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Martes, 23 de abril de 2024

Diferencia entre revisiones de «La Ciudad de los Reyes y su Plaza Mayor, como jeroglífico de la Pasión de Cristo»

De Enciclopedia Católica

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En otras palabras, era un <<estar en tensión hacia>> . La cardiomorfosis pública, se hacía manifiesta y patente en  las calles de Lima, y en torno del corazón de la ciudad que está al medio de la Plaza Mayor , concretamente en su célebre fuente de bronce, que -como consta por iconografía- era jeroglíficio del Sagrado Corazón de Jesús y de la Exaltación de la Eucaristía . Dicho en otras palabras, se pasa de la asociación domestica, individual  al Vía Crucis en privado,  a la asoción  urbana, colectiva y pública al Camino de la Cruz.
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Si el penitente doméstico- mediante la composición de lugar-  se ponía en presencia de Cristo y participa de su Pasión, merced al recurso teatral jesuita se permitía a todos los habitantes de la ciudad ver con los ojos del cuerpo, lo que a lo largo del año  habían percibido individualmente “con los ojos del corazón”, que son  los “ojos del alma.”
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Mediante el tetro y el recurso al jeroglifo, la Plaza Mayor de Lima sintetiza los santos lugares  y convierte a sus calles la Vía dolorosa . El puente de piedra y el arco ceremonial nos abre la puerta a dos interpretaciones del espacio urbano virreinal limeño, primero como escenario de la Pasión y luego como reflejo de la Mística Ciudad de Dios, como Christianópolis, Baluarte de la fe, Real del Sagrada Eucaristía y Puerto de asalvación. Estos conceptos los abordaremos posteriotmente con las debidas fundamentaciones

Revisión de 00:40 30 mar 2018

Sabemos que debemos a los jesuitas el perfeccionamiento del Teatro moralizante, didáctico y propagandístico, que fue usado tanto en sus centros de enseñanza como en las zonas de Misión. Los hijos de Loyola bien pueden ser considerados como los pioneros de los métodos de enseñanza audivisual, teatral y musical, y antecesores de algunas técnicas cinematográficas modernas. La Cardiomorfosis apunta a la transformación del Corazón de limeño, pero igualmente de la ciudad y del Imperio al que pertenecía. Surge, entonces la pregunta ¿cómo se transformaba el corazón de la Ciudad? La conversión de la ciudad a Cristo comenzaba con las prácticas cardiomórficas de todos y cada uno de sus habitantes, de manera votiva, activa y purgativa. La cardiomorfosis votiva se practicaba en la casa y la activa en la plaza; en tanto que que la purgativa y penitencial en el corazón de todos. Prueba de ello son los numeorso humilladeros en forma de “Cruz de los improperios” que, pesar del tiempo, se conservan en Lima.

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En la cardiomorfosis votiva el creyente común, aconsejado por el confesor y vigilado por el director espiritual elegía una o dos consideraciones de los sufrimientos del Sagrado Corazón de Jesús, con el deseo de únirse a Él, para así sufrir con El, morir con él y resucitar con El; para pagar así amor con amor. Todo a partir de modelos bien determinados en los los diversos libros de emblemas de Amor divino, por lo general de autoria jesuita. La cardiomorfosis votiva comienza con el vencimiento de si mismo; se sostenía, se fortalecía y progresaba gradualmente. Estaba voluntariamente sujeto a una cadena libradora que la ataba a los corazones modélicos de San José, la Virgen María y Jesucristo y al Sagrado Corazón. Estando atados a la Verdad Misma, al Maestro y a los custodios de la Verdad alcanzaban la Libertad plena, porque la Verdad libera. La libertad del alma se obtenia en el instante mismo de la muerte corporal, cuando le “llegaba la hora”. Se vivía meditando sobre la muerte y se deseaba estar preparado para la llegada de Cristo en Gloria, y el final de los tiempos, del que sólo se sabía y se sabe que llegara, sin día ni hora conocidos.

Cadena.jpg

La consideración de los sufrimientos del Sagrado Corazón eran motivo de atención de los creyentes todos los meses del año, todos los días del mes y todas las horas del día como lo prueban los relojes y las agendas de progreso espiritual. Todo era motivo y pretexto para un santo ejercicio de la memoria, campo en el que los jesuitas solían recurrir a la quirología, como dándonos a entender que tenemos la salvación al alcance de la mano. En este sentido debe entenderse la mano mnemotécnica del Examen de Conciencia de los Ejercicios Espirituales, la mano menemotécnica de la Santa Familia intercesora (mano poderosa) y la incontable iconografía de los santos tocándose el corazón u ofreciéndoselo, en amores inflamado a Cristo.

Mano.jpg

En otras palabras, era un <<estar en tensión hacia>> . La cardiomorfosis pública, se hacía manifiesta y patente en las calles de Lima, y en torno del corazón de la ciudad que está al medio de la Plaza Mayor , concretamente en su célebre fuente de bronce, que -como consta por iconografía- era jeroglíficio del Sagrado Corazón de Jesús y de la Exaltación de la Eucaristía . Dicho en otras palabras, se pasa de la asociación domestica, individual al Vía Crucis en privado, a la asoción urbana, colectiva y pública al Camino de la Cruz.

Si el penitente doméstico- mediante la composición de lugar- se ponía en presencia de Cristo y participa de su Pasión, merced al recurso teatral jesuita se permitía a todos los habitantes de la ciudad ver con los ojos del cuerpo, lo que a lo largo del año habían percibido individualmente “con los ojos del corazón”, que son los “ojos del alma.”

Mediante el tetro y el recurso al jeroglifo, la Plaza Mayor de Lima sintetiza los santos lugares y convierte a sus calles la Vía dolorosa . El puente de piedra y el arco ceremonial nos abre la puerta a dos interpretaciones del espacio urbano virreinal limeño, primero como escenario de la Pasión y luego como reflejo de la Mística Ciudad de Dios, como Christianópolis, Baluarte de la fe, Real del Sagrada Eucaristía y Puerto de asalvación. Estos conceptos los abordaremos posteriotmente con las debidas fundamentaciones