffchange-inline">Huérfanos </del>y <del class="diffchange diffchange-inline">Orfanatos</del>|huérfanos]], en <del class="diffchange diffchange-inline">la </del>[[Iglesia]] de Constantinopla. Por lo tanto, ocupaba un puesto eclesiástico que confería a su dueño un alto rango así como influencia curial; y si podemos tomar prestada una pista de su [[carácter]] [[verdad<del class="diffchange diffchange-inline">|verdadero</del>]], de las frases con las que [[Suidas]] trato de describir su indudablemente notable [[personalidad]], él desde el principio sacó el mayor partido de sus oportunidades.  Él parece haber afectado una atractiva magnificencia en su comportamiento; era generoso, afable, noble en su conducta, refinado en el discurso y amante de un cierto alarde eclesiástico. A la muerte del patriarca [[San Genadio I]], en 471, fue elegido para sucederlo, y por los primeros cinco o seis años de su [[obispo|episcopado]] su vida estuvo bastante exenta de acontecimientos notables.  </div></td><td class='diff-marker'>+</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #a3d3ff; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div>[[<ins class="diffchange diffchange-inline">patriarca y patriarcado | </ins>Patriarca]] de [[Constantinopla]], [[<ins class="diffchange diffchange-inline">cisma | cismático</ins>]], murió en <ins class="diffchange diffchange-inline">el año </ins>489.  Cuando Acacio aparece por primera vez en la historia fidedigna es como el <ins class="diffchange diffchange-inline">''</ins>orphanotrophos<ins class="diffchange diffchange-inline">'' </ins>o dignatario encargado del cuidado de los [[<ins class="diffchange diffchange-inline">huérfanos </ins>y <ins class="diffchange diffchange-inline">orfanatos</ins>|huérfanos]], en [[<ins class="diffchange diffchange-inline">la </ins>Iglesia]] de Constantinopla. Por lo tanto, ocupaba un puesto <ins class="diffchange diffchange-inline">[[la Iglesia | </ins>eclesiástico<ins class="diffchange diffchange-inline">]] </ins>que confería a su dueño un alto rango así como influencia curial; y si podemos tomar prestada una pista de su [[carácter]] [[verdad]]<ins class="diffchange diffchange-inline">ero</ins>, de las frases con las que [[Suidas]] trato de describir su indudablemente notable [[personalidad]], él desde el principio sacó el mayor partido de sus oportunidades.  Él parece haber afectado una atractiva magnificencia en su comportamiento; era generoso, afable, noble en su conducta, refinado en el discurso y amante de un cierto alarde eclesiástico. A la muerte del patriarca [[San Genadio I]], en 471, fue elegido para sucederlo, y por los primeros cinco o seis años de su [[obispo|episcopado]] su vida estuvo bastante exenta de acontecimientos notables.  </div></td></tr>
<tr><td class='diff-marker'> </td><td style="background-color: #f9f9f9; color: #333333; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #e6e6e6; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"></td><td class='diff-marker'> </td><td style="background-color: #f9f9f9; color: #333333; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #e6e6e6; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"></td></tr>
<tr><td class='diff-marker'>−</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #ffe49c; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div>Pero surgió un cambio cuando el usurpador emperador Basilisco se dejó llevar a las enseñanzas del [[eutiquianismo]] por Timoteo Æluro, patriarca [[<del class="diffchange diffchange-inline">Monofisitas</del>|monofisita]] de [[Alejandría]], quien por casualidad estaba en ese tiempo como invitado en la capital imperial. Timoteo, quien había sido llamado del exilio hacía poco tiempo, se empeñó en crear una oposición efectiva a los [[decreto]]s de Calcedonia; y tuvo tal éxito en la corte que Basilisco fue inducido a publicar una [[encíclica]] o proclamación imperial (egkyklios) en la cual se rechazaba la enseñanza del [[Concilio]]. Acacio mismo pareció haber vacilado al principio sobre si añadir su nombre a la lista de [[obispo]]s [[Asia|asiáticos]] que ya habían firmado la encíclica; pero advertido por una carta del [[Papa San Simplicio]], a quien el siempre vigilante partido monástico le había informado sobre su actitud cuestionable, reconsideró su posición y se lanzó [[<del class="diffchange diffchange-inline">violenta</del>]]<del class="diffchange diffchange-inline">mente </del>al debate. Este repentino cambio de frente lo redimió en la estimación popular, y se ganó la estima de los [[<del class="diffchange diffchange-inline">Ortodoxia</del>|ortodoxos]], particularmente entre las diversas comunidades monásticas a través de Oriente, por su actual ostentosa preocupación por la sana [[doctrina]]. La fama de su despertado [[celo]] llegó hasta Occidente, y el Papa Simplicio le escribió una carta de encomio.  La principal circunstancia a la que debió su repentina ola de popularidad fue la habilidad con la cual logró colocarse a la cabeza de un movimiento particular del cual [[Daniel el Estilita]] fue tanto el corifeo como el verdadero inspirador.  Por supuesto, la agitación fue una espontánea por parte de sus promotores monásticos y del pueblo en general, quienes detestaban sinceramente las teorías eutiquianas de <del class="diffchange diffchange-inline">la </del>[[Encarnación]]; pero puede [[duda]]rse si Acacio, en la oposición ortodoxa ahora, o en esfuerzos heterodoxos en componenda luego, era algo más profundo que un político buscando conseguir sus propios fines personales.  Él nunca pareció haber tenido una comprensión consistente de principios [[<del class="diffchange diffchange-inline">Teología</del>|teológicos]]. Tenía el [[alma]] de un tahúr y jugó solo por la influencia.  Basilisco estaba derrotado.</div></td><td class='diff-marker'>+</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #a3d3ff; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div>Pero surgió un cambio cuando el usurpador emperador Basilisco se dejó llevar a las enseñanzas del [[eutiquianismo]] por Timoteo Æluro, patriarca [[<ins class="diffchange diffchange-inline">monofisismo</ins>|monofisita]] de [[<ins class="diffchange diffchange-inline">Iglesia de Alejandría | </ins>Alejandría]], quien por casualidad estaba en ese <ins class="diffchange diffchange-inline">[[</ins>tiempo<ins class="diffchange diffchange-inline">]] </ins>como invitado en la capital imperial. Timoteo, quien había sido llamado del exilio hacía poco tiempo, se empeñó en crear una oposición efectiva a los [[<ins class="diffchange diffchange-inline">decreto papal |</ins>decreto]]s <ins class="diffchange diffchange-inline">de [[Concilio </ins>de Calcedonia <ins class="diffchange diffchange-inline">| Calcedonia]]</ins>; y tuvo tal éxito en la corte que Basilisco fue inducido a publicar una [[encíclica]] o proclamación imperial (<ins class="diffchange diffchange-inline">''</ins>egkyklios<ins class="diffchange diffchange-inline">''</ins>) en la cual se rechazaba la enseñanza del [[Concilio]]. <ins class="diffchange diffchange-inline"> </ins>Acacio mismo pareció haber vacilado al principio sobre si añadir su nombre a la lista de [[obispo]]s [[Asia|asiáticos]] que ya habían firmado la encíclica; pero advertido por una carta del [[Papa San Simplicio]], a quien el siempre vigilante partido monástico le había informado sobre su actitud cuestionable, reconsideró su posición y se lanzó [[<ins class="diffchange diffchange-inline">violencia | violentamente</ins>]] al debate. Este repentino cambio de frente lo redimió en la estimación popular, y se ganó la estima de los [[<ins class="diffchange diffchange-inline">ortodoxia</ins>|ortodoxos]], particularmente entre las diversas comunidades <ins class="diffchange diffchange-inline">[[monacato oriental | </ins>monásticas<ins class="diffchange diffchange-inline">]] </ins>a través de Oriente, por su actual ostentosa preocupación por la sana [[<ins class="diffchange diffchange-inline">doctrina cristiana | </ins>doctrina]]. <ins class="diffchange diffchange-inline"> </ins>La fama de su despertado [[celo]] llegó hasta Occidente, y el Papa Simplicio le escribió una carta de encomio.  La principal circunstancia a la que debió su repentina ola de popularidad fue la habilidad con la cual logró colocarse a la cabeza de un movimiento particular del cual [[Daniel el Estilita]] fue tanto el corifeo como el verdadero inspirador.  Por supuesto, la agitación fue una espontánea por parte de sus promotores monásticos y del pueblo en general, quienes detestaban sinceramente las teorías eutiquianas de [[<ins class="diffchange diffchange-inline">la </ins>Encarnación]]; pero puede [[duda]]rse si Acacio, en la oposición ortodoxa ahora, o en esfuerzos <ins class="diffchange diffchange-inline">[[heterodoxia | </ins>heterodoxos<ins class="diffchange diffchange-inline">]] </ins>en componenda luego, era algo más profundo que un político buscando conseguir sus propios fines personales.  Él nunca pareció haber tenido una comprensión consistente de principios [[<ins class="diffchange diffchange-inline">teología dogmática </ins>| teológicos]]. Tenía el [[alma]] de un tahúr y jugó solo por la influencia.  Basilisco estaba derrotado.</div></td></tr>
<tr><td class='diff-marker'> </td><td style="background-color: #f9f9f9; color: #333333; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #e6e6e6; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"></td><td class='diff-marker'> </td><td style="background-color: #f9f9f9; color: #333333; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #e6e6e6; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"></td></tr>
<tr><td class='diff-marker'>−</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #ffe49c; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div>Retiró su ofensiva encíclica por una contra-proclamación, pero su rendición no lo salvó.  Su rival Zeno, quien había sido fugitivo hasta el tiempo de la oposición acaciana, se acercó a la capital. Basilisco abandonado por todos, buscó refugio en la [[catedral]] y <del class="diffchange diffchange-inline">fue entregado </del>a sus enemigos, según la tradición <del class="diffchange diffchange-inline">por el oportunista patriarca</del>. Por un breve tiempo hubo un acuerdo total entre Acacio, el [[Papa|Pontífice]] Romano y el partido dominante de Zeno, sobre la necesidad de adoptar métodos rigurosos para hacer cumplir la autoridad de los Padres de Calcedonia; pero de nuevo estallaron los problemas cuando, en el 482, el partido <del class="diffchange diffchange-inline">monofisista de </del>[[<del class="diffchange diffchange-inline">Alejandría</del>]] intentó colocar por la fuerza al [[<del class="diffchange diffchange-inline">Notoriedad</del>|notorio]] [[Pedro Mongo]] en dicha [[sede]] contra los reclamos más ortodoxos de Juan Talaia en el año 482.  Esta vez los hechos tomaron un aspecto más crítico, pues le dieron a Acacio la oportunidad que parecía haber estado esperando desde el principio de exaltar la autoridad de su <del class="diffchange diffchange-inline">[[</del>sede<del class="diffchange diffchange-inline">]] </del>y reclamar para ella una primacía de [[honor]] y [[jurisdicción]] sobre todo el Oriente, lo cual emanciparía a los <del class="diffchange diffchange-inline">[[obispo]]s </del>de la capital no sólo de toda responsabilidad con las sedes de [[Alejandría]], [[<del class="diffchange diffchange-inline">Antioquia</del>]] y [[Jerusalén]], sino también del Romano Pontífice.  Acacio, que estaba ahora totalmente congraciado con Zeno, indujo al emperador a tomar partido con Mongo. El Papa Simplicio hizo una vehemente pero ineficaz protesta, y Acacio replicó presentándose como el apóstol de la reconciliación para todo el Oriente. Fue un esquema engañoso y de largo alcance, pero a la larga puso al descubierto las ambiciones del [[<del class="diffchange diffchange-inline">Patriarca</del>]] de [[Constantinopla]] y lo reveló, usando la iluminadora frase del [[Cardenal]] [[Joseph Hergenröther]], como “el precursor de [[Focio]].”  </div></td><td class='diff-marker'>+</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #a3d3ff; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div>Retiró su ofensiva encíclica por una contra-proclamación, pero su rendición no lo salvó.  Su rival Zeno, quien había sido fugitivo hasta el tiempo de la oposición acaciana, se acercó a la capital. Basilisco<ins class="diffchange diffchange-inline">, </ins>abandonado por todos, buscó refugio en la [[catedral]] y <ins class="diffchange diffchange-inline">el oportunista patriarca lo entregó </ins>a sus enemigos, según la tradición. Por un breve tiempo hubo un acuerdo total entre Acacio, el [[Papa|Pontífice]] Romano y el partido dominante de Zeno, sobre la <ins class="diffchange diffchange-inline">[[</ins>necesidad<ins class="diffchange diffchange-inline">]] </ins>de adoptar métodos rigurosos para hacer cumplir la autoridad de los Padres de Calcedonia; pero de nuevo estallaron los problemas cuando, en el 482, el partido [[<ins class="diffchange diffchange-inline">monofisismo | monofisista</ins>]] <ins class="diffchange diffchange-inline">de Alejandría </ins>intentó colocar por la fuerza al [[<ins class="diffchange diffchange-inline">notoriedad</ins>|notorio]] [[Pedro Mongo]] en dicha [[<ins class="diffchange diffchange-inline">diócesis|</ins>sede]] contra los reclamos más ortodoxos de <ins class="diffchange diffchange-inline">[[</ins>Juan Talaia<ins class="diffchange diffchange-inline">]] </ins>en el año 482.  Esta vez los hechos tomaron un aspecto más crítico, pues le dieron a Acacio la oportunidad que parecía haber estado esperando desde el principio de exaltar la autoridad de su sede y reclamar para ella una primacía de [[honor]] y [[jurisdicción]] sobre todo el Oriente, lo cual emanciparía a los <ins class="diffchange diffchange-inline">obispos </ins>de la capital no sólo de toda responsabilidad con las sedes de [[Alejandría]], [[<ins class="diffchange diffchange-inline">Antioquía</ins>]] y [[Jerusalén]], sino también del Romano Pontífice.  Acacio, que estaba ahora totalmente congraciado con Zeno, indujo al emperador a tomar partido con Mongo. El Papa Simplicio hizo una vehemente pero ineficaz protesta, y Acacio replicó presentándose como el apóstol de la reconciliación para todo el Oriente. Fue un esquema engañoso y de largo alcance, pero a la larga puso al descubierto las ambiciones del [[<ins class="diffchange diffchange-inline">patriarca y patriarcado | patriarca</ins>]] de [[Constantinopla]] y lo reveló, usando la iluminadora frase del [[Cardenal]] [[Joseph Hergenröther]], como “el precursor de [[Focio]].”  </div></td></tr>
<tr><td class='diff-marker'> </td><td style="background-color: #f9f9f9; color: #333333; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #e6e6e6; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"></td><td class='diff-marker'> </td><td style="background-color: #f9f9f9; color: #333333; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #e6e6e6; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"></td></tr>
<tr><td class='diff-marker'>−</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #ffe49c; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div>La primera medida efectiva que adoptó Acacio en su nuevo rol fue redactar un documento, o serie de artículos, que constituyeron inmediatamente tanto un credo como un instrumento de reunión. Este credo, conocido por los estudiosos de historia [[<del class="diffchange diffchange-inline">Teología</del>|teológica]] como el [[Henoticon]], fue originalmente dirigido a las facciones irreconciliables en [[Egipto]].  Fue un argumento para la reconciliación sobre una base de reticencia y compromiso. Y bajo este aspecto sugiere una comparación significativa con otro y mejor conocido grupo de “artículos”, compuestos cerca de once siglos más tarde, cuando los líderes del [[cisma]] [[<del class="diffchange diffchange-inline">Anglicanismo</del>|anglicano]] estaban hilando de una forma cuidadosa los extremos de la enseñanza romana por un lado y las negaciones [[Martín Lutero|luteranas]] y [[<del class="diffchange diffchange-inline">Juan Calvino</del>|calvinistas]], por el otro. El Henoticon afirmaba el credo Niceno-Constantinopolitano (es decir, el [[Credo <del class="diffchange diffchange-inline">Niceno</del>]] completado en Constantinopla) proporcionando un símbolo común o expresión de [[fe]] en el cual todas las partes <del class="diffchange diffchange-inline">podían </del>unirse. Cualquier otro <del class="diffchange diffchange-inline">símbolo </del>o mathemata fue excluido; [[Eutiques]] y Nestorio fueron evidentemente condenados, mientras que los [[anatema]]s de Cirilo fueron aceptados. La enseñanza de Calcedonia no fue muy repudiada pues fue pasada por alto en silencio;  [[Jesucristo]] fue descrito como el <del class="diffchange diffchange-inline">“Hijo único engendrado por </del>[[Dios]]<del class="diffchange diffchange-inline">…uno </del>y no dos”  (homologoumen ton monogene tou theou ena tygchanein kai ou duo . . . k.t.l.) y no <del class="diffchange diffchange-inline">hacia </del>referencia explícita a las dos <del class="diffchange diffchange-inline">naturalezas. </del>[[<del class="diffchange diffchange-inline">Pedro Mongo</del>]] naturalmente aceptó esta enseñanza vaga y acomodaticia. Talaia se negó a suscribirlo y salió para [[Roma]], donde el Papa San Simplicio se hizo cargo de su causa con gran vigor.   </div></td><td class='diff-marker'>+</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #a3d3ff; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div>La primera medida efectiva que adoptó Acacio en su nuevo rol fue redactar un documento, o serie de artículos, que constituyeron inmediatamente tanto un credo como un instrumento de reunión. Este credo, conocido por los estudiosos de historia [[<ins class="diffchange diffchange-inline">teología dogmática </ins>| teológica]] como el [[Henoticon]], fue originalmente dirigido a las facciones irreconciliables en [[Egipto]].  Fue un argumento para la reconciliación sobre una base de reticencia y compromiso. Y bajo este aspecto sugiere una comparación significativa con otro y mejor conocido grupo de “artículos”, compuestos cerca de once siglos más tarde, cuando los líderes del [[cisma]] [[<ins class="diffchange diffchange-inline">anglicanismo</ins>|anglicano]] estaban hilando de una forma cuidadosa los extremos de la enseñanza romana por un lado y las negaciones [[Martín Lutero|luteranas]] y [[<ins class="diffchange diffchange-inline">calvinismo</ins>|calvinistas]], por el otro. El Henoticon afirmaba el credo Niceno-Constantinopolitano (es decir, el [[Credo <ins class="diffchange diffchange-inline">de Nicea</ins>]] completado en Constantinopla) proporcionando un símbolo común o expresión de [[fe]] en el cual todas las partes <ins class="diffchange diffchange-inline">pudiesen </ins>unirse. Cualquier otro <ins class="diffchange diffchange-inline">''symbola'' </ins>o <ins class="diffchange diffchange-inline">''</ins>mathemata<ins class="diffchange diffchange-inline">'' </ins>fue excluido; [[Eutiques]] y <ins class="diffchange diffchange-inline">[[</ins>Nestorio <ins class="diffchange diffchange-inline">y nestorianismo | Nestorio]] </ins>fueron evidentemente condenados, mientras que los [[anatema]]s de <ins class="diffchange diffchange-inline">[[San </ins>Cirilo <ins class="diffchange diffchange-inline">de Alejandría | Cirilo]] </ins>fueron aceptados. La enseñanza <ins class="diffchange diffchange-inline">de [[Concilio </ins>de Calcedonia <ins class="diffchange diffchange-inline">| Calcedonia]] </ins>no fue muy repudiada pues fue pasada por alto en <ins class="diffchange diffchange-inline">[[</ins>silencio<ins class="diffchange diffchange-inline">]]</ins>;  [[Jesucristo]] fue descrito como el <ins class="diffchange diffchange-inline">“único </ins>[[<ins class="diffchange diffchange-inline">Hijo de </ins>Dios]] <ins class="diffchange diffchange-inline">engendrado…uno </ins>y no dos”  <ins class="diffchange diffchange-inline">'' </ins>(homologoumen ton monogene tou theou ena tygchanein kai ou duo . . . k.t.l. <ins class="diffchange diffchange-inline">''</ins>) y no <ins class="diffchange diffchange-inline">hacía </ins>referencia explícita a las dos [[<ins class="diffchange diffchange-inline">naturaleza</ins>]]<ins class="diffchange diffchange-inline">s. Pedro Mongo </ins>naturalmente aceptó esta enseñanza vaga y acomodaticia. Talaia se negó a suscribirlo y salió para [[Roma]], donde el <ins class="diffchange diffchange-inline">[[</ins>Papa San Simplicio<ins class="diffchange diffchange-inline">]] </ins>se hizo cargo de su causa con gran vigor.   </div></td></tr>
<tr><td class='diff-marker'> </td><td style="background-color: #f9f9f9; color: #333333; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #e6e6e6; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"></td><td class='diff-marker'> </td><td style="background-color: #f9f9f9; color: #333333; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #e6e6e6; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"></td></tr>
<tr><td class='diff-marker'>−</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #ffe49c; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div>La controversia se hizo interminable con el [[Papa San Félix III]] quien envió a Constantinopla dos <del class="diffchange diffchange-inline">legados obispos</del>, Vitalis y Miseno para citar a Acacio ante la <del class="diffchange diffchange-inline">sede romana </del>para juicio.  Nunca fue la habilidad de Acacio tan notablemente ilustrada como en el predominio que adquirió sobre este desafortunado par de obispos. Los indujo a comunicarse públicamente con él y los envió de regreso a Roma ridiculizados, en donde fueron inmediatamente condenados por un sínodo indignado que criticó su conducta. Acacio fue señalado por el Papa Félix como quien ha [[pecado]] contra el [[Espíritu Santo]] y la autoridad apostólica (Habe ergo cum his . . . portionem S. Spiritus judicio et apostolica auctoritate damnatus); y fue condenado a la [[excomunión]] perpetua--- nunquamque anathematis vinculis exuendus. Otro mensajero, inapropiadamente llamado Tuto, fue enviado a llevar el [[decreto]] de esta doble <del class="diffchange diffchange-inline">[[</del>excomunión<del class="diffchange diffchange-inline">]] </del>a Acacio en [[persona]]; y él, también, como sus desventurados predecesores, cayó bajo el extraño encanto del cortés [[prelado]], quien se ganó su lealtad. Acacio se negó a aceptar los documentos traídos por Tuto y le mostró su juicio sobre la autoridad de la Sede Romana, y del sínodo que lo había condenado, borrando el nombre del Papa Félix de los [[díptico]]s (o dipticón).   </div></td><td class='diff-marker'>+</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #a3d3ff; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div>La controversia se hizo interminable con el [[Papa San Félix III]] quien envió a Constantinopla dos <ins class="diffchange diffchange-inline">[[legado]]s [[obispo]]s</ins>, Vitalis y Miseno para citar a Acacio ante la <ins class="diffchange diffchange-inline">[[Santa Sede | Sede Romana]] </ins>para juicio.  Nunca fue la habilidad de Acacio tan notablemente ilustrada como en el predominio que adquirió sobre este desafortunado par de obispos. Los indujo a comunicarse públicamente con él y los envió de regreso a Roma ridiculizados, en donde fueron inmediatamente condenados por un <ins class="diffchange diffchange-inline">[[</ins>sínodo<ins class="diffchange diffchange-inline">]] </ins>indignado que criticó su conducta. Acacio fue señalado por el Papa Félix como quien ha [[pecado]] contra el [[Espíritu Santo]] y la autoridad apostólica <ins class="diffchange diffchange-inline">'' </ins>(Habe ergo cum his . . . portionem S. Spiritus judicio et apostolica auctoritate damnatus<ins class="diffchange diffchange-inline">''</ins>); y fue condenado a la [[excomunión]] perpetua ---<ins class="diffchange diffchange-inline">''</ins>nunquamque anathematis vinculis exuendus<ins class="diffchange diffchange-inline">''</ins>. Otro mensajero, inapropiadamente llamado Tuto, fue enviado a llevar el [[<ins class="diffchange diffchange-inline">decreto papal | </ins>decreto]] de esta doble excomunión a Acacio en [[persona]]; y él, también, como sus desventurados predecesores, cayó bajo el extraño encanto del cortés [[prelado]], quien se ganó su lealtad. Acacio se negó a aceptar los documentos traídos por Tuto y le mostró su juicio sobre la autoridad de la Sede Romana, y del sínodo que lo había condenado, borrando el nombre del Papa Félix de los [[díptico]]s (o dipticón).   </div></td></tr>
<tr><td class='diff-marker'> </td><td style="background-color: #f9f9f9; color: #333333; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #e6e6e6; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"></td><td class='diff-marker'> </td><td style="background-color: #f9f9f9; color: #333333; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #e6e6e6; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"></td></tr>
<tr><td class='diff-marker'>−</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #ffe49c; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div>Talaia por su parte abandonó la pelea <del class="diffchange diffchange-inline">consintiendo </del>ser obispo de [[Nola]], y Acacio optó por una táctica brutal de [[violencia]] y [[persecución]], dirigida principalmente contra sus antiguos oponentes los [[monje]]s, colaborando con Zeno para la adopción general del Henoticon en Oriente. De esta manera manejó una política segura que parecía el premio por el cual había trabajado desde el principio. Era prácticamente el primer prelado en toda la [[cristiandad]] oriental hasta su muerte en 489. Su [[cisma]] sobrevivió unos treinta años después de su muerte, y fue acabado sólo por el regreso del Emperador Justino a la unidad bajo el [[Papa Hormisdas]] en 519.  </div></td><td class='diff-marker'>+</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #a3d3ff; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div>Talaia por su parte abandonó la pelea <ins class="diffchange diffchange-inline">y consintió </ins>ser obispo de [[Nola]], y Acacio optó por una táctica brutal de [[violencia]] y [[persecución]], dirigida principalmente contra sus antiguos oponentes los [[monje]]s, colaborando con Zeno para la adopción general del <ins class="diffchange diffchange-inline">[[</ins>Henoticon<ins class="diffchange diffchange-inline">]] </ins>en Oriente. De esta manera manejó una política segura que parecía el premio por el cual había trabajado desde el principio. Era prácticamente el primer prelado en toda la [[cristiandad]] <ins class="diffchange diffchange-inline">[[Iglesias Orientales | </ins>oriental<ins class="diffchange diffchange-inline">]] </ins>hasta su muerte en 489. Su [[cisma]] sobrevivió unos treinta años después de su muerte, y fue acabado sólo por el regreso del Emperador Justino a la <ins class="diffchange diffchange-inline">[[</ins>unidad<ins class="diffchange diffchange-inline">]] </ins>bajo el [[Papa <ins class="diffchange diffchange-inline">San </ins>Hormisdas]] en 519.  </div></td></tr>
<tr><td class='diff-marker'> </td><td style="background-color: #f9f9f9; color: #333333; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #e6e6e6; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"></td><td class='diff-marker'> </td><td style="background-color: #f9f9f9; color: #333333; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #e6e6e6; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"></td></tr>
<tr><td class='diff-marker'> </td><td style="background-color: #f9f9f9; color: #333333; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #e6e6e6; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"></td><td class='diff-marker'> </td><td style="background-color: #f9f9f9; color: #333333; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #e6e6e6; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"></td></tr>
<tr><td class='diff-marker'>−</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #ffe49c; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div>'''Bibliografía''':  MANSI, Coll. Concil., (Florencia, 1742) VII, 976 1176; Epp. Simplicii, Papae, in P.L., LVIII, 4160; Epp. Felicis, Papae, ibid., 893 967; <del class="diffchange diffchange-inline">THEODORET</del>, Hist. Eccl.; <del class="diffchange diffchange-inline">EVAGRIUS</del>, Hist. Eccl.; SUIDAS, s. v.; TILLEMONT, Mémoires, XVI; HERGENRÖTHER, Focio, Patriarca de Cosntantinopla. (Ratisbona, 1867) I; MARIN, Les moines de Constantinople (<del class="diffchange diffchange-inline">Paris</del>, 1897).  </div></td><td class='diff-marker'>+</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #a3d3ff; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div>'''Bibliografía''':  MANSI, Coll. Concil., (Florencia, 1742) VII, 976 1176; Epp. Simplicii, Papae, in P.L., LVIII, 4160; Epp. Felicis, Papae, ibid., 893 967; <ins class="diffchange diffchange-inline">TEODORETO</ins>, Hist. Eccl.; <ins class="diffchange diffchange-inline">EVAGRIO</ins>, Hist. Eccl.; SUIDAS, s. v.; TILLEMONT, Mémoires, XVI; HERGENRÖTHER, Focio, Patriarca de Cosntantinopla. (Ratisbona, 1867) I; MARIN, Les moines de Constantinople (<ins class="diffchange diffchange-inline">París</ins>, 1897).  </div></td></tr>
<tr><td class='diff-marker'> </td><td style="background-color: #f9f9f9; color: #333333; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #e6e6e6; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"></td><td class='diff-marker'> </td><td style="background-color: #f9f9f9; color: #333333; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #e6e6e6; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"></td></tr>
<tr><td class='diff-marker'> </td><td style="background-color: #f9f9f9; color: #333333; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #e6e6e6; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div>'''Fuente''':  Clifford, Cornelius. "Acacius." The Catholic Encyclopedia. Vol. 1. New York: Robert Appleton Company, 1907. <http://www.newadvent.org/cathen/01082a.htm>.</div></td><td class='diff-marker'> </td><td style="background-color: #f9f9f9; color: #333333; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #e6e6e6; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div>'''Fuente''':  Clifford, Cornelius. "Acacius." The Catholic Encyclopedia. Vol. 1. New York: Robert Appleton Company, 1907. <http://www.newadvent.org/cathen/01082a.htm>.</div></td></tr>
<tr><td class='diff-marker'> </td><td style="background-color: #f9f9f9; color: #333333; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #e6e6e6; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"></td><td class='diff-marker'> </td><td style="background-color: #f9f9f9; color: #333333; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #e6e6e6; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"></td></tr>
<tr><td class='diff-marker'>−</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #ffe49c; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div>Traducido por Oralia Ortiz Rangel. <del class="diffchange diffchange-inline">L H M.</del></div></td><td class='diff-marker'>+</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #a3d3ff; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div>Traducido por Oralia Ortiz Rangel. <ins class="diffchange diffchange-inline">  rc</ins></div></td></tr>
</table>Luz María Hernández Medinahttps://ec.aciprensa.com/newwiki/index.php?title=Acacio&diff=8010&oldid=prevLuz María Hernández Medina en 19:46 9 dic 20082008-12-09T19:46:48Z<p></p>
<a href="https://ec.aciprensa.com/newwiki/index.php?title=Acacio&diff=8010&oldid=2756">Mostrar los cambios</a>Luz María Hernández Medinahttps://ec.aciprensa.com/newwiki/index.php?title=Acacio&diff=2756&oldid=prev200.106.67.80 en 19:45 15 dic 20062006-12-15T19:45:33Z<p></p>
<table class='diff diff-contentalign-left'>
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<tr style='vertical-align: top;'>
<td colspan='2' style="background-color: white; color:black; text-align: center;">← Revisión anterior</td>
<td colspan='2' style="background-color: white; color:black; text-align: center;">Revisión de 19:45 15 dic 2006</td>
</tr><tr><td colspan="2" class="diff-lineno">Línea 1:</td>
<td colspan="2" class="diff-lineno">Línea 1:</td></tr>
<tr><td class='diff-marker'> </td><td style="background-color: #f9f9f9; color: #333333; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #e6e6e6; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div><span style="color:#000066">   </div></td><td class='diff-marker'> </td><td style="background-color: #f9f9f9; color: #333333; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #e6e6e6; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div><span style="color:#000066">   </div></td></tr>
<tr><td class='diff-marker'>−</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #ffe49c; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div><del class="diffchange diffchange-inline">Obispo </del>de <del class="diffchange diffchange-inline">Beroea</del>.  </div></td><td class='diff-marker'>+</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #a3d3ff; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div><ins class="diffchange diffchange-inline">Cuando Acacio aparece por primera vez en la historia auténtica es como el orphanotrophos o dignatario encargado del cuidado </ins>de <ins class="diffchange diffchange-inline">los huérfanos, en la Iglesia de Constantinopla. De esta manera ocupa un puesto eclesiástico que confería a su dueño un alto rango así como influencia en la curia; y si podemos apropiarnos, para sugerir un rastro de su carácter real de las frases con las que Suidas trato de describir su, indudablemente notable personalidad, lo que hizo en la mayoría de sus oportunidades. Parecía estar afectado por un comportamiento atractivo y magnificiente, era generoso, suave, noble, humilde; cortés en su conversación, e indulgente con un cierto despliegue eclesiástico</ins>.</div></td></tr>
<tr><td class='diff-marker'> </td><td style="background-color: #f9f9f9; color: #333333; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #e6e6e6; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"></td><td class='diff-marker'> </td><td style="background-color: #f9f9f9; color: #333333; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #e6e6e6; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"></td></tr>
<tr><td class='diff-marker'>−</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #ffe49c; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div><del class="diffchange diffchange-inline">Nació en Siria alrededor </del>del <del class="diffchange diffchange-inline">año 322; murió </del>en <del class="diffchange diffchange-inline">torno al 432. Cuando aún era muy joven se hizo monje en la famosa comunidad de solitarios</del>, <del class="diffchange diffchange-inline">presidida por Asterio</del>, <del class="diffchange diffchange-inline">en un lugar cerca de Antioquía. Parece haber sido un ardiente campeón de la ortodoxia durante las disputas arrianas, que sufrió con mucho coraje </del>y <del class="diffchange diffchange-inline">constancia. Cuando Eusebio de Samosata volvió del exilio a la muerte de Valens en el año 378, reconoció públicamente </del>los <del class="diffchange diffchange-inline">grandes servicios </del>de <del class="diffchange diffchange-inline">Acacio y lo nombró Obispo de Beroea</del>. <del class="diffchange diffchange-inline">Luego encontramos a Acacio en Roma, aparentemente como enviado de Meletius y de los Padres del Sínodo de Antioquía, </del>cuando se <del class="diffchange diffchange-inline">plantearon ante el Papa Dámaso los temas relacionados con la herejía de Apolinario. Mientras llevaba a cabo esta difícil embajada, asistió </del>a la <del class="diffchange diffchange-inline">reunión de prelados convocados para decidir </del>sobre <del class="diffchange diffchange-inline">los errores de Apolinario, y suscribió </del>la <del class="diffchange diffchange-inline">profesión </del>de <del class="diffchange diffchange-inline">fe en las Dos Naturalezas. Fue así en gran medida gracias </del>a <del class="diffchange diffchange-inline">sus esfuerzos que terminaron los diversos movimientos cismáticos de Antioquía. Poco después lo encontramos en Constantinopla donde había llegado para participar en el segundo Concilio General reunido en el año 381 para reafirmar las definiciones de Nicea</del>, <del class="diffchange diffchange-inline">y rebatir los errores de los Macedonios o Pneumatómanos. Meletius de Antioquía murió ese mismo año, y Acacio, desafortunadamente, participó en la consagración ilegítima de Flaviano. A causa de este procedimiento prácticamente cismático –cismático en </del>el <del class="diffchange diffchange-inline">sentido </del>de <del class="diffchange diffchange-inline">que fue una violación explícita del convenio entre Paulino y Meletius y tendía infelizmente a mantener en el poder al partido Eustaquiano– Acacio se ganó la antipatía del Papa Dámaso</del>, <del class="diffchange diffchange-inline">quién </del>se <del class="diffchange diffchange-inline">negó </del>a <del class="diffchange diffchange-inline">mantener la comunión con él y sus partidarios. Esta excomunión de Roma duró diez u once años, hasta que el Concilio de Capua lo readmitió </del>en la <del class="diffchange diffchange-inline">unidad en el año 391 o 392 (Labbe, Conc</del>., <del class="diffchange diffchange-inline">II, 1072). En el año 398</del>, se <del class="diffchange diffchange-inline">le encargó a Acacio, que tenía ahora setenta y seis años, otra delicada misión de la Iglesia Católica. Fue elegido por Isidoro de Alejandría para llevar </del>al <del class="diffchange diffchange-inline">Papa Siricio la noticia </del>de <del class="diffchange diffchange-inline">la elección de San Juan Crisóstomo a la Sede de Constantinopla, </del>y <del class="diffchange diffchange-inline">el metropolitano egipcio le exhortó especialmente que hiciera todo lo que estuviera </del>en <del class="diffchange diffchange-inline">su poder para borrar el prejuicio </del>que <del class="diffchange diffchange-inline">todavía existía en Occidente contra Flaviano y su partido. En esta ocasión, como en su anterior embajada, desplegó un gran tacto que desarmó toda oposición. El lector encontrará en las páginas de Sócrates, Sózimo, y Teodoreto </del>una <del class="diffchange diffchange-inline">idea del alto valor que se le dio en todo el episcopado oriental a los servicios de Acacio, a quien se describe como "famoso en todo el mundo" </del>(<del class="diffchange diffchange-inline">Theod., V, xxiii</del>)<del class="diffchange diffchange-inline">. Ahora llegamos a los dos incidentes </del>en la <del class="diffchange diffchange-inline">carrera de este hombre notable, que nos dejan perplejos respecto a su real carácter, que hacen que se le pueda designar como uno de los enigmas de </del>la <del class="diffchange diffchange-inline">historia eclesiástica. Nos referimos a su sostenida hostilidad contra San Juan Crisóstomo y a su extraño trato para con Cirilo de Alejandría durante la controversia nestoriana</del>.  </div></td><td class='diff-marker'>+</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #a3d3ff; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div><ins class="diffchange diffchange-inline">A la muerte </ins>del <ins class="diffchange diffchange-inline">Patriarca Genadio, </ins>en <ins class="diffchange diffchange-inline">471</ins>, <ins class="diffchange diffchange-inline">fue electo para sucederlo</ins>, y <ins class="diffchange diffchange-inline">por </ins>los <ins class="diffchange diffchange-inline">primeros cinco o seis años </ins>de <ins class="diffchange diffchange-inline">su episcopado su vida fue bastante ordinaria</ins>. <ins class="diffchange diffchange-inline">Pero vino un cambio </ins>cuando <ins class="diffchange diffchange-inline">el Emperador Basilisco </ins>se <ins class="diffchange diffchange-inline">concedió </ins>a <ins class="diffchange diffchange-inline">sí mismo </ins>la <ins class="diffchange diffchange-inline">victoria </ins>sobre la <ins class="diffchange diffchange-inline">enseñanza Euticiana </ins>de <ins class="diffchange diffchange-inline">acuerdo </ins>a <ins class="diffchange diffchange-inline">Timotheus Elurus</ins>, el <ins class="diffchange diffchange-inline">Patriarca Monofisista </ins>de <ins class="diffchange diffchange-inline">Alejandría</ins>, <ins class="diffchange diffchange-inline">quien </ins>se <ins class="diffchange diffchange-inline">arriesgo en ese tiempo </ins>a <ins class="diffchange diffchange-inline">ser un invitado </ins>en la <ins class="diffchange diffchange-inline">capital imperial</ins>. <ins class="diffchange diffchange-inline">Timoteo</ins>, <ins class="diffchange diffchange-inline">quien había sido llamado del exilio solo poco tiempo antes</ins>, se <ins class="diffchange diffchange-inline">empeño en crear una impresionante oposición </ins>al <ins class="diffchange diffchange-inline">decreto </ins>de <ins class="diffchange diffchange-inline">Calcedonia; </ins>y <ins class="diffchange diffchange-inline">tuvo tal éxito </ins>en <ins class="diffchange diffchange-inline">la corte </ins>que <ins class="diffchange diffchange-inline">Basilisco fue inducido a adelantarse formulando </ins>una <ins class="diffchange diffchange-inline">encíclica o proclamación imperial </ins>(<ins class="diffchange diffchange-inline">egkyklios</ins>) en la <ins class="diffchange diffchange-inline">cual fue rechazada </ins>la <ins class="diffchange diffchange-inline">enseñanza del Concilio</ins>.  </div></td></tr>
<tr><td class='diff-marker'> </td><td style="background-color: #f9f9f9; color: #333333; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #e6e6e6; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"></td><td class='diff-marker'> </td><td style="background-color: #f9f9f9; color: #333333; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #e6e6e6; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"></td></tr>
<tr><td class='diff-marker'>−</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #ffe49c; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div>Acacio <del class="diffchange diffchange-inline">fue siempre un declarado rigorista en su conducta y disfrutó de gran reputación por su piedad. Sózimo (VII, xxviii) nos dice que era "rígido en la observancia de todas las reglas de la vida ascética" y que cuando fue elevado </del>al <del class="diffchange diffchange-inline">episcopado vivía su vida práctica y austeramente "al aire libre". Teodoreto es firme en su admiración por sus muchas cualidades episcopales y lo llama "un atleta de la virtud" (V, iv). Al </del>principio <del class="diffchange diffchange-inline">del episcopado de San Juan Crisóstomo</del>, <del class="diffchange diffchange-inline">en el año 398, Acacio fue </del>a <del class="diffchange diffchange-inline">Constantinopla, donde lo trataron con menos consideración </del>de <del class="diffchange diffchange-inline">la </del>que <del class="diffchange diffchange-inline">aparentemente él esperaba. Cualquiera haya sido </del>la <del class="diffchange diffchange-inline">naturaleza de ese desaire, parece haberlo sentido vivamente, porque Paladio, el biógrafo de San Juan, registra un dicho muy poco episcopal </del>del <del class="diffchange diffchange-inline">prelado injuriado en el sentido de que algún día le daría a su hermano de Constantinopla una muestra de su propia hospitalidad – ego auto artouo chytran (Pallad.</del>, <del class="diffchange diffchange-inline">Vita Chrys., VI, viii en P.G., XLVII, 22-29). Lo cierto es que, fuera como fuera, desde ese momento, Acacio trabajó infatigablemente </del>por la <del class="diffchange diffchange-inline">remoción del gran orador-obispo</del>, y <del class="diffchange diffchange-inline">no fue el menos activo </del>de <del class="diffchange diffchange-inline">los participantes del desgraciado "Sínodo del Roble" </del>en <del class="diffchange diffchange-inline">el año 403. De hecho, era uno de los notorios "cuatro" a quienes el Santo tenía especialmente como hombres de cuyas manos no esperaba obtener justicia común. En todos los varios sínodos reunidos para </del>la <del class="diffchange diffchange-inline">destitución del Santo, el obstinado viejo de Beroea tomó la delantera de una manera casi mordaz</del>, y <del class="diffchange diffchange-inline">también realizó un esfuerzo laborioso, pero felizmente fútil, para atraer al Papa Inocencio a su anti-caritativa postura. Fue excomulgado por su lucha y estuvo condenado hasta el año 414. Su actitud implacable tampoco </del>se <del class="diffchange diffchange-inline">moderó con la muerte de su gran antagonista, o por </del>el <del class="diffchange diffchange-inline">transcurso del tiempo. Catorce años después </del>de <del class="diffchange diffchange-inline">la muerte de San Juan en el exilio</del>, <del class="diffchange diffchange-inline">encontramos </del>a <del class="diffchange diffchange-inline">Acacio escribiéndole a Atico </del>de <del class="diffchange diffchange-inline">Constantinopla</del>, <del class="diffchange diffchange-inline">en el año 421, para disculparse </del>por la <del class="diffchange diffchange-inline">conducta de Teodoto de Antioquía, quien, a pesar de su buen juicio, había colocado el nombre del Santo en los dípticos</del>. La <del class="diffchange diffchange-inline">misma desconcertante incoherencia </del>de <del class="diffchange diffchange-inline">carácter, considerando </del>su <del class="diffchange diffchange-inline">avanzada edad, su profesión, </del>y <del class="diffchange diffchange-inline">la amplia fama </del>de <del class="diffchange diffchange-inline">santidad de que gozaba, puede verse en su actitud hacia Nestorio</del>. <del class="diffchange diffchange-inline">Cuando su violenta súplica de indulgencia hacia el hereje no produjo efecto, trabajó sagazmente para que a Cirilo le saliera el tiro </del>por la <del class="diffchange diffchange-inline">culata y apareciera como responsable del Apolinarianismo en Éfeso. Acacio pasó los últimos años </del>de <del class="diffchange diffchange-inline">su vida tratando, </del>con <del class="diffchange diffchange-inline">edificante incoherencia</del>, de <del class="diffchange diffchange-inline">echar </del>el <del class="diffchange diffchange-inline">agua de su caridad sobre las cenizas encendidas de los feudos que </del>el <del class="diffchange diffchange-inline">Nestorianismo había dejado en su tren. Sus cartas a Cirilo </del>y <del class="diffchange diffchange-inline">al Papa Celestino son curiosas de leer dentro de este cuadro; y le corresponde </del>el <del class="diffchange diffchange-inline">sorprendente honor de haber inspirado a San Epifanio para escribir su "Historia de las Herejías" (Haer., i, 2, en P.G., XLI, 176). Murió a la extraordinaria edad de ciento diez años</del>.</div></td><td class='diff-marker'>+</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #a3d3ff; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div>Acacio <ins class="diffchange diffchange-inline">sintió indecisión </ins>al principio, <ins class="diffchange diffchange-inline">sobre si añadir su nombre </ins>a <ins class="diffchange diffchange-inline">la lista </ins>de <ins class="diffchange diffchange-inline">obispos Asiáticos </ins>que <ins class="diffchange diffchange-inline">ya habían firmado </ins>la <ins class="diffchange diffchange-inline">encíclica; pero advertido por una carta </ins>del <ins class="diffchange diffchange-inline">Papa Simplicio</ins>, <ins class="diffchange diffchange-inline">quien conocía sus cuestionables actitudes </ins>por la <ins class="diffchange diffchange-inline">parte monástica</ins>, <ins class="diffchange diffchange-inline">reconsidero su posición </ins>y <ins class="diffchange diffchange-inline">se lanzó violentamente al debate. Este repentino cambio </ins>de <ins class="diffchange diffchange-inline">frente lo redimió </ins>en la <ins class="diffchange diffchange-inline">estimación popular</ins>, y se <ins class="diffchange diffchange-inline">gano </ins>el <ins class="diffchange diffchange-inline">visto bueno </ins>de <ins class="diffchange diffchange-inline">los ortodoxos</ins>, <ins class="diffchange diffchange-inline">particularmente entre las diversas comunidades monásticas </ins>a <ins class="diffchange diffchange-inline">través </ins>de <ins class="diffchange diffchange-inline">Este</ins>, por <ins class="diffchange diffchange-inline">este asunto de </ins>la <ins class="diffchange diffchange-inline">nueva y ostentosa doctrina</ins>. La <ins class="diffchange diffchange-inline">fama </ins>de su <ins class="diffchange diffchange-inline">entusiasta despertar llego hasta el Occidente </ins>y <ins class="diffchange diffchange-inline">el Papa Simplicio le escribió una carta </ins>de <ins class="diffchange diffchange-inline">recomendación</ins>. <ins class="diffchange diffchange-inline">La principal circunstancia </ins>por la <ins class="diffchange diffchange-inline">cual repentinamente tiene una ola </ins>de <ins class="diffchange diffchange-inline">popularidad fue la habilidad </ins>con <ins class="diffchange diffchange-inline">la cual avanzo</ins>, <ins class="diffchange diffchange-inline">poniéndose a la cabeza </ins>de <ins class="diffchange diffchange-inline">un movimiento particular del cual Daniel </ins>el <ins class="diffchange diffchange-inline">Estilita fue </ins>el <ins class="diffchange diffchange-inline">líder </ins>y el <ins class="diffchange diffchange-inline">verdadero inspirador</ins>.  </div></td></tr>
<tr><td class='diff-marker'> </td><td style="background-color: #f9f9f9; color: #333333; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #e6e6e6; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"></td><td class='diff-marker'> </td><td style="background-color: #f9f9f9; color: #333333; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #e6e6e6; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"></td></tr>
<tr><td class='diff-marker'>−</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #ffe49c; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div><del class="diffchange diffchange-inline">Los historiadores eclesiásticos SOCRATES</del>, <del class="diffchange diffchange-inline">en P.G.</del>, <del class="diffchange diffchange-inline">LXVII; SOZOMEN</del>, <del class="diffchange diffchange-inline">en P.G., LXVII</del>; <del class="diffchange diffchange-inline">THEODORET</del>, en <del class="diffchange diffchange-inline">P.G., LXXXII; PALLADIUS, Vita Chrys., VI, viii</del>, en <del class="diffchange diffchange-inline">P.G., XLVII; BARONIUS</del>, <del class="diffchange diffchange-inline">Ann</del>. <del class="diffchange diffchange-inline">Eccl</del>. <del class="diffchange diffchange-inline">(PAGI, Crit</del>.<del class="diffchange diffchange-inline">); TILLEMONT, M moires; NEWMAN, Ar. IV Cent. (4th ed.); GWATKIN, Studies in Arianism (2d ed.); HEFELE, Hist. Ch. Counc. (tr. CLARK; ed. OXENHAM), II</del>.  </div></td><td class='diff-marker'>+</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #a3d3ff; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div><ins class="diffchange diffchange-inline">La inquietud fue</ins>, <ins class="diffchange diffchange-inline">desde luego</ins>, <ins class="diffchange diffchange-inline">espontánea por parte de sus promotores monásticos y del pueblo a la larga</ins>, <ins class="diffchange diffchange-inline">quienes detestaban sinceramente las teorías Euticianas de la Encarnación</ins>; <ins class="diffchange diffchange-inline">pero puede dudarse si Acacio</ins>, en <ins class="diffchange diffchange-inline">oposición a la ortodoxia ahora</ins>, <ins class="diffchange diffchange-inline">o </ins>en <ins class="diffchange diffchange-inline">esfuerzos sin ortodoxia a comprometerse después</ins>, <ins class="diffchange diffchange-inline">tenía algo mas que un anhelo político para llegar a sus fines personales</ins>. <ins class="diffchange diffchange-inline">De principios teológicos parecía no haber tenido nunca una comprensión conciente</ins>. <ins class="diffchange diffchange-inline">Tenía el alma de un gamester y jugó solo por influencia</ins>. <ins class="diffchange diffchange-inline">Basilisco estaba derrotado</ins>.</div></td></tr>
<tr><td class='diff-marker'> </td><td style="background-color: #f9f9f9; color: #333333; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #e6e6e6; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"></td><td class='diff-marker'> </td><td style="background-color: #f9f9f9; color: #333333; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #e6e6e6; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"></td></tr>
<tr><td class='diff-marker'>−</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #ffe49c; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div>CORNELIUS CLIFFORD</div></td><td class='diff-marker'>+</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #a3d3ff; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div> </div></td></tr>
<tr><td class='diff-marker'>−</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #ffe49c; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div>Traducido por <del class="diffchange diffchange-inline">Amparo Cabal</del></div></td><td class='diff-marker'>+</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #a3d3ff; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div><ins class="diffchange diffchange-inline">Retiro su ofensiva encíclica por una contra demanda, pero su rendición no lo salvo. Su rival Zeno, quien había sido fugitivo en los tiempos de la oposición de Acaciano, se retiro cerca de la capital. Basilisco deserto de todas partes, buscando asilo en la Iglesia de la Catedral y fue entregado a sus enemigos, según la tradición por el patriarca en turno. Por un breve tiempo hubo un acuerdo total entre Acacio, el Pontífice Romano y el partido dominante de Zeno, sobre la necesidad de tomar medidas rigurosas para hacer cumplir la autoridad de los Padres de Calcedonia, pero una vez más se produjo una problema cuando el partido Monofisista de Alejandría intento forzar al notorio Peter Mongus contra lo que veía el clima mas ortodoxo de John Talaia en el año 482.Esta vez las cosas tomaron un aspecto más critico, ellos dieron a Acacio la oportunidad que parecía haber estado esperando desde el principio, exaltando la autoridad de su sede y reclamando para ella una primacía de honor y jurisdicción sobre todo el Este el cuál debía emancipar a los Obispos de la capital no solo de toda responsabilidad de Alejandría, Antioquia y Jerusalén, sino también del Romano Pontífice. Acacio, que estaba ahora totalmente congraciado con Zeno, indujo al Emperador a tomar partido con Mongus. El Papa Simplicio hizo una vehemente pero ineficaz protesta, y Acacio replico presentándose como el apóstol de reunión para todo el Este. Fue engañoso hasta llegar a conspiración, pero esto puso al descubierto a la larga las ambiciones del Patriarca de Constantinopla y lo revelo, usando la iluminadora frese del Cardenal Hergenrother, como “el precursor de Potius”</ins></div></td></tr>
<tr><td colspan="2"> </td><td class='diff-marker'>+</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #a3d3ff; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div> </div></td></tr>
<tr><td colspan="2"> </td><td class='diff-marker'>+</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #a3d3ff; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div> </div></td></tr>
<tr><td colspan="2"> </td><td class='diff-marker'>+</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #a3d3ff; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div><ins class="diffchange diffchange-inline">La primera medida efectiva que Acacio adopto en su nuevo rol fue la redacción de un documento, o serie de artículos, que constituyeron inmediatamente un credo y un instrumento de reunión. Este credo conocido por los estudiosos de historia teológica como el Henoticon, fue originalmente dirigido a las facciones irreconciliables en Egipto. Fue el pretexto para la reunión sobre una base de reserva y compromiso. Y bajo este aspecto se sugiere una comparación significativa con otro y mejor conocido grupo de “artículos”, compuestos cerca de once siglos más tarde, cuando los lideres del cisma Anglicano estaban hilando de una forma cuidadosa los extremos de la enseñanza romana por un lado y las negaciones Luteranas y Calvinistas, por el otro. El Henoticon afirmaba el credo Niceno-Constantinopolitano (ie el Credo de Nicea completado en Constantinopla) proporcionando un símbolo común o expresión de fe en el cual todas las partes podían unirse. Cualquier otro símbolo o mathemata fue excluido; Eutiquio y Nestorio fueron aceptados. La enseñanza de Calcedonia no fue muy repudiada o pasada por alto en silencio. Jesucristo era descrito como el “Hijo único engendrado por Dios…uno y no dos” (homologoumen ton monogene tou theou ena tygchanein kai ou duo . . . k.t.l.) y no hacia referencia explicita a las dos naturalezas. Mongus acepto esto, naturalmente en una enseñanza vaga y acomodaticia. Talaia se negó a suscribirlo y salio de Roma, donde su causa fue levantada con gran vigor por el Papa Simplicio. La controversia se hizo interminable con Félix II (o III) quién envío dos obispos. Vitalis y Misenus, a Constantinopla, para citar a Acacio ante la sede Romana para un juicio.</ins></div></td></tr>
<tr><td colspan="2"> </td><td class='diff-marker'>+</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #a3d3ff; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div> </div></td></tr>
<tr><td colspan="2"> </td><td class='diff-marker'>+</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #a3d3ff; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div><ins class="diffchange diffchange-inline">Nunca fue la habilidad de Acacio tan notablemente ilustrada como en el predominio que adquirió sobre este desafortunado par de obispos. El los indujo a comunicarse públicamente con él y los envío de regreso a Roma anulados, en donde fueron inmediatamente condenados por un sínodo indignado que criticó su conducta. Acacio fue señalado por el Papa Félix como quien ha pecado contra el Espíritu Santo y la autoridad apostólica (Habe ergo cum his . . . portionem S. Spiritus judicio et apostolica auctoritate damnatus); y fue condenado a la excomunión perpetua nunquamque anathematis vinculis exuendus. Otro mensajero, inapropiadamente llamado Totus, fue enviado a llevar el decreto de esta excomunión a Acacio en persona; y él, también, como sus desventurados predecesores, cayó bajo el extraño encanto del cortés prelado quien se gano su lealtad. Acacio se negó a aceptar los documentos traídos por Totus y le mostró su sentido de la autoridad de la Sede Romana, y del sínodo que lo había condenado, borrando el nombre del Papa Félix de los diptychs (o diptychon). </ins></div></td></tr>
<tr><td colspan="2"> </td><td class='diff-marker'>+</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #a3d3ff; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div> </div></td></tr>
<tr><td colspan="2"> </td><td class='diff-marker'>+</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #a3d3ff; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div><ins class="diffchange diffchange-inline">Talaia por su parte abandono la pelea consintiendo ser obispo de Nola, y Acacio opto por una táctica brutal de violencia y persecución, dirigida principalmente contra sus antiguos oponentes los monjes, colaborando con Zeno, para la adopción general del Henoticon en el Este. De esta manera manejo una política segura que parecía el premio por el cual había trabajado desde el principio. Era prácticamente el primer prelado en todo el Oriente Cristiano hasta su muerte en 489. Su cisma sobrevivió unos treinta años después de su muerte, y fue acabado solo por el regreso del Emperador Justiano a la unidad bajo el Papa Omisdas en 519. </ins></div></td></tr>
<tr><td colspan="2"> </td><td class='diff-marker'>+</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #a3d3ff; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div> </div></td></tr>
<tr><td colspan="2"> </td><td class='diff-marker'>+</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #a3d3ff; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div><ins class="diffchange diffchange-inline">Nota: Los escépticos griegos se proveyeron una herramienta conceptual de mayor alcance (la noción del "mathema"), llamaron "mathemata" el contenido objetivo de un conocimiento establecido (qué puede ser enseñado y ser aprendido).</ins></div></td></tr>
<tr><td colspan="2"> </td><td class='diff-marker'>+</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #a3d3ff; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div> </div></td></tr>
<tr><td colspan="2"> </td><td class='diff-marker'>+</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #a3d3ff; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div> </div></td></tr>
<tr><td colspan="2"> </td><td class='diff-marker'>+</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #a3d3ff; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div><ins class="diffchange diffchange-inline">MANSI, Coll. Concil., (Florence, 1742) VII, 976 1176; Epp. Simplicii, Papae, in P.L., LVIII, 4160; Epp. Felicis, Papae, ibid., 893 967; THEODORET, Hist. Eccl.; EVAGRIUS, Hist. Eccl.; SUIDAS, s. v.; TILLEMONT, Mémoires, XVI; HERGENRÖTHER, Photius, Patr. von Constant. (Ratisbon, 1867) I; MARIN, Les moines de Constantinople (Paris, 1897). </ins></div></td></tr>
<tr><td colspan="2"> </td><td class='diff-marker'>+</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #a3d3ff; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div> </div></td></tr>
<tr><td colspan="2"> </td><td class='diff-marker'>+</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #a3d3ff; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div>CORNELIUS CLIFFORD  </div></td></tr>
<tr><td colspan="2"> </td><td class='diff-marker'>+</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #a3d3ff; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div> </div></td></tr>
<tr><td colspan="2"> </td><td class='diff-marker'>+</td><td style="color:black; font-size: 88%; border-style: solid; border-width: 1px 1px 1px 4px; border-radius: 0.33em; border-color: #a3d3ff; vertical-align: top; white-space: pre-wrap;"><div>Traducido por <ins class="diffchange diffchange-inline">Oralia Ortiz Rangel</ins></div></td></tr>
</table>200.106.67.80https://ec.aciprensa.com/newwiki/index.php?title=Acacio&diff=190&oldid=prev200.106.67.80 en 22:43 14 dic 20062006-12-14T22:43:47Z<p></p>
<p><b>Página nueva</b></p><div><span style="color:#000066"> <br />
Obispo de Beroea. <br />
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Nació en Siria alrededor del año 322; murió en torno al 432. Cuando aún era muy joven se hizo monje en la famosa comunidad de solitarios, presidida por Asterio, en un lugar cerca de Antioquía. Parece haber sido un ardiente campeón de la ortodoxia durante las disputas arrianas, que sufrió con mucho coraje y constancia. Cuando Eusebio de Samosata volvió del exilio a la muerte de Valens en el año 378, reconoció públicamente los grandes servicios de Acacio y lo nombró Obispo de Beroea. Luego encontramos a Acacio en Roma, aparentemente como enviado de Meletius y de los Padres del Sínodo de Antioquía, cuando se plantearon ante el Papa Dámaso los temas relacionados con la herejía de Apolinario. Mientras llevaba a cabo esta difícil embajada, asistió a la reunión de prelados convocados para decidir sobre los errores de Apolinario, y suscribió la profesión de fe en las Dos Naturalezas. Fue así en gran medida gracias a sus esfuerzos que terminaron los diversos movimientos cismáticos de Antioquía. Poco después lo encontramos en Constantinopla donde había llegado para participar en el segundo Concilio General reunido en el año 381 para reafirmar las definiciones de Nicea, y rebatir los errores de los Macedonios o Pneumatómanos. Meletius de Antioquía murió ese mismo año, y Acacio, desafortunadamente, participó en la consagración ilegítima de Flaviano. A causa de este procedimiento prácticamente cismático –cismático en el sentido de que fue una violación explícita del convenio entre Paulino y Meletius y tendía infelizmente a mantener en el poder al partido Eustaquiano– Acacio se ganó la antipatía del Papa Dámaso, quién se negó a mantener la comunión con él y sus partidarios. Esta excomunión de Roma duró diez u once años, hasta que el Concilio de Capua lo readmitió en la unidad en el año 391 o 392 (Labbe, Conc., II, 1072). En el año 398, se le encargó a Acacio, que tenía ahora setenta y seis años, otra delicada misión de la Iglesia Católica. Fue elegido por Isidoro de Alejandría para llevar al Papa Siricio la noticia de la elección de San Juan Crisóstomo a la Sede de Constantinopla, y el metropolitano egipcio le exhortó especialmente que hiciera todo lo que estuviera en su poder para borrar el prejuicio que todavía existía en Occidente contra Flaviano y su partido. En esta ocasión, como en su anterior embajada, desplegó un gran tacto que desarmó toda oposición. El lector encontrará en las páginas de Sócrates, Sózimo, y Teodoreto una idea del alto valor que se le dio en todo el episcopado oriental a los servicios de Acacio, a quien se describe como "famoso en todo el mundo" (Theod., V, xxiii). Ahora llegamos a los dos incidentes en la carrera de este hombre notable, que nos dejan perplejos respecto a su real carácter, que hacen que se le pueda designar como uno de los enigmas de la historia eclesiástica. Nos referimos a su sostenida hostilidad contra San Juan Crisóstomo y a su extraño trato para con Cirilo de Alejandría durante la controversia nestoriana. <br />
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Acacio fue siempre un declarado rigorista en su conducta y disfrutó de gran reputación por su piedad. Sózimo (VII, xxviii) nos dice que era "rígido en la observancia de todas las reglas de la vida ascética" y que cuando fue elevado al episcopado vivía su vida práctica y austeramente "al aire libre". Teodoreto es firme en su admiración por sus muchas cualidades episcopales y lo llama "un atleta de la virtud" (V, iv). Al principio del episcopado de San Juan Crisóstomo, en el año 398, Acacio fue a Constantinopla, donde lo trataron con menos consideración de la que aparentemente él esperaba. Cualquiera haya sido la naturaleza de ese desaire, parece haberlo sentido vivamente, porque Paladio, el biógrafo de San Juan, registra un dicho muy poco episcopal del prelado injuriado en el sentido de que algún día le daría a su hermano de Constantinopla una muestra de su propia hospitalidad – ego auto artouo chytran (Pallad., Vita Chrys., VI, viii en P.G., XLVII, 22-29). Lo cierto es que, fuera como fuera, desde ese momento, Acacio trabajó infatigablemente por la remoción del gran orador-obispo, y no fue el menos activo de los participantes del desgraciado "Sínodo del Roble" en el año 403. De hecho, era uno de los notorios "cuatro" a quienes el Santo tenía especialmente como hombres de cuyas manos no esperaba obtener justicia común. En todos los varios sínodos reunidos para la destitución del Santo, el obstinado viejo de Beroea tomó la delantera de una manera casi mordaz, y también realizó un esfuerzo laborioso, pero felizmente fútil, para atraer al Papa Inocencio a su anti-caritativa postura. Fue excomulgado por su lucha y estuvo condenado hasta el año 414. Su actitud implacable tampoco se moderó con la muerte de su gran antagonista, o por el transcurso del tiempo. Catorce años después de la muerte de San Juan en el exilio, encontramos a Acacio escribiéndole a Atico de Constantinopla, en el año 421, para disculparse por la conducta de Teodoto de Antioquía, quien, a pesar de su buen juicio, había colocado el nombre del Santo en los dípticos. La misma desconcertante incoherencia de carácter, considerando su avanzada edad, su profesión, y la amplia fama de santidad de que gozaba, puede verse en su actitud hacia Nestorio. Cuando su violenta súplica de indulgencia hacia el hereje no produjo efecto, trabajó sagazmente para que a Cirilo le saliera el tiro por la culata y apareciera como responsable del Apolinarianismo en Éfeso. Acacio pasó los últimos años de su vida tratando, con edificante incoherencia, de echar el agua de su caridad sobre las cenizas encendidas de los feudos que el Nestorianismo había dejado en su tren. Sus cartas a Cirilo y al Papa Celestino son curiosas de leer dentro de este cuadro; y le corresponde el sorprendente honor de haber inspirado a San Epifanio para escribir su "Historia de las Herejías" (Haer., i, 2, en P.G., XLI, 176). Murió a la extraordinaria edad de ciento diez años.<br />
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Los historiadores eclesiásticos SOCRATES, en P.G., LXVII; SOZOMEN, en P.G., LXVII; THEODORET, en P.G., LXXXII; PALLADIUS, Vita Chrys., VI, viii, en P.G., XLVII; BARONIUS, Ann. Eccl. (PAGI, Crit.); TILLEMONT, M moires; NEWMAN, Ar. IV Cent. (4th ed.); GWATKIN, Studies in Arianism (2d ed.); HEFELE, Hist. Ch. Counc. (tr. CLARK; ed. OXENHAM), II. <br />
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CORNELIUS CLIFFORD<br />
Traducido por Amparo Cabal</div>200.106.67.80