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Jueves, 31 de octubre de 2024

Diferencia entre revisiones de «San Vicente»

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Diácono de Zaragoza y martirizado bajo Diocleciano en el 304; mencionado en el Martirologio romano, el 22 enero, junto a S. Anastasio el persa; honrado por los griegos, 11 Nov. Este mártir de España, tan renombrado, es representado con la dalmática de diácono, y tiene como emblemas una cruz, un cuervo, una parrilla o una hoguera. Es honrado como patrón de Valencia, Zaragoza, Portugal, etc., es invocado por vinateros, ladrilleros, y marineros y está en la letanía de los Santos. Sus Actas se leían en las iglesias de África a finales del siglo cuarto, como S. Agustín testifica en su Sermón 275. Las actuales Actas (Acta SS., III ene., 6) datan del siglo octavo o noveno y son una recopilación de la tradición. Anal. Boll., I, 259, da otra versión. Todos están de acuerdo sustancialmente con la vida contada por Prudencio (P.L., LX, 378). Nació en Zaragoza; su padre fue Eutricio (Euthicius) y su madre, Enola, natural de Huesca. Bajo la dirección de Valerio, obispo de Zaragoza, Vicente hizo grandes progresos en sus estudios. Fue ordenado diácono y comisionado para predicar en la diócesis, el obispo tenía dificultades para hablar. Por orden del gobernador Daciano, él y su obispo fueron encadenados y llevados a Valencia y estuvieron en prisión durante mucho tiempo. Entonces Valerio fue desterrado; pero Vicente fue sometido a crueles tormentos, el potro, la parrilla y la flagelación. Fue encarcelado de nuevo, en una mazmorra. Después fue colocado en una suave y lujosa cama, para quebrar su constancia, pero allí expiró.
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Su cuerpo fue echado (N.T. a un basurero) para ser devorado por los buitres, pero fue defendido por un cuervo. Daciano lanzó su cuerpo al mar (N.T. atado a una rueda de piedra de molino), pero volvió a la orilla y fue enterrado por una piadosa viuda. Después que la paz fuera restaurada para la Iglesia, se construyó una capilla sobre sus restos fuera de las murallas de Valencia. En 1175 las reliquias fueron llevadas a Lisboa; otros afirman que fueron a Castres en 864. Carmona, Bari, y otras ciudades reclaman tener sus reliquias. Childerico I llevó su estola y la dalmática a París, en 542, y construyó una iglesia en honor de S. Vicente, después llamada St-Germain-des-Prés Regimont, cerca de Bezièrs (N.T. Hacia el 540 este rey asedió Zaragoza. Pero al saber que la ciudad se había puesto bajo la protección de san Vicente, levantó el asedio y aceptó la estola y la dalmática del santo que le ofreció el obispo de Zaragoza.), tenía una iglesia del santo ya en 455. Roma tenía tres iglesias dedicadas a S. Vicente; uno cerca del S. Pedro, otra en el Trastevere y otra construida por Honorio I (625-38) y renovada por León III en 796. Una pilastra encontrada en la basílica de Salónica en Dalmacia muestra una inscripción del siglo quinto o sexto en el honor del santo (Rom. Quartalschrift, 1907, Arch. 135).
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N.T. Un brazo de San Vicente se venera desde 1970 en la Catedral de Valencia (España), fue llevada en aquel año desde Italia donde se encontraba desde la muerte allí, en el siglo XII, del obispo de Valencia, Teudovildo, cuando marchaba de peregrinación a Tierra Santa. El prelado llevaba consigo el brazo del protomártir para que le protegiera contra las adversidades del camino y poco antes de morir depositó la reliquia en la basílica de San Nicolás de la ciudad italiana de Bari.
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A principios del siglo XIX, el brazo pasó al convento de Santo Domingo del Castillo, en Venecia. Finalmente, en 1948 la reliquia llegó a manos del seglar Pietro Zampieri quien, tras investigar su origen, ofreció años después el traslado de la reliquia vicentina al entonces arzobispo de Valencia, monseñor Marcelino Olaechea. No obstante, "pareció prudente condicionar su aceptación definitiva al estudio de su autenticidad histórica, canónica, antropológica y médico-legal", según informó entonces el Arzobispado a través de su Boletín Oficial.
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En 1968, distintos exámenes de la reliquia realizados en el Instituto de Cirugía Plástica de la Universidad de Padua arrojaron resultados "positivos y concordes entre sí y con el relato de la pasión y martirio del santo, escrita en el mismo siglo de su muerte". En la investigación intervino un grupo de forenses, catedráticos de universidades italianas, médicos, sacerdotes y diversos expertos. Los estudios del brazo confirmaron, entre otros extremos, que "carece de dedo pulgar y que la piel que recubre el brazo aparece de color marrón oscuro, por probable carbonización".
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BTLER, Vidas de los Santos; STADLER, Heiligenlexicon; ALLARD, Hist. De las persecuc , IV, 237; LECLERCQ, Les Martyrs, II (París, 1903), 437.
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FRANCIS MERSHMAN
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Trascrito por Thomas M. El Barrett
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Dedicado a San Vicente
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Traducido por Quique Sancho

Revisión de 16:39 8 mar 2007

Diácono de Zaragoza y martirizado bajo Diocleciano en el 304; mencionado en el Martirologio romano, el 22 enero, junto a S. Anastasio el persa; honrado por los griegos, 11 Nov. Este mártir de España, tan renombrado, es representado con la dalmática de diácono, y tiene como emblemas una cruz, un cuervo, una parrilla o una hoguera. Es honrado como patrón de Valencia, Zaragoza, Portugal, etc., es invocado por vinateros, ladrilleros, y marineros y está en la letanía de los Santos. Sus Actas se leían en las iglesias de África a finales del siglo cuarto, como S. Agustín testifica en su Sermón 275. Las actuales Actas (Acta SS., III ene., 6) datan del siglo octavo o noveno y son una recopilación de la tradición. Anal. Boll., I, 259, da otra versión. Todos están de acuerdo sustancialmente con la vida contada por Prudencio (P.L., LX, 378). Nació en Zaragoza; su padre fue Eutricio (Euthicius) y su madre, Enola, natural de Huesca. Bajo la dirección de Valerio, obispo de Zaragoza, Vicente hizo grandes progresos en sus estudios. Fue ordenado diácono y comisionado para predicar en la diócesis, el obispo tenía dificultades para hablar. Por orden del gobernador Daciano, él y su obispo fueron encadenados y llevados a Valencia y estuvieron en prisión durante mucho tiempo. Entonces Valerio fue desterrado; pero Vicente fue sometido a crueles tormentos, el potro, la parrilla y la flagelación. Fue encarcelado de nuevo, en una mazmorra. Después fue colocado en una suave y lujosa cama, para quebrar su constancia, pero allí expiró.

Su cuerpo fue echado (N.T. a un basurero) para ser devorado por los buitres, pero fue defendido por un cuervo. Daciano lanzó su cuerpo al mar (N.T. atado a una rueda de piedra de molino), pero volvió a la orilla y fue enterrado por una piadosa viuda. Después que la paz fuera restaurada para la Iglesia, se construyó una capilla sobre sus restos fuera de las murallas de Valencia. En 1175 las reliquias fueron llevadas a Lisboa; otros afirman que fueron a Castres en 864. Carmona, Bari, y otras ciudades reclaman tener sus reliquias. Childerico I llevó su estola y la dalmática a París, en 542, y construyó una iglesia en honor de S. Vicente, después llamada St-Germain-des-Prés Regimont, cerca de Bezièrs (N.T. Hacia el 540 este rey asedió Zaragoza. Pero al saber que la ciudad se había puesto bajo la protección de san Vicente, levantó el asedio y aceptó la estola y la dalmática del santo que le ofreció el obispo de Zaragoza.), tenía una iglesia del santo ya en 455. Roma tenía tres iglesias dedicadas a S. Vicente; uno cerca del S. Pedro, otra en el Trastevere y otra construida por Honorio I (625-38) y renovada por León III en 796. Una pilastra encontrada en la basílica de Salónica en Dalmacia muestra una inscripción del siglo quinto o sexto en el honor del santo (Rom. Quartalschrift, 1907, Arch. 135).

N.T. Un brazo de San Vicente se venera desde 1970 en la Catedral de Valencia (España), fue llevada en aquel año desde Italia donde se encontraba desde la muerte allí, en el siglo XII, del obispo de Valencia, Teudovildo, cuando marchaba de peregrinación a Tierra Santa. El prelado llevaba consigo el brazo del protomártir para que le protegiera contra las adversidades del camino y poco antes de morir depositó la reliquia en la basílica de San Nicolás de la ciudad italiana de Bari.

A principios del siglo XIX, el brazo pasó al convento de Santo Domingo del Castillo, en Venecia. Finalmente, en 1948 la reliquia llegó a manos del seglar Pietro Zampieri quien, tras investigar su origen, ofreció años después el traslado de la reliquia vicentina al entonces arzobispo de Valencia, monseñor Marcelino Olaechea. No obstante, "pareció prudente condicionar su aceptación definitiva al estudio de su autenticidad histórica, canónica, antropológica y médico-legal", según informó entonces el Arzobispado a través de su Boletín Oficial.

En 1968, distintos exámenes de la reliquia realizados en el Instituto de Cirugía Plástica de la Universidad de Padua arrojaron resultados "positivos y concordes entre sí y con el relato de la pasión y martirio del santo, escrita en el mismo siglo de su muerte". En la investigación intervino un grupo de forenses, catedráticos de universidades italianas, médicos, sacerdotes y diversos expertos. Los estudios del brazo confirmaron, entre otros extremos, que "carece de dedo pulgar y que la piel que recubre el brazo aparece de color marrón oscuro, por probable carbonización".

BTLER, Vidas de los Santos; STADLER, Heiligenlexicon; ALLARD, Hist. De las persecuc , IV, 237; LECLERCQ, Les Martyrs, II (París, 1903), 437.

FRANCIS MERSHMAN

Trascrito por Thomas M. El Barrett

Dedicado a San Vicente

Traducido por Quique Sancho