Herramientas personales
En la EC encontrarás artículos autorizados
sobre la fe católica
Jueves, 18 de abril de 2024

Baden

De Enciclopedia Católica

Saltar a: navegación, buscar

El Gran Ducado de Baden está situado en la parte sudoeste del Imperio Alemán, rodeado por Suiza, Alsacia, el Palatinado, Hesse, Bavaria y Wurtemberg, con un área total de 5,821 millas cuadradas.(En 1949, Baden, junto con Wurtemberg y Hohenzollern, pasó a formar parte de la República Federal de Alemania. Su nombre actual es Baden-Wurtemberg y es uno de los 16 estados- Bundesländer- que conforman dicho país. La unión entre esos dos antiguos estados se realizó en 1952, por plebiscito popular. Su capital actual es la ciudad de Stuttgart). Según el censo del 1 de diciembre de 1905 (al escribirse el presente artículo), la población alcanzaba la cifra de 2, 010,728 , de los cuales 1,198,511 eran católicos, 762,826 evangélicos, 8,006 antiguos católicos, 2,060 luteranos, 2,823 reformados, 2,157 pertenecientes a varias denominaciones evangélicas, 7,449 a otras creencias cristianas, 25,893 judíos y 600 de otras religiones (el censo de 2005 cuenta 10.718.327 habitantes. Las proporciones religiosas en todo el país: cristianos 66 % (católicos 33 %, protestantes 33 %); musulmanes 3 %; judíos 0,1 %) .

HISTORIA

La Edad Media

El Gran Ducado se configuró con territorios de varios dominios eclesiásticos y seculares. Al principio de la Era Cristiana, Baden formaba parte de las así llamadas "tierras de diezmo" (agri decumates) que estaban protegidas de los bárbaros germánicos por una muralla . Desde ese punto los alemanni realizaban frecuentes incursiones en territorio romano, y después de la muerte del emperador Aurelio Probo (282), tomaron posesión de la parte sur de dichos terrenos de diezmo. Las victorias de 496 y 536 convirtieron a los francos en amos de la región, y en 748 Pipino el Breve acabó con la antigua forma de gobierno basada en ducados tribales, introduciendo el sistema organizativo del imperio franco. La implantación del poder franco trajo también a la provincia la fe cristiana. La parte sur del país recibió la fe alrededor del año 610, de san Columbano y de su discípulo san Galo, quienes fueron sucedidos cien años después por san Pirminio. San Trudberto trabajó en el Breisgau, y san Kilian en la parte noreste del territorio. El valle del Rin fue evangelizado desde Mainz. Gran parte de la conversión de esa región se debe a los múltiples monasterios que se fundaron a través de los siglos:Reichenau, Honau, cerca de Kehl, San Trudberto, Ettenheimmunster, Gengenbach, Schwarzach, San Miguel, cerca de Heidelberg, Petershausen cerca de Constanza, y San Blas. Igualmente, los monasterios femeninos, tales como Sackingen, Waldkirch, Sulzburg, y otros.

Ya la debilidad del reinado de los últimos carolingios, y luego la desaparición de esa dinastía, propició el renacimiento del viejo modo de gobierno de los ducados tribales, y solamente reyes fuertes como Otto I, Enrique II y Enrique III fueron capaces de mantener su autoridad. Los aliados naturales de los reyes en contra de los duques de la diversas tribus fueron las autoridades eclesiásticas, obispos y abades, quienes ganaron enorme influencia y posesiones. El territorio de Baden fue dividido eclesiásticamente en seis diócesis: Constanza, Speyer, Estrasburgo, Worms, Mainz, y Wurzburg. Los obispos de Bamberg eran ricos terratenientes al haberles Enrique II otorgado tierras en el Ortenau, y haber colocado las abadías de Ettenheimmunster, Gengenbach, y Schuttern bajo su jurisdicción episcopal. Los monasterios de Reichenau y San Blas, en particular, se convirtieron en poseedores de grandes bienes temporales. El Conde Bertoldo (+1078) ganó gran prominencia entre los gobernantes seculares alegando descender de los antiguos duques alemanes, y en 1061 se convirtió en Duque de Carinthia y Margrave de Verona. Durante el conflicto entre el papado y el Emperador Enrique IV, Bertoldo se mantuvo fiel a la Iglesia. El más joven de sus tres hijos, Salomón, fue obispo de Constanza (1084-1110), y los otros dos, Bertoldo II (+ 1111) y Hermann I (+ 1074), fueron los ancestros de los duques y margraves de la rama Zahringen. La línea ducal de descendientes recibió del emperador en feudo parte de Borgoña y de la zona central y occidental de Suiza, con Zurich como capital. De esos descendientes, Bertoldo II fundó Friburgo en el Breisgau, Bertoldo IV, Friburgo en Suiza, y Bertoldo V, Berna. A la muerte de Bertoldo V, en 1218, se extinguió esa rama de la familia, pasando sus estados a manos de los margraves de la otra rama, cuyos descendientes constituían la familia gobernante de Baden todavía al momento de escribirse este artículo. El primero de los margraves de esta rama fue Hermann I, que murió como monje en la abadía de Cluny. Muchos de sus descendientes se distinguieron en asuntos de Estado, como por ejemplo: Hermann V (1190-1242), que peleó contra los mongoles, Rodolfo (1243-1288), quien fuera primero enemigo y luego amigo de Rodolfo de Hapsburgo, Bernhard (1372-1431), generoso benefactor de los monasterios de Gottesaue y Schwarzach, y Jaime I (1431-1453), quien patrocinó la fundación de la colegiata en la ciudad de Baden-Baden. Otros, por el contrario, debilitaron la influencia de la familia al repartir reiteradamente sus territorios, y contribuir con ello a las subsecuentes subdivisiones territoriales de lo que luego fue Baden.

Entre los gobernantes vecinos, los que más territorios poseían eran los condes del Palatinado del Rin (Heidelberg, etc.); la dinastía Hapsburgo, la cual en el siglo XIV obtuvo la totalidad del Breisgau y las ciudades de Friburgo,Breisach, Waldkirch, y otros sitios; los condes de Furstenberg, cuyos dominios estuvieron por un tiempo en la región de Baar (como el poblado de Donaueschingen); y los condes de Wertheim. Obviamente, también había un gran número de principados pequeños, caballeros del imperio y ciudades libres. Y a todos ellos habría que añadir los gobernantes religiosos, los seis obispos, cerca de 106 monasterios, y algunos territorios poseídos en encomienda por los Caballeros de San Juan y los Caballeros Templarios alemanes. La vida intelectual, espiritual y económica que floreció en esa época en el Rin Superior fue tan variada como las divisiones territoriales de la región. Las evidencias del celo con el que se cultivaron las artes en monasterios y ciudades están patente en los innumerables edificios que datan de ese período, como, por ejemplo, los de Constanza, Friburgo, Ueberlingen, etc. Así mismo, en sus bibliotecas monacales, en la gran población estudiantil de las universidades de Heidelberg y Friburgo, y de las escuelas intermedias, de las cuales la de Pforzheim ganó enorme reputación. También en la difusión del arte de la imprenta, en un momento en que la vida eclesiástica se había visto invadida de innegables abusos, que fueron causa de que muchos fueran presa de la influencia de algunos movimientos intelectuales que prepararon el camino a la Reforma. Entre ellos se encontraban algunas asociaciones religiosas secretas y los pseudo místicos, los husitas, los flagelantes, y, en especial, el humanismo que gozaba del favor de la corte del Palatinado del los Electores.

De la Reforma a la formación del Estado actual.

El primer impulso acerca de ideas religiosas revolucionarias en Baden procedió del mismo Lutero, quien pasó algún tiempo en Heidelberg, donde apareció en público como orador y eso le ganó algunos adeptos. La Reforma estableció su punta de lanza en el condado de Wertheim, en Constanza (1530), en el condado de Hanau-Lichtenberg (1530) y en el Palatinado Electoral (1546). Los territorios libres gobernados por eclesiásticos y por la Casa de Hapsburgo permanecieron fieles a la Iglesia. Los progresos de la Reforma en el margravado de Baden no fueron nunca uniformes. Para 1503 el Margrave Cristopher I de Baden (1475-1527) ya había reunido todos los territorios de la familia, pero la división, en 1533, entre sus dos hijos Bernhard III y Ernesto, seccionó al margravado en dos partes que no se volvieron a reunir sino hasta 1771. Bernhard recibió el margravado de Baden-Baden, y su hermano el margravado de BadenDurlach. Parte de la población de Baden-Baden ya había adoptado las nuevas enseñanzas, pero al morir Bernhard III (1536), el Duque Alberto V de Bavaria, tutor del hijo de Bernhard, Felipe II, logró hacer que el país volviera a la fe católica. El mismo Felipe (1569-1588), que había sido educado por los jesuitas en Ingolstadt, se convirtió en un vigoroso opistor de la nueva enseñanza.

La rama Baden-Durlach de la familia reclamó para sí Baden-Baden durante el reinado del sucesor de Felipe, Eduardo Fortunato (1588-1600), e incluso ocupó parte del territorio hasta 1622, e introdujo la Reforma. El Margrave Guillermo 81622-1677), sin embargo, después de muchos reveses, logró, con el apoyo del Partido Católico del imperio, retomar el mandato del margravado. Con la ayuda especial de jesuitas y capuchinos, en favor de los cuales había establecido algunas casas, hizo que la parte protestante del país volviera al redil de la fe católica. Su sucesor, Luis Guillermo (1677-1707), prestó admirables servicios a la Iglesia y al imperio peleando contra los turcos (1683) y los franceses. Luis Guillermo, su esposa Augusta Sibylla, en su calidad de regentes en favor de su hijo Luis Jorge (1707-1761), y este último a su vez, lograron muchas cosas en favor de la Iglesia en Baden. A la muerte de Augusto Jorge (1761-1771), quien había dejado el ministerio eclesiástico con la aprobación papal, y fundó muchas instituciones religiosas, se extinguió la línea de Baden-Baden, cayendo la sucesión en la rama Baden-Durlach. El Margrave Ernesto (1527-1553) de Baden Durlach había favorecido el protestantismo, y su hijo Carlos II (1553-1577) pronto estableció la Reforma en sus dominios. Después de este período la religión protestante continuó dominando el territorio de Baden-Durlach, y su supremacía no se vio afectada ni por la reconciliación de la Iglesia con Jaime III, tercer hijo de Carlos II, pues la conversión de Jaime aconteció poco antes de su muerte (1690). Los más notables gobernantes de Baden-Durlach fueron: Federico V (1622-1659), quien fundó muchas escuelas; Federico VI (1659-1677), el cual se distinguió por su devoción al emperador y al imperio; Carlos Guillermo (1709-1738), quien en 1715 estableció la actual capital en Karlsruhe, y mejoró significativamente las finanzas y la administración de justicia, además de promover celosamente los intereses de las escuelas. Su nieto Carlos Federico (1738-1811), estableció reformas muy positivas en la cuestión sanitaria durante su reinado, elevando la situación de su territorio de un principado despreciable al rango de uno de los grandes estados del centro del Imperio Germano.

La desaparición de la rama Baden-Baden incrementó mucho sus posesiones, las cuales a su vez fueron aumentadas por los cambios políticos resultado de la Revolución Francesa. Pero en 1796 Carlos Federico fue obligado a ceder a Francia sus posesiones en la ribera izquierda del Rin, aunque fue generosamente compensado por el Acta de los Delegados Imperiales (1803). Recibió la diócesis de Constanza, esa parte del Palatinado del Rin que yace en la ribera derecha del río, y que abarca las ciudades de Heidelberg, Mannheim, etc., parte de las diócesis de Estrasburgo y Speyer, once casas religiosas y abadías, y siete ciudades imperiales. Gracias a la Paz de Pressburgo (1805), y a la llegada de Baden a la Confederación del Rin (1806), Baden creció aún más por las antiguas posesiones de Austria en el Bresgau, la ciudad de Constanza, y otros territorios, a partir de lo cual se fijaron los límites existentes al escribir este artículo. Baden fue elevado al rango de gran ducado el 13 de agosto de 1806. La participación obligada del ducado en las guerras napoleónicas produjo grandes pérdidas de vidas y propiedades.

Historia reciente

El Gran Duque Charlos (1811-1818), sucesor de Carlos Federico, dio al país una constitución bastante liberal. El primer Landtag (parlamento) entró en conflicto con el gobierno del Gran Duque Luis (1818-1830), quien había sido educado en las ideas absolutistas y dirigió el gobierno casi despóticamente. Si bien durante el reinado del Gran Duque Leopoldo se habían introducido muchas reformas oportunas, nunca faltaron agrias disputas entre los representantes del pueblo y el gobierno. Al avanzar esas disputas, los oponentes del gobierno se airaban cada vez más y finalmente formaron un partido líder de la oposición, el cual, por la influencia de las tendencias políticas predominantes en ese momento, dio origen al nacimiento de principios radicales. Tal radicalismo obtuvo gran apoyo no sólo en el Landtag, sino en el país en general. De ahí que el movimiento revolucionario de 1848, que había comenzado en Francia, encontrara tierra fértil también en Baden. A pesar de que el gobierno concedió muchas de las demandas de la gente para liberalizar la administración, no faltaron las revueltas. Al principio, esas revueltas fueron suprimidas, pero un motín del ejército en Rastatt y Karlsruhe dio la victoria a los revolucionarios. Los insurgentes se apoderaron de Karlsruhe en 1849, proclamaron una república y establecieron un gobierno provisional. Fue gracias a la ayuda de Prusia y de la Confederación Germánica que se logró la supresión de la revolución en Baden y el Gran Duque pudo restablecer su autoridad. Los culpables fueron castigados severamente, en especial los soldados amotinados.

CONFLICTOS ECLESIÁSTICOS.

Durante el reinado del Gran Duque Luis II (1852-1856), cuyo hermano Federico mantuvo la regencia hasta 1856, cuando aquél pudo acceder al título, entraron en abierto conflicto el gobierno y la Iglesia Católica, que ya habían venido enfrentándose por mucho tiempo. Las revoluciones del período napoleónico habían sacudido la organización de la Iglesia hasta sus cimientos. Dos tercios de la población del Gran Ducado de Baden que existía al inicio del siglo XIX profesaba la fe católica. Esto significaba 728 parroquias divididas en seis diócesis diferentes (Constanza, Estrasburgo, Speyer, Worms, Mainz y Wurzburg). Era urgente una renovación de los asuntos eclesiásticos, que se llevó a cabo, al menos en lo tocante a la parte del Estado, a través de los decretos organizacionales de 1803 y a los decretos constitucionales de 1807, que reglamentaban la posición del Estado frente a la Iglesia. Aunque el primero de tales decretos garantizaba a los católicos la continuidad de su sistema diocesano, el libre ejercicio de su religión, y la posesión y uso de las propiedades eclesiales, poco después de su promulgación fueron abolidos muchos monasterios e instituciones caritativas, otras confiscadas y otras transformadas en instituciones seculares de educación. En vez de ser organizados en diócesis, los católicos fueron repartidos en dos vicariatos (Bruchsal y Constanza). Se nombró una comisión especial para administrar los asuntos temporales de la Iglesia, conocida originalmente como Kirchensektion (Sección Eclesiástica) y luego como Catholic Oberkirchenrat (Consejo Supremo Eclesiástico). A pesar de la buena voluntad del Gran Duque Carlos Federico, el espíritu de esos decretos fue desfavorable a la Iglesia Católica. Los derechos del Estado se incrementaron más allá de lo razonable, para perjuicio de la Iglesia. Pero aún peor que las normativas mismas fue la forma en que éstas fueron ejecutadas por los funcionarios liberales del Antiguo Baden, quienes veían a la Iglesia Católica con hostilidad. Tan injusto fue el trato que se dio a los católicos en el nuevo Gran Ducado, y tan notables las indignidades a que fueron sometidos, que hasta Napoleón, protector de la Confederación del Rin, protestó acerca de ello en dos notas enviadas al gobierno de Baden (febrero y marzo de 1810).

Desafortunadamente, gran parte del clero católico, que o había sido educado en el josefinismo, o había sido presa del indiferentismo de la época, no pudo lograr reunir los apoyos necesarios para defender los derechos de la Iglesia. Incluso los más altos dignatarios de la Iglesia, como, por ejemplo, el vicario general de Wessenberg, favorecieron las posturas del febrionanismo y acogieron entusiastamente el proyecto de una iglesia nacional germana, independiente de Roma. Ese estado de cosas hizo que las negociaciones empezadas por la Santa Sede para reorganizar la Iglesia en Baden se prolongaran por años. Finalmente, la bula "Provida solersque" (agosto 16, 1821), estableció la provincia del Alto Rin (Oberrheinische Kirchenprovinz), definió los límites de las cinco diócesis ahí comprendidas (Friburgo Fulda, Limburgo, Mainz, y Rottenburg) y decidió que Friburgo fuera la sede metropolitana. En Baden, por órdenes del Gran Duque, el candidato a la sede archiepiscopal era electo en votación libre por los decanos (1822), pero el Papa condenó la elección de Wanker, profesor de teología en Friburgo, por ser inválida canónicamente. Se tuvo que realizar una larga negociación antes de llegar a un acuerdo, y el 11 de abril de 1827 León XII promulgó la bula de erección "Ad Dominici greys custodian". El 16 de octubre, 1827, se firmó el acta de fundación. El 21 de octubre fue consagrado el primer arzobispo, Bernhard Boll.

Con todo, aún no se había logrado un ajuste adecuado para el problema. El acta de fundación contenía muchas cláusulas contrarias al espíritu de la bula papal. La ley eclesiástica aprobada el 30 de enero de 1830 era significativamente contraria a los acuerdos hechos con Roma. Es verdad que otorga a los católicos el derecho de profesar libremente su fe y practicar su religión, pero, por el contrario, se le da al Estado un poder exagerado sobre la Iglesia: todas las órdenes y decisiones de cierta importancia que procedan de las autoridades eclesiásticas deben ser, según esa ley, aprobadas por la autoridad civil; se requiere que incluso los decretos y dispensas de carácter general emitidos por la Iglesia, aunque sean de orden puramente espiritual, deban ser inspeccionadas previamente por la autoridad pública. Incluso las bulas, los breves, y dispensas papales deben obtener el placeat del soberano; elimina la corte canónica de apelaciones; otorga al clero y a los laicos, en usurpación de la autoridad espiritual, recurso a los tribunales seculares en vez de las cortes eclesiásticas, etc. Tanto el Papa como el arzobispo protestaron contra las normas de esa ley tan permeada del espíritu de una iglesia nacional, pero infructuosamente. Si bien el primer arzobispo, Bernhard Boll (1827-1836), y su sucesor, Ignaz Demeter (1836-1842) aceptaron los deseos del gobierno hasta donde les permitía su posición de prelados católicos, todas sus quejas acerca de la intervención estatal, y sus llamados en favor de un trato más liberal para la Iglesia, fueron totalmente inútiles. Por el otro lado, el gobierno apoyaba abiertamente algunos movimientos de naturaleza racionalística e irreligiosa, incluso de algunos profesores de teología de la Universidad de Friburgo. Permitió, además, que pasaran inadvertidas las justas peticiones del arzobispo de mayores poderes disciplinarios; protegió a clérigos indignos que se habían subordinado en contra de sus superiores eclesiásticos, casi eliminó la cooperación de la Iglesia en la administración de las escuelas católicas y de las propiedades de la Iglesia; permitió que los radicales del Landtag insultaran a la Iglesia; favoreció el Rongeanismo, etc. Sin embargo, a pesar del trato injusto que recibió, el Arzobispo, Hermann vou Vicari (1842-1868), permaneció fiel al soberano legítimo y rehusó hacer el juramento que le exigía el régimen revolucionario al estallar la revolución. En consideración de esa actitud, una vez que hubo vencido las fuerzas revolucionarias, el gobierno se mostró dispuesto a cambiar de política: permitió que los jesuitas realizaran misiones entre la gente y otorgó al arzobispo mayor autonomía en el gobierno de la disciplina eclesiástica. Pero ese cambio no duró mucho: en breve volvió a estar vigente el antiguo sistema del Estado.

También los cuatro obispos sufragáneos de la provincia del Alto Rin entraron en conflicto con sus respectivos gobiernos al intentar lograr libertad para la Iglesia Católica. Con el fin de que actuaran unificadamente, el Arzobispo Vicari, en adhesión a las normas del Concilio Plenario del episcopado alemán realizado en Wurzburg (1848), convocó a sus sufragáneos a Friburgo en la primavera de 1851. En un memorandum dirigido a sus respectivos soberanos, ellos exigieron el privilegio de educar y a nombrar a sus sacerdotes sin interferencia externa, el libre ejercicio de la disciplina eclesiástica entre el presbiterado y los laicos, y el privilegio de abrir escuelas católicas, de establecer sociedades y asociaciones religiosas, y de administrar las propiedades de la Iglesia sin interferencias. Nunca tuvieron respuesta del gobierno, por lo que los obispos dirigieron un recordatorio a las autoridades (febrero de 1852), en el que reiteraban su demanda de la abolición de la supremacía estatal. Pero no fue sino hasta el 5 de marzo de 1853 que recibieron informes sobre la decisión: había concesiones superficiales, pero en los puntos principales se mantenía la posición adversa. Se debería mantener vigente el viejo sistema de la tutela estatal. Consecuentemente, los cinco obispos se volvieron a reunir (abril de 1853) en Friburgo y dieron cuerpo a sus demandas en otro memorandum fechado el 8 de junio, en el que hacían ver la incongruencia de las concesiones hechas el 5 de marzo, y reservándose el derecho de hacer ulteriores demandas. Mientras que cuatro de los obispos lograron obtener concesiones más o menos extensas, en Baden se desató un conflicto muy amargo.

Un evento acaecido en Baden sólo logró incrementar la gravedad de la ruptura entre las autoridades civiles y el arzobispo. Después de la muerte del Gran Duque Leopoldo (24 de abril de 1852), el gobierno, o sea el Oberkirchenrat, que en 1845 había sucedido al Kirchensektion, ordenó que el arzobispo celebrara unos ritos por el fallecido soberano. En conformidad con las leyes de la Iglesia, el arzobispo prohibió la celebración de misas de requiem en favor de los príncipes protestantes y ordenó la celebración de otros ritos, más adecuados. Sin embargo, las autoridades insistieron en sus demandas, y afirmaron que los ritos celebrados por el arzobispo no eran de la dignidad correspondiente, por lo que quisieron obligar a los párrocos a celebrar misas exequiales, en oposición a las órdenes del obispo. Únicamente seis entre 800 sacerdotes obedecieron, y el arzobispo ordenó que en expiación, el clero desobediente debería hacer ejercicios espirituales de cinco días bajo la dirección del jesuita Padre Roh, en el seminario de San Pedro. A pesar de que las autoridades civiles ofrecieron protección a los sacerdotes que quisieran desafiar esa orden, todo el clero obedeció la orden episcopal, con lo que le dio al arzobispo una victoria total y la fuerza para resistirse ante futuros conflictos.

En respuesta al segundo memorandum de los obispos de la región del Alto Rin, los representantes del Estado de Baden rehusaron hacer ninguna concesión a la Iglesia Católica. Entonces el arzobispo informó al gobierno que él tendría que tomar las medidas necesarias para asegurar los derechos que le correspondían y que estaban siendo injustamente limitados por las autoridades civiles. Realizó exámenes para nombramientos de párrocos y para la admisión al seminario teológico, sin presencia del comisionado gubernamental; dotó de personal a las parroquias respecto a las cuales el gobierno no podía alegar derecho canónico de patronazgo; exigió al Oberkirchenrat la administración de la propiedad eclesial, en acuerdo estricto al derecho canónico, y amenazando con excomunión a quien desobedeciera. El gobierno reaccionó poniendo bajo vigilancia policial todas las acciones del arzobispo, expulsando a los jesuitas de Friburgo y amenazando al clero que había obedecido al prelado con la pérdida de sus emolumentos y con penas civiles. De hecho fueron puestos en prisión dos sacerdotes de Karlsruhe y Friburgo, los cuales había hecho pública la sentencia de excomunión que el arzobispo había emitido en contra del Oberkirchenrat. Como el gobierno no mostraba señales de cesar su indebida interferencia, el arzobispo publicó una carta circular, que se leyó en todos los púlpitos, en la que ordenaba que las instituciones de la Iglesia fueran administradas independientemente sin sujeción a las órdenes civiles, y prohibía al clero tener cualquier tipo de relación con funcionarios estatales. El gobierno, viendo en ese acto una instigación en contra de la autoridad civil, prohibió su promulgación en los templos e intentó requisar todas las copias de la carta, lo cual logró en algunos casos gracias al uso de la fuerza. Si instauró un juicio contra el arzobispo (mayo 18 de 1854), en el que se le acusó de perturbar y poner en peligro la paz pública. El día 22 fue arrestado y confinado a su cuarto, vigilado por la gendarmería, hasta el 31 de ese mismo mes.

En acatamiento de las órdenes del arzobispo, el tribunal diocesano siguió atendiendo sus asuntos, y envió a Roma un informe en el que le pedía al Papa que tomara las previsiones necesarias para el gobierno de la diócesis. Las campanas de los templos enmudecieron, los altares fueron cubiertos con telas de luto, se quitaron los adornos de los altares y los fieles se congregaron en todas partes para hacer oración. En una nota del 8 de junio, el Papa se dirigió a las autoridades civiles de Baden y en ella tomaba bajo su protección al arzobispo. Fue entonces que el gobierno propuso a la Santa Sede entrar en negociaciones, de las que se logró un acuerdo pacífico que produjo un modus vivendi tolerable. Se suspendieron todos los procesos en contra del arzobispo y del clero y paulatinamente se abrió un camino hacia las relaciones amistosas entre las autoridades civiles y el arzobispado.

Con la firma del concordato, el 8 de junio de 1859, se dio fin a las prolongadas negociaciones con Roma, que lograron dar respuesta a muchas de las justas demandas de la Iglesia y la concesión de todas las peticiones del arzobispo, en especial al derecho de nombrar parroquias, de dar instrucción religiosa, de la participación en la administración de la propiedad eclesiástica, el derecho a decidir asuntos matrimoniales. etc. Los liberales y los demócratas se opusieron a la firma del concordato, incluso realizando reuniones masivas de protesta, que culminaron con el cese del ministro conservador y el nombramiento de un liberal. Este último, el 29 de octubre, sin consultar a la Santa Sede declaró arbitrariamente la nulidad del concordato y lo substituyó por una ley antagónica de la Iglesia, que fue aprobada por el Landtag. El 20 de noviembre de 1861, el gobierno y el arzobispo llegaron a un acuerdo en lo tocante al nombramiento de puestos con beneficio y a la administración de la propiedad de la Iglesia.

Luego de una breve tregua, otros conflictos surgieron sin embargo entre las dos autoridades acerca del sistema escolar. El gobierno, totalmente controlado por los liberales, propuso una iniciativa de ley escolar que prácticamente nulificaba la influencia de la Iglesia en la educación y limitaba su acción a la supervisión de la instrucción religiosa. Por más que el clero luchó por todos los medios para revertir esa propuesta, y el arzobispo se opuso a ella en una carta pastoral, la iniciativa se convirtió en ley, e incluso en forma más dañina. La oposición de la población católica, expresada en numerosos mítines y cartas al Duque, fue desdeñosamente ignorada. Los liberales, dueños de la mayoría de las curules del Landtag, y con el control del gobierno, no dudaron ante nada en su deseo de hacer prácticamente efectivos sus principios de hostilidad hacia la Iglesia. En 1867 el gobierno instituyó los exámenes para los aspirantes al seminario teológico, que debían ser presentados ante un comisionado civil al término de los cursos universitarios. La Curia protestó y prohibió a los estudiantes que se sometieran al examen.. Como resultado de esa oposición, en las parroquias sujetos al nombramiento del Gran Duque, sus párrocos, en vez de sus estipendios y nombramientos como tales, sólo recibieron los correspondientes a administradores parroquiales. Luego de la muerte del arzobispo, acaecida el 15 de abril de 1868, y por la negativa del gobierno de considerar a siete de los ocho candidatos, fue imposible elegir a un sucesor, y la sede episcopal estuvo vacante durante dieciocho años. En 1869 el matrimonio civil fue declarado obligatorio. En 1870 fueron secularizadas todas las instituciones católicas no puramente eclesiásticas, y arrebatadas de la autoridad eclesial, cancelando con ello abundantes donaciones destinadas a propósitos católicos. En 1872 se prohibió que los miembros de órdenes religiosas pudieran enseñar en las escuelas elementales, apoyar en el trabajo ministerial o llevar a cabo misiones. En 1873, los así llamados "viejos católicos" y la Iglesia Católica fueron considerados oficialmente como iguales. Consecuentemente, varios templos católicos les fueron cedidos y su obispo, Reinkens, fue reconocido por el gobierno como obispo católico nacional (Landesbischof). En 1874 se comenzó a exigir que los nombramientos de funcionarios de la Iglesia se basaran en pruebas que permitieran constatar la capacidad científica de los candidatos, con lo cual los obligaban a tomar un curso de tres años en alguna universidad alemana, excluidas las jesuitas. Fueron clausurados los seminarios diocesanos y los internados para niños. En 1875 fueron instituidas las escuelas no denominacionales, y adquirieron carácter obligatorio. Las escuelas católicas fueron secularizadas, y algunas órdenes religiosas fueron suprimidas. No fue sino hasta que se retiró el Ministro Jolly, el archiliberal y alma del movimiento anticatólico, que se pudieron tomar medidas para restablecer la paz con la Iglesia Católica. En 1881 fueron eliminados los exámenes para los aspirantes al seminario. En 1882 fue nombrado arzobispo Johann Baptist Orbin, quien gobernó la diócesis hasta 1886. Sus sucesores fueron Johann Christian Roos, hasta 1896; George Ignaz Komp, quien murió como arzobispo electo en el camino a su sede (1896) y Thomas Yorber, a partir de 1896. En 1888 se reabrieron las escuelas de varones y los seminarios, y se autorizó otra vez a los religiosos a predicar.

Entretanto se mantuvo tranquilo el ambiente político de Baden. Es cierto que en 1866 el Gran Duque había sido forzado contra su voluntad a pelear al lado de Austria y la Confederación Germánica contra Prusia, pero ya para el 28 de julio él había logrado acordar una tregua, al tiempo que anunciaba su retiro de la Confederación Germánica. El 17 de agosto firmó la paz, y una alianza defensiva y ofensiva con Prusia. Las fuerzas militares de Baden se organizaron siguiendo las líneas prusianas y, cuando en 1870, Baden peleó al lado de Prusia, se distinguieron por su desempeño en varias batallas. El 25 de noviembre Baden ingresó a la Confederación Germánica del Norte, la cual había sido fortalecida por la llegada de otras naciones germánicas del sur al Imperio Germánico (1871). La nueva administración se condujo siguiendo los postulados liberales. Y la mayoría liberal de la Cámara no sufrió cambios hasta 1893. Pero en 1904 se introdujo un sistema electoral más imparcial. A pesar de ello el gobierno se aferró a sus políticas liberales, negándose a autorizar las peticiones católicas para que se reabrieran las órdenes religiosas masculinas. Empezó otra vez a ganar terreno la animosidad contra la Iglesia Católica, como se puede ver por las órdenes de que se investigara a todo el clero católico por supuestos abusos de mal uso de influencia durante los procesos electorales y otros cargos más.

ESTADO E IGLESIA EN BADEN

Las relaciones entre la Iglesia y el Estado no fueron enteramente satisfactorias, según evidencia la historia, por el excesivo control estatal. Pero de acuerdo a la más reciente legislación (al escribirse este artículo), la Iglesia en Baden posee el derecho que tienen todas las corporaciones públicas que forman sociedades religiosas. La Iglesia realiza sus funciones propias con toda libertad e independencia. Ya no hay restricciones para que el clero se comunique con sus superiores eclesiásticos. La más alta autoridad católica de Baden es el arzobispo de Friburgo, quien también es metropolitano de la provincia del Alto Rin, y como miembro de la Primera Cámara de Baden su rango está en el nivel inmediatamente inferior a los ministros de Estado, y se le da el título de Excelencia. Las posiciones en el gobierno eclesiástico son designadas por las autoridades de la Iglesia, pero sólo se otorgan a ciudadanos de Baden que hayan comprobado tener una educación científica. No se exime de los cursos de tres años cursados en una universidad alemana a quien haya cursado estudios en instituciones jesuitas. Los sacerdotes que inician sus funciones pastorales en Baden, deben hacer un juramento constitucional. A los sacerdotes foráneos únicamente se les permite realizar actividades eclesiásticas bajo ciertas condiciones. Ninguna orden religiosa puede asentarse en Baden sin autorización gubernamental, ni tampoco pueden las órdenes ya existentes establecer nuevas fundaciones. Y esta autorización puede ser revocada en cualquier momento. La predicación de misiones y el trabajo ministerial de las órdenes religiosas está prohibido por principio general, excepto en caso de urgente necesidad. La legislación del Imperio Germánico obliga la realización de la ceremonia del matrimonio civil, pero abolió el servicio militar de los estudiantes de teología. Por otra parte, expulsó de su territorio a los jesuitas y a todas las órdenes y congregaciones "emparentadas" con ellos.

Propiedad de la Iglesia

La propiedad del consejo archiepiscopal, el capítulo catedralicio, la iglesia metropolitana, y el seminario, al igual que los fondos directamente controlados por el arzobispo o el capítulo; el que estaba bajo el control de los capítulos rurales en forma independiente del ordinario era administrado por tales capítulos; las propiedades locales, o sea, las pertenecientes específicamente a una parroquia, eran administradas por el consejo parroquial bajo la dirección del clero. Estos consejos eran elegido entre la feligresía parroquial para períodos de seis años. La propiedad de instituciones eclesiásticas de un distrito eran administradas por una comisión, conformada en partes iguales por miembros elegidos por el gobierno y por personas elegidas por el arzobispo entre los católicos de la zona. El fondo interealario (el organismo fiscal encargado de la recaudación, manejo y uso de los ingresos de los beneficios vacantes del Gran Ducado de Baden) es administrado por un consejo conocido como Catholic Oberstiftungsrat, que consiste de un presidente y seis miembros, supervisados conjuntamente por el arzobispado y el gobierno. Sus miembros son todos católicos, y son nombrados en forma igualitaria por el gobierno y el arzobispo. Todos deben contar con la aprobación de ambas partes. También el presidente debe ser seleccionado y nombrado consensuadamente. El Oberstiftungsrat también supervisa la administración de las instituciones locales y regionales, así como los beneficios, ocupados o vacantes.

Las asociaciones de fieles de las iglesias reconocidas en Baden gozan de los mismos derechos que las corporaciones públicas. Los costos relacionados con el culto público, tales como el mantenimiento de los templos, la compra y cuidado del mobiliario de los mismos, y los salarios de sus empleados son cubiertos con aportaciones solicitadas al los fieles por parte de las parroquias. También se hace una evaluación general de las necesidades de la Iglesia en Baden: gastos de la jerarquía, establecimiento de nuevas iglesias y oficinas, etc. La ejecución de los derechos y deberes parroquiales se realiza por el consejo parroquial. En las parroquias donde haya más de ochenta miembros, el consejo es electo. Las resoluciones del consejo parroquial referentes a la evaluación de la Iglesia estaban sujetas a la aprobación del Estado. Para que cualquier cambio en la formación de una parroquia, ya fuera por reorganización, disolución, división o fusión, se considerase legalmente efectivo, se requería la sanción de las autoridades. También estaba sujeta a la supervisión estatal la administración de las fundaciones eclesiásticas (Stiftungen). Cualquier donativo en favor de las fundaciones existentes, o de las que estuvieran en proceso de creación, o para las independientes, requerían la aprobación del Estado. Templos, capillas, hospitales y otras instituciones públicas dedicadas al cuidado de los pobres y huérfanos, o a otros propósitos de caridad, están exemptos del impuesto predial. Los hogares que cuidan de la salud de enfermos y que dan atención a los pobres, así como las instituciones educativas, están exemptas del impuesto sobre la inversión. Los valores sujetos a impuestos de las parroquias quedan excluidos de las evaluaciones parroquiales.

Iglesia y Escuela

El sistema de educación pública cae bajo la dirección del Estado, y su máxima autoridad es el Oberschulrat (Supremo Consejo Educacional), que a su vez depende directamente del Ministerio del Interior. La más alta jerarquía católica puede designar un representante que asista a las deliberaciones del Oberschulrat cuando se discuta algo sobre la educación religiosa y su lugar en el plan de estudios. La instrucción que se imparte en las escuelas públicas es para todos los niños de edad escolar, sin distinguir su religión, excepto la clase de educación religiosa. La supervisión de las escuelas públicas, así como la de los fondos de todas las escuelas locales, incluidas los de cada credo religioso, se confía al concejo municipal. En él, los diferentes pastores representan cada uno a su confesión religiosa. Al nombrar a maestros de las escuelas públicas, se tiene el mayor respeto posible por las creencias de los niños. En aquellas escuelas a las que asisten alumnos de un solo credo religioso, los profesores deben ser miembros de esa iglesia. La instrucción religiosa es preparada y supervisada por las respectivas iglesias y sus comunidades. En esa tarea pueden recabar el apoyo de los maestros. El plan de estudios de religión es diseñado por las más altas autoridades espirituales y supervisado por sus delegados. Es permitido establecer instituciones educativas privadas pero bajo ciertas condiciones. Tales establecimientos son supervisados por el Estado; de vez en cuando las autoridades educativas los visitan y realizan exámenes. Las asociaciones e instituciones religiosas sólo pueden crear organismos educacionales con una autorización especial. Los miembros de órdenes y congregaciones religiosas tienen prohibido enseñar en las instituciones educativas del Gran Ducado de Baden. El gobierno puede otorgar excepciones a esa ley, que pueden ser revocadas al arbitrio de la misma autoridad. Las iglesias tienen autorización para fundar y sostener escuelas de teología u otras habilidades prácticas para prepara a los jóvenes al sacerdocio, y poseer internados para estudiantes de los gimnasios o de las universidades que quieran optar por la vida eclesiástica.

ESTADÍSTICAS

La arquidiócesis de Friburgo está configurada (al tiempo de escribir el presente artículo) por Baden y los territorios de Hohenzollern que pertenecen a Prusia. La fortísima mezcla de credos a lo largo del territorio de Baden es resultado del desmembramiento del mismo descrito más arriba. Según el censo de 1905, hay mayoría de católicos en 34 de los 53 distritos judiciales. Los católicos son más fuertes en el noreste (Valle del Tauber), en la parte extrema del Odenwald y en la mitad sur de Baden. Pero aún ahí existen distritos predominantemente protestantes como Kehl, Lahr, Emmendingen, el Margravado de Sulzburgo hasta Basle, y el valle de Wiese hasta Lorrach. Eclesiásticamente, Baden está dividido en tres capítulos urbanos y 36 rurales, con 814 parroquias, 114 capellanías y 259 vicarios. La catedral de Friburgo y la parroquia de san Pedro quedan excluidas del sistema capitular descrito arriba. Además, hay 3 capellanías militares y 3 institucionales. Al inicio de 1907 había 1,260 sacerdotes en Baden entre párrocos, vicarios y capellanes. De los 1187 beneficios eclesiásticos de Baden, 295 tienen al Gran Duque como patrón, 264 son elegidos libremente por el arzobispo, 145 son otorgados en base a recomendaciones de la nobleza, de terratenientes y otros, 168 son designados a partir de ternas, o sea, que el arzobispo propone tres nombres al Gran Duque, quien elige uno de ellos para el puesto canónico. 9 de los beneficios tienen derecho alterno de recomendación; 47 son disputados. Los salarios de los párrocos y clérigos beneficiados son fijados de acuerdo a las necesidades reales de la vida. El ingreso de parroquias pobres recibe un subsidio anual estatal a veces alcanza los $50,000.

Órdenes y congregaciones.

Las órdenes y congregaciones masculinas tienen prohibido hacer fundaciones en el Gran Ducado de Baden. En relación a la población, el número de órdenes y congregaciones femeninas es pequeño, además de que el gobierno se opone rabiosamente a la creación de nuevas fundaciones. Existen representaciones de las siguientes congregaciones de enseñanza: las Hermanas del Santo Sepulcro en Baden-Baden, las Hermanas Dominicas en Constanza, las Hermanas Cisterciences en Lichtenthal, cerca de Baden-Baden, en Offenburg el Hermanas del Coro de san Agustín, de la congregación de Notre Dame (con una ramificación en Rheinburg), las Ursulinas de Villingen (con una ramal en Breisach). En total, hay 5 órdenes para la educación de niñas. Las siguientes congregaciones de atención a los enfermos tienen casa en Baden: Las Hermanas de san Vicente de Paul, con su casa central en Friburgo; las Hermanas de san Francisco, cuya casa madre está en Gengenbach; las Hermanas de la Santa Cruz, con su casa madre en Hegne, cerca de Constanza. Además, la Hermanas Vicentinas, con su casa madre en Estrasburgo; las Hermanas del Santísimo Redentor (también conocidas como Hermanas Niedebronn), cuya casa central está en Oberbronn, en Alsacia; la Hermanas Franciscanas, con casa central en Mallersdorf, Bavaria; las hermanas Josefitas de san Marx (en Alsacia), y las Hermanas de la Santa Cruz, con casa central en Estrasburgo.

Educación

Como se explicó ya antes, el sistema escolar está totalmente bajo la dirección del Estado. Consecuentemente, son pocas las escuelas puramente católicas. La formación de los futuros clérigos se lleva a cabo en el seminario arzobispal (Priester-seminar) de san Pedro, la casa (Konvikt) para estudiantes de teología de Friburgo, y cuatro gimnasios con internado en Constanza, Friburgo, Rastatt y Tauberbischofsheim. Hay una facultad de teología católica en la universidad estatal de Friburgo que cuenta con 11 profesores. En el semestre de verano de 1907 había 226 estudiantes. Las 62 instituciones gubernamentales de educación intermedia de Baden (17 gimnasios clásicos, 3 "reales", 4 preparatorias, 7 gimnasios superiores, 23 Realschulen, 8 secundarias) tenían un alumnado católico de 5,157 en 1905. 17 de las escuelas oficiales intermedias imparten educación religiosa utilizando los servicios de 26 sacerdotes con nombramiento especial (Religionslehrer). En las demás, tal educación corre a cargo del clero local. De las 11 escuelas intermedias privadas para niños, el Instituto y Escuela (Progymnasium y Realschule) de Monseñor Lender, en Sasbach, tiene carácter católico. En 1905 tenía 483 estudiantes, y 8 sacerdotes enseñaban ahí. 964 niñas católicas asistían a las 7 escuelas secundarias del gobierno ese mismo año. En las 33 escuelas secundarias privadas estudiaban 1,437 alumnas católicas. De esas instituciones, 5 eran específicamente de carácter católico, y contaban con 1,132 alumnas. El número de periódicos católicos publicados en Baden al escribir este artículo era de 25.

Instituciones de caridad.

Hay 254 instituciones hospitalarias en Baden. Cuentan con 13,800 camas. De ese número, 100 son dirigidos o atendidos directamente, por órdenes y congregaciones católicas. La diócesis de Friburgo tiene 3 orfanatorios (Riegel, Gurtweil y Walldurn). En el poblado de Herthen hay una institución para pacientes mentales, con una población de cerca de 400, atendida por las Hermanas de la Santa Cruz. Una hermandad católica dirige una gran institución para niñas y señoritas con problemas. La Sociedad de la Cruz Roja de Baden, en la que colaboran muchos católicos, tiene 34 centros de acogida para varones, con 5,500 miembros, y 333 uniones para mujeres, con 57,000 miembros. La asociación sostiene 75 centros y un personal de 470 empleados. En Baden existen 13 casas católicas para acoger a muchachas de servicio doméstico.

Sociedades Católicas.

Acerca de estas sociedades no existen estadísticas confiables. Mas podemos mencionar la Unión Popular (Volksverein) de Alemania Católica, con 27,000 miembros; las uniones de obreros católicos (150), las uniones de jornaleros católicos (53), las uniones de aprendices y clubes para jóvenes (35) y las uniones de san José (2). Friburgo es el centro de Caritas (Charitasverband) de la Alemania católica. Las principales sociedades y cofradías son: la archicofradía del Santísimo sacramento del Altar, la del Purísimo Corazón de María, las Madres Cristianas, la Liga de la Oración de Alemania, la Asociación de la Sagrada Familia, La Asociación de la Santa Infancia, la Sociedad de Bonifacio, la Sociedad Misionera Ludwig, la Sociedad de San Miguel, las sociedades de San Vicente de Paul femenil y varonil, y otras.

Los edificios católicos más importantes son las catedrales de Friburgo y Constanza, las iglesias de Ueberlingen y Breisach, y las de Baden-Baden, Salem, San Blasien, Reichenau, Gen- genbach, Bronnbach, Schwarzach, Ladenburg, Neustadt, Karlsruhe.

Bibliografía

Puede encontrarse una bibliografía completa en KIENITZ AND WAGNER, Badische Bibliothek (Karlsruhe, 1897 y 1900). Los trabajos más importantes, sobre todo los referentes a la historia eclesiástica, son: SCHOPFLIN, Historia Zaringo-Badensis (7 vols., Karlsruhe 1763-66), DUMGE, Regesta Badensia (Karlsruhe 1836); MONE, Quellensammlung der badischen Landesgesch. (4 vols., Karlsruhe, 1836); PREUSCHEN, Badische Geschichte (Karlsruhe, 1842); MONE, Die katholischen Zustande in Baden (Ratisbona 1841 y 1843); BADER Die katholische Kirche in Baden (Friburgo, 1860); LONGNER, Beitrage zur Geschichte oberrheinischen Kirchenprovinz (Tubingen, 1863); Offizielle Aktenstucke uber die Kirchen und Schulfrage in Baden (7 números, Friburgo, 1864-75); VIERORDT, Badische Geschichte bis zum Ende des Mittelalters (Tubingen, 1865); BRUCK, Die oberrheinische Kirchenprovinz (Mainz, 1868); SPOHN, Badisches Staatskirchenrecht (Karlsruhe, 1868); FRIEDBERG, Der Staat und die katholische Kirche im Grossherzogtum Baden (2a. ed., Leipzig, 1874); KORBER, Die Ausbreitung des Christentums im sudlichen Baden (Heidelberg, 1878); Das Grossherzogtum Baden (Karlsruhe, 1885); BAUMSTARK, Die kirchenpolitischen Gesetze und Verordnungen fur die romischkatholische Kirche im Grossherzogtum Baden (Karlsruhe 1888); WEECH, Badische Geschichte (Karlsruhe, 1890); HEINER, Gesetze die katholische Kirche (en Baden) betreffend (Friburgo, 1890); MAAS, Geschichte der katholischen Kirche im Grossherzogtum Baden (Friburgo, 1891); HEINER, Die kirchlichen Erlasse, Verordnungen und Bekanntmachungen der Erzdiozese Friburgo (2a. ed., Friburgo, 1898); MULLER, Badische Landtagsgesch. (Berlín, 1899-1902), I-IV; FESTER AND WITTE, Regesten der Markqrafen von Baden und Hachberg (2 vols.: Innsbruck, 1900); KRIEGER, Topographisches Worterbuch des Grossherzogtums Baden (2d ed., 2 vols., Heidelrberg, 1903-05); GONNER AND SESTER, Das Kirchenpatronatsrecht im Grossherzogtum Baden (Stuttgart, 1904); Zeitschrift fur Geschichte des Oberrheins (Karlsruhe, 1850-85), I-XXXIX; Id., nueva serie (Friburgo, 1886-92, Karlsruhe, 1893-1904, Heidelberg, 1902, ss.), I-XXII.

Los periódicos más importantes son: Zeitschrift fur Geschichte des Oberrheins (Karlsruhe desde 1850); Freiburger Diozesanarchiv (Friburgo, desde 1865); ALEMANNIA (Bonn, 1873 ss.; desde 1900 en Friburgo).

Información pública The Catholic Encyclopedia, Volume II. Publicado en 1907. New York: Robert Appleton Company. Nihil Obstat, 1907. Remy Lafort, S.T.D., Censor. Imprimatur. +John M. Farley, Arzobispo deNew York Escrito por Joseph Lins. Transcrito por Dick Meissner. Traducido por Javier Algara Cossío