Diferencia entre revisiones de «Catecismo ilustrado de la Historia Sagrada»
De Enciclopedia Católica
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[[Archivo:Pag 48.png|700px|thumb|center| La palabras: "Y descendió a los infiernos" quieren decir que el alma de Jesucristo, mientras que estuvo separada de su cuerpo, fue a visitar las almas de los justos en los limbos, donde esperaban su venida. Las almas no estaban en el cielo, porque el cielo estaba cerrado a los hombres desde el pecado de Adán, y que Jesucristo solo debía abrirlo, entrando primero Él.]] | [[Archivo:Pag 48.png|700px|thumb|center| La palabras: "Y descendió a los infiernos" quieren decir que el alma de Jesucristo, mientras que estuvo separada de su cuerpo, fue a visitar las almas de los justos en los limbos, donde esperaban su venida. Las almas no estaban en el cielo, porque el cielo estaba cerrado a los hombres desde el pecado de Adán, y que Jesucristo solo debía abrirlo, entrando primero Él.]] | ||
− | [[Archivo:Pag 49.jpg|700px|thumb|center|Díjole Jesús: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, creyendo que era el hortelano, le dijo: Señor, si lo has llevado tú, dime dónde lo has puesto, y yo lo tomaré.Díjole Jesús: ¡María! Ella, volviéndose, le dijo en hebreo: ¡Rabboní!, que quiere decir Maestro.]] | + | [[Archivo:Pag 49.jpg|700px|thumb|center|Díjole Jesús: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, creyendo que era el hortelano, le dijo: Señor, si lo has llevado tú, dime dónde lo has puesto, y yo lo tomaré. Díjole Jesús: ¡María! Ella, volviéndose, le dijo en hebreo: ¡Rabboní!, que quiere decir Maestro.]] |
[[Archivo:Pag 50.png|700px|thumb|center|Mediante estas palabras: "El tercer día resucitó de entre los muertos, se entiende que tercer día después de su muerte, Jesucristo, por efecto de su omnipotencia, reunió su alma y a su cuerpo, y salió glorioso de tumba. Se celebra la resurrección de Jesús el día de Pascua.]] | [[Archivo:Pag 50.png|700px|thumb|center|Mediante estas palabras: "El tercer día resucitó de entre los muertos, se entiende que tercer día después de su muerte, Jesucristo, por efecto de su omnipotencia, reunió su alma y a su cuerpo, y salió glorioso de tumba. Se celebra la resurrección de Jesús el día de Pascua.]] | ||
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[[Archivo:Pag 54.png|700px|thumb|center| El Espíritu Santo es la tercera persona de la Santísima Trinidad, que procede del Padre y del Hijo. El Espíritu santo descendió visiblemente sobre la tierra, el día del bautismo de Nuestro Señor, bajo la figura de una paloma, y descendió también sobre los Apóstoles, en forma de lenguas de fuego, el día de Pentecostés. Los efectos que el Espíritu Santo produjo en los Apóstoles fueron: que les dio la perfecta inteligencia de las verdades que habían aprendido de Nuestro señor, y les inspiró un celo ardiente para anunciarlas al mundo. El Espíritu Santo se comunica invisiblemente también a cada uno de nosotros por la gracias, principalmente en el sacramento de la Confirmación. El Espíritu Santo está en el cielo, sobre la tierra y en todos los lugares; pero habita de una manera especial en el alma de los justos. Debemos rezar a menudo al Espíritu Santo, porque sin su auxilio , nada podemos hacer para nuestra salvación.]] | [[Archivo:Pag 54.png|700px|thumb|center| El Espíritu Santo es la tercera persona de la Santísima Trinidad, que procede del Padre y del Hijo. El Espíritu santo descendió visiblemente sobre la tierra, el día del bautismo de Nuestro Señor, bajo la figura de una paloma, y descendió también sobre los Apóstoles, en forma de lenguas de fuego, el día de Pentecostés. Los efectos que el Espíritu Santo produjo en los Apóstoles fueron: que les dio la perfecta inteligencia de las verdades que habían aprendido de Nuestro señor, y les inspiró un celo ardiente para anunciarlas al mundo. El Espíritu Santo se comunica invisiblemente también a cada uno de nosotros por la gracias, principalmente en el sacramento de la Confirmación. El Espíritu Santo está en el cielo, sobre la tierra y en todos los lugares; pero habita de una manera especial en el alma de los justos. Debemos rezar a menudo al Espíritu Santo, porque sin su auxilio , nada podemos hacer para nuestra salvación.]] | ||
− | [[Archivo:Pag 55.jpg|700px|thumb|center| Y abriendo Felipe sus labios y comenzando por esta Escritura, le anunció a Jesús. | + | [[Archivo:Pag 55.jpg|700px|thumb|center| Y abriendo Felipe sus labios y comenzando por esta Escritura, le anunció a Jesús. Siguiendo su camino llegaron a donde había agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿Qué impide que sea bautizado? Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. Mandó parar el coche y bajaron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó. ]] |
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[[Archivo:Pag 56.png|700px|thumb|center|La gracia es un don sobrenatural, o un auxilio que Dios nos concede por pura bondad, y en vista de los méritos de Jesucristo, para ayudarnos a alcanzar nuestra salvación. Hay dos clases de gracias: la gracia habitual o santificante, y la gracia actual. La gracia habitual es una gracia que permanece en nuestra alma, y que la vuelve santa y agradable a los ojos de Dios. Podemos perder la gracia habitual, y basta un solo pecado mortal para perderla. ]] | [[Archivo:Pag 56.png|700px|thumb|center|La gracia es un don sobrenatural, o un auxilio que Dios nos concede por pura bondad, y en vista de los méritos de Jesucristo, para ayudarnos a alcanzar nuestra salvación. Hay dos clases de gracias: la gracia habitual o santificante, y la gracia actual. La gracia habitual es una gracia que permanece en nuestra alma, y que la vuelve santa y agradable a los ojos de Dios. Podemos perder la gracia habitual, y basta un solo pecado mortal para perderla. ]] | ||
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[[Archivo:Pag 60.png|700px|thumb|center|El don de inteligencia nos ayuda a conocer las verdades de la religión, y profundizar en ellas.]] | [[Archivo:Pag 60.png|700px|thumb|center|El don de inteligencia nos ayuda a conocer las verdades de la religión, y profundizar en ellas.]] | ||
− | [[Archivo:Pag 61.jpg|700px|thumb|center| | + | [[Archivo:Pag 61.jpg|700px|thumb|center| '''El don de sabiduría'''. Pablo de pue, en medio del Areópago, dijo: Atenienses, me parece que en todo sois religiosos hasta el exceso. ]] |
[[Archivo:Pag 62.png|700px|thumb|center| El don de sabiduría nos separa del mundo, y nos hace disfrutar y amar únicamente las cosas de Dios. ]] | [[Archivo:Pag 62.png|700px|thumb|center| El don de sabiduría nos separa del mundo, y nos hace disfrutar y amar únicamente las cosas de Dios. ]] | ||
− | [[Archivo:Pag 63.jpg|700px|thumb|center| | + | [[Archivo:Pag 63.jpg|700px|thumb|center|'''El don de consejo'''. Los Apóstoles presentaron dos, José, llamando Barsabas, que era apodado el Justo, y Matías. Y orando, lanzaron sus nombres a la suerte. ]] |
[[Archivo:Pag 64.png|700px|thumb|center|El don de prudencia o de consejo nos hace superar los obstáculos y las dificultades que se oponen a nuestra salvación. ]] | [[Archivo:Pag 64.png|700px|thumb|center|El don de prudencia o de consejo nos hace superar los obstáculos y las dificultades que se oponen a nuestra salvación. ]] | ||
− | [[Archivo:Pag 65.jpg |700px|thumb|center| | + | [[Archivo:Pag 65.jpg |700px|thumb|center| El don de fuerza. Lapidaron a esteban, que invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. Y poniéndose de rodillas, exclamó: Señor, no les no les imputes este pecado. Y diciendo esto se durmió. Saulo aprobaba su muerte. ]] |
[[Archivo:Pag 66.png|700px|thumb|center| El don de fuerza nos hace superar valerosamente todos los obstáculos y todas las dificultades que se oponen a nuestra santificación ]] | [[Archivo:Pag 66.png|700px|thumb|center| El don de fuerza nos hace superar valerosamente todos los obstáculos y todas las dificultades que se oponen a nuestra santificación ]] | ||
− | [[Archivo:Pag 67.jpg|700px|thumb|center| | + | [[Archivo:Pag 67.jpg|700px|thumb|center| '''El don de piedad'''. Sabemos que amamos a los hijos de Dios cuando amamos a Dios, guardamos sus mandamientos ]] |
[[Archivo:Pag 68.png|700px|thumb|center|El don de piedad nos hace dulce y amable el servicio de Dios.]] | [[Archivo:Pag 68.png|700px|thumb|center|El don de piedad nos hace dulce y amable el servicio de Dios.]] | ||
− | [[Archivo:Pag 69.jpg|700px|thumb|center| | + | [[Archivo:Pag 69.jpg|700px|thumb|center| '''El don de temor de Dios.''' Pero Pedro y Juan respondieron y dijéronles: “Juzgad por vosotros mismos si es justo ante Dios que os obedezcamos a vosotros más que a El;' porque nosotros no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.” ]] |
[[Archivo:Pag 70.png|700px|thumb|center| El don de temor de Dios nos penetra de un profundo respeto por Dios, que evita que le ofendamos. ]] | [[Archivo:Pag 70.png|700px|thumb|center| El don de temor de Dios nos penetra de un profundo respeto por Dios, que evita que le ofendamos. ]] | ||
− | [[Archivo:71.png|700px|thumb|center| ]] | + | [[Archivo:71.png|700px|thumb|center|IX Artículo del Símbolo. Creo en la santa Iglesia católica, la Comunión de los Santos. Con otras muchas palabras atestiguaba y los exhortaba diciendo: Salvaos de esta generación perversa. Ellos recibieron su palabra y se bautizaron, y se convirtieron aquel día unas tres mil almas. ]] |
[[Archivo:Pag 72.png|700px|thumb|center| La Iglesia es la sociedad de los fieles, establecida por Nuestro Señor Jesucristo, extendida por la tierra, y sometida a la autoridad de los Pastores legítimos, principalmente de nuestro Santo Padre el Papa. Los Pastores legítimos de la Iglesia son, los Obispos a los que Jesucristo encargó de instruir y gobernar su Iglesia. El Papa es el Vicario de Cristo, el sucesor de San Pedro, el Jefe visible de toda la Iglesia, y el Padre común de los Pastores y los fieles. Los Obispos son los sucesores de los Apóstoles, encargados del gobierno espiritual de las diócesis. El jefe invisible de la Iglesia es Nuestro señor Jesucristo. Jesucristo estableció a los Apóstoles y sus sucesores como Pastores de la Iglesia, cuando les dijo: "Id, enseñad a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu santo. Estaré con ustedes hasta la consumación de los siglos." Los cooperadores de los Obispos son los sacerdotes, y principalmente los Curas, colocados por los Obispos al frente de las parroquias .El cuerpo de Pastores se llama Iglesia enseñante, o simplemente la Iglesia. La Iglesia enseña a los fieles las verdades que Nuestro señor mismo enseñó a los Apóstoles. Los fieles están obligados a creer y obedecer a la Iglesia. ya que Jesucristo dijo a los Apóstoles y a sus sucesores. "Aquel que los escuche me escucha a mi, y a aquel que los desprecie, a mi me desprecia".]] | [[Archivo:Pag 72.png|700px|thumb|center| La Iglesia es la sociedad de los fieles, establecida por Nuestro Señor Jesucristo, extendida por la tierra, y sometida a la autoridad de los Pastores legítimos, principalmente de nuestro Santo Padre el Papa. Los Pastores legítimos de la Iglesia son, los Obispos a los que Jesucristo encargó de instruir y gobernar su Iglesia. El Papa es el Vicario de Cristo, el sucesor de San Pedro, el Jefe visible de toda la Iglesia, y el Padre común de los Pastores y los fieles. Los Obispos son los sucesores de los Apóstoles, encargados del gobierno espiritual de las diócesis. El jefe invisible de la Iglesia es Nuestro señor Jesucristo. Jesucristo estableció a los Apóstoles y sus sucesores como Pastores de la Iglesia, cuando les dijo: "Id, enseñad a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu santo. Estaré con ustedes hasta la consumación de los siglos." Los cooperadores de los Obispos son los sacerdotes, y principalmente los Curas, colocados por los Obispos al frente de las parroquias .El cuerpo de Pastores se llama Iglesia enseñante, o simplemente la Iglesia. La Iglesia enseña a los fieles las verdades que Nuestro señor mismo enseñó a los Apóstoles. Los fieles están obligados a creer y obedecer a la Iglesia. ya que Jesucristo dijo a los Apóstoles y a sus sucesores. "Aquel que los escuche me escucha a mi, y a aquel que los desprecie, a mi me desprecia".]] | ||
− | [[Archivo:Pag 73.jpg|700px|thumb|center| ]] | + | [[Archivo:Pag 73.jpg|700px|thumb|center|'''La Iglesia es una'''. Yo soy el buen pastor y habrá un solo pastor. Yo soy la puerta, si alguien entra a través de mí, será salvado. Enseñad a todas las naciones, enseñándoles a guardar todo lo que les he confiado. ]] |
[[Archivo:Pag 74.png|700px|thumb|center| Cristo no estableció muchas Iglesias. No estableció sino una sola, fuera de la cual no hay salvación. Hay cuatro signos de la verdadera Iglesia: Es una, santa católica y apostólica. La Iglesia es una porque los fieles que la componen tienen una misma fe, participan en los Sacramentos, y están sometidos a la misma autoridad ejercida por los Obispos, bajo la conducción de un mismo Jefe, que es nuestro santo Padre. Los que están fuera de la Iglesia, son los infieles, los herejes, los cismáticos, los apóstatas y los excomulgados. Un infiel es aquel que no está bautizado, y que no cree en Jesucristo. Un hereje es aquel que se resiste a creer en una verdad revelada por Dios, enseñada por la Iglesia como artículo de Fe. Un cismático es aquel que se separa de la Iglesia, rehusándose a reconocer a sus Pastores legítimos y a obedecerlos. Un apóstata es aquel que reniega de la fe de Jesucristo, después de haber hecho profesión. Un excomulgado es aquel que la Iglesia a separado de su comunión, a causa de sus crímenes.]] | [[Archivo:Pag 74.png|700px|thumb|center| Cristo no estableció muchas Iglesias. No estableció sino una sola, fuera de la cual no hay salvación. Hay cuatro signos de la verdadera Iglesia: Es una, santa católica y apostólica. La Iglesia es una porque los fieles que la componen tienen una misma fe, participan en los Sacramentos, y están sometidos a la misma autoridad ejercida por los Obispos, bajo la conducción de un mismo Jefe, que es nuestro santo Padre. Los que están fuera de la Iglesia, son los infieles, los herejes, los cismáticos, los apóstatas y los excomulgados. Un infiel es aquel que no está bautizado, y que no cree en Jesucristo. Un hereje es aquel que se resiste a creer en una verdad revelada por Dios, enseñada por la Iglesia como artículo de Fe. Un cismático es aquel que se separa de la Iglesia, rehusándose a reconocer a sus Pastores legítimos y a obedecerlos. Un apóstata es aquel que reniega de la fe de Jesucristo, después de haber hecho profesión. Un excomulgado es aquel que la Iglesia a separado de su comunión, a causa de sus crímenes.]] | ||
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[[Archivo:Pag 80.png|700px|thumb|center| Los bienes espirituales de la Iglesia son comunes a todos sus miembros unidos entre ellos como los miembros de un mismo cuerpo. Se da el nombre de Santos a todos los fieles, porque han sido santificados mediante el Bautismo, llamados a llevar una vida santa. Los bienes espirituales de la Iglesia son los méritos de Jesucristo, de la Santísima Virgen, y de los santos, los Sacramentos, el santo Sacrificio de la Misa, las oraciones y las buenas obras. La comunión de los Santos no existe solamente entre los fieles que están sobre la tierra, sino también entre la Iglesia triunfante, la Iglesia sufriente y la Iglesia militante. La Iglesia triunfante es la reunión de los Santos que triunfan con Jesucristo en el Cielo. La Iglesia sufriente es la Reunión de las almas justas que terminan de expiar sus pecados en los sufrimientos del purgatorio. La Iglesia militante es la reunión de los fieles que combaten sobre la tierra contra los enemigos de su salvación. La Iglesia triunfante, la Iglesia sufriente, y la Iglesia militante no forman más que una sola Iglesia cuyo Jefe Cristo, y cuyos miembros están llamados a la misma felicidad. Estamos en comunión con los Santos que están en el cielo mediante las oraciones que les dirigimos y por las gracias que nos obtienen de Dios. Estamos en comunión con las almas del Purgatorio por las oraciones y las buenas obras que ofrecemos a Dios en sufragio suyo. Los fieles sobre la tierra están en comunión entre ellos, porque las gracias que cada fiel recibe y las buenas obras que hace benefician a todos.]] | [[Archivo:Pag 80.png|700px|thumb|center| Los bienes espirituales de la Iglesia son comunes a todos sus miembros unidos entre ellos como los miembros de un mismo cuerpo. Se da el nombre de Santos a todos los fieles, porque han sido santificados mediante el Bautismo, llamados a llevar una vida santa. Los bienes espirituales de la Iglesia son los méritos de Jesucristo, de la Santísima Virgen, y de los santos, los Sacramentos, el santo Sacrificio de la Misa, las oraciones y las buenas obras. La comunión de los Santos no existe solamente entre los fieles que están sobre la tierra, sino también entre la Iglesia triunfante, la Iglesia sufriente y la Iglesia militante. La Iglesia triunfante es la reunión de los Santos que triunfan con Jesucristo en el Cielo. La Iglesia sufriente es la Reunión de las almas justas que terminan de expiar sus pecados en los sufrimientos del purgatorio. La Iglesia militante es la reunión de los fieles que combaten sobre la tierra contra los enemigos de su salvación. La Iglesia triunfante, la Iglesia sufriente, y la Iglesia militante no forman más que una sola Iglesia cuyo Jefe Cristo, y cuyos miembros están llamados a la misma felicidad. Estamos en comunión con los Santos que están en el cielo mediante las oraciones que les dirigimos y por las gracias que nos obtienen de Dios. Estamos en comunión con las almas del Purgatorio por las oraciones y las buenas obras que ofrecemos a Dios en sufragio suyo. Los fieles sobre la tierra están en comunión entre ellos, porque las gracias que cada fiel recibe y las buenas obras que hace benefician a todos.]] | ||
− | [[Archivo:Pag 81.jpg|700px|thumb|center| '''X. Artículo del Símbolo. El Perdón de los pecados.''' Recibid el Espíritu Santo; a quienes perdonareis los pecados, les serán perdonados; a quienes se los retuviereis, les serán retenidos.' | + | [[Archivo:Pag 81.jpg|700px|thumb|center| '''X. Artículo del Símbolo. El Perdón de los pecados.''' Recibid el Espíritu Santo; a quienes perdonareis los pecados, les serán perdonados; a quienes se los retuviereis, les serán retenidos.']] |
[[Archivo:Pag 82.png|700px|thumb|center|Las palabras, "La remisión de los pecados" significan que Cristo ha dado a su Iglesia el poder de perdonar los pecados. La Iglesia perdona los pecados principalmente por los Sacramentos del Bautismo y de la Penitencia.]] | [[Archivo:Pag 82.png|700px|thumb|center|Las palabras, "La remisión de los pecados" significan que Cristo ha dado a su Iglesia el poder de perdonar los pecados. La Iglesia perdona los pecados principalmente por los Sacramentos del Bautismo y de la Penitencia.]] | ||
− | [[Archivo:Pag 83.jpg|700px|thumb|center|'''XI Artículo del Símbolo. Creo en la Resurrección de la carne.''' Llega la hora en que cuantos están en los sepulcros oirán su voz. Y saldrán: los que han obrado el bien, para la resurrección de la vida, y los que han obrado el mal, para la resurrección del juicio. | + | [[Archivo:Pag 83.jpg|700px|thumb|center|'''XI Artículo del Símbolo. Creo en la Resurrección de la carne.''' Llega la hora en que cuantos están en los sepulcros oirán su voz. Y saldrán: los que han obrado el bien, para la resurrección de la vida, y los que han obrado el mal, para la resurrección del juicio.]] |
− | [[Archivo:Pag 84.png|700px|thumb|center| Este artículo del Símbolo (lo mismo que el siguiente artículo) nos hace conocer los fines últimos del hombre. Los fines últimos del hombre son: La Muerte, el cielo o el Infierno. La Muerte es la separación del alma y del cuerpo. después de la Muerte, el cuerpo se corrompe, y se vuelve polvo; pero resucitará el fin del mundo. Resucitará para que el hombre sea castigado o recompensado, completamente entero, tanto en cuerpo como en alma, porque uno y otro tomaron parte en su buenas y malas acciones. Inmediatamente después de la Muerte, nuestra alma comparece ante Dios para ser juzgada por sus buenas y malas acciones; es lo que se llama Juicio particular.Nuestra alma, después del Juicio particular a la espera del Juicio universal, van al Cielo o al infierno, o al Purgatorio, según lo merezca.]] | + | [[Archivo:Pag 84.png|700px|thumb|center| Este artículo del Símbolo (lo mismo que el siguiente artículo) nos hace conocer los fines últimos del hombre. Los fines últimos del hombre son: La Muerte, el cielo o el Infierno. La Muerte es la separación del alma y del cuerpo. después de la Muerte, el cuerpo se corrompe, y se vuelve polvo; pero resucitará el fin del mundo. Resucitará para que el hombre sea castigado o recompensado, completamente entero, tanto en cuerpo como en alma, porque uno y otro tomaron parte en su buenas y malas acciones. Inmediatamente después de la Muerte, nuestra alma comparece ante Dios para ser juzgada por sus buenas y malas acciones; es lo que se llama Juicio particular. Nuestra alma, después del Juicio particular a la espera del Juicio universal, van al Cielo o al infierno, o al Purgatorio, según lo merezca.]] |
[[Archivo:Pag 85.png|700px|thumb|center|'''XII. Artículo del Símbolo. Y la vida eterna.''' Y el Rey les dirá: En verdad os digo que cuantas veces hicisteis eso a uno de estos mis hermanos menores, a mí me lo hicisteis. Y dirá a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno, preparado para el diablo y para sus ángeles. ]] | [[Archivo:Pag 85.png|700px|thumb|center|'''XII. Artículo del Símbolo. Y la vida eterna.''' Y el Rey les dirá: En verdad os digo que cuantas veces hicisteis eso a uno de estos mis hermanos menores, a mí me lo hicisteis. Y dirá a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno, preparado para el diablo y para sus ángeles. ]] | ||
− | [[Archivo:Pag 86.png |700px|thumb|center| El Cielo, que se llama también Paraíso, es un lugar de delicias donde los Ángeles y los Santos gozan de una felicidad eterna y perfecta, mediante la contemplación y posesión de Dios. Los que van al Cielo, son los que mueren en estado de gracia, y que han satisfecho enteramente la justicia de Dios. El infierno es un lugar de tormentos donde los condenados están separados por siempre de Dios, y sufren, con los demonios, suplicios que no terminarán nunca. Los que van al Infierno son aquellos que mueren en estado de pecado mortal. El Purgatorio es un lugar de sufrimiento donde las almas de los justos terminan de expiar sus pecados antes de entrar al Cielo. Los que van al Purgatorio son los que mueren en estado de gracias, pero que no están exentos de todo pecado venial o no han satisfecho enteramente a la justicia de Dios. | + | [[Archivo:Pag 86.png |700px|thumb|center| El Cielo, que se llama también Paraíso, es un lugar de delicias donde los Ángeles y los Santos gozan de una felicidad eterna y perfecta, mediante la contemplación y posesión de Dios. Los que van al Cielo, son los que mueren en estado de gracia, y que han satisfecho enteramente la justicia de Dios. El infierno es un lugar de tormentos donde los condenados están separados por siempre de Dios, y sufren, con los demonios, suplicios que no terminarán nunca. Los que van al Infierno son aquellos que mueren en estado de pecado mortal. El Purgatorio es un lugar de sufrimiento donde las almas de los justos terminan de expiar sus pecados antes de entrar al Cielo. Los que van al Purgatorio son los que mueren en estado de gracias, pero que no están exentos de todo pecado venial o no han satisfecho enteramente a la justicia de Dios.]] |
[[Archivo:Pag 87.jpg|700px|thumb|center| II. De la esperanza. De la Oración Dominical. Acaeció que, hallándose El orando en cierto lugar, así que acabó, le dijo uno de los discípulos: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñaba a sus discípulos. Orad así Padre Nuestro que estás en los cielos. ]] | [[Archivo:Pag 87.jpg|700px|thumb|center| II. De la esperanza. De la Oración Dominical. Acaeció que, hallándose El orando en cierto lugar, así que acabó, le dijo uno de los discípulos: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñaba a sus discípulos. Orad así Padre Nuestro que estás en los cielos. ]] | ||
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[[Archivo:Pag 90.png|700px|thumb|center| Pedimos a Dios, en la Oración Dominical, todo lo que puede contribuir a su gloria, y lo que es necesario para la vida del alma y del cuerpo. Pedimos por la Gloria de Dios que su Nombre sea conocido y bendecido, que reine por su gracia en los corazones, y que los hombres le obedezcan sobre la tierra, como los Ángeles y los Santos le obedecen en el cielo. Pedimos por nosotros, en la Oración Dominical, el pan de cada día, el perdón de nuestras ofensas, la gracia de vencer las tentaciones, y de ser preservados del mal, especialmente del pecado y de la condenación eterna.'''Las palabras:''' Santificado sea tu nombre , expresan el primer sentimiento del que deben estar penetrados los verdaderos hijos de Dios, que es un celo ardiente por su gloria. Pedimos que Dios sea conocido, amado y glorificado por todas las creaturas, que los infieles salgan de las tinieblas en las que están sepultados, y sean llamados a la luz del Evangelio; que los herejes renuncien a sus errores, y sometan su espíritu al yugo de la fe; que los cismáticos dejen de sublevarse contra la autoridad legítima; que los pecadores se conviertan; que los justos perseveren en la justicia; para que toda lengua bendiga al señor, que se le rinda en todo lugar el homenaje que es debido a su majestad suprema, y que su gloria se extienda en todos los confines del universo. ]] | [[Archivo:Pag 90.png|700px|thumb|center| Pedimos a Dios, en la Oración Dominical, todo lo que puede contribuir a su gloria, y lo que es necesario para la vida del alma y del cuerpo. Pedimos por la Gloria de Dios que su Nombre sea conocido y bendecido, que reine por su gracia en los corazones, y que los hombres le obedezcan sobre la tierra, como los Ángeles y los Santos le obedecen en el cielo. Pedimos por nosotros, en la Oración Dominical, el pan de cada día, el perdón de nuestras ofensas, la gracia de vencer las tentaciones, y de ser preservados del mal, especialmente del pecado y de la condenación eterna.'''Las palabras:''' Santificado sea tu nombre , expresan el primer sentimiento del que deben estar penetrados los verdaderos hijos de Dios, que es un celo ardiente por su gloria. Pedimos que Dios sea conocido, amado y glorificado por todas las creaturas, que los infieles salgan de las tinieblas en las que están sepultados, y sean llamados a la luz del Evangelio; que los herejes renuncien a sus errores, y sometan su espíritu al yugo de la fe; que los cismáticos dejen de sublevarse contra la autoridad legítima; que los pecadores se conviertan; que los justos perseveren en la justicia; para que toda lengua bendiga al señor, que se le rinda en todo lugar el homenaje que es debido a su majestad suprema, y que su gloria se extienda en todos los confines del universo. ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 91.png|700px|thumb|center|El segundo pedido de la Oración Dominical. Llamando a los Apóstoles, los jefes del pueblo y los ancianos, y los Escribas y Anás el sumo-sacerdote, Caifás, Juan, y Alejandro, todos de la raza sacerdotal, les ordenaron que no hablaran ni enseñaran nunca en nombre de Jesús. Entonces Pedro y Juan respondieron preguntándoles si es justo delante de Dios obedecerlos más que a Dios. No podemos callar las cosas que hemos visto y oído. ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 92.png|700px|thumb|center| Mediante las palabras "Venga a nosotros tu reino", pedimos al Señor que domine sobre nuestros corazones y sobre los de todos los hombres; que sea el único amo y soberano, que nos libere de la servidumbre de nuestras pasiones y de nuestros malos hábitos; que nos envuelva con el fuego de su amor, y nos conserve puros y sin mancha a sus ojos, con el fin de que después de esta vida podamos reinar con él en su gloria, es decir, en el cielo, que es el trono de su gloria, de su majestad y de su poder. ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 93.png|700px|thumb|center| El tercer pedido de la Oración dominical: Que se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo. Como Jesús salía de Cafarnaúm, dos ciegos le siguieron, gritando y diciendo: ¡Hijo de David, ten piedad de nosotros! Y cuando llegó a la casas, los ciegos se acercaron a Él, y Jesús les dijo: ¿Creen que puedo curarlos? Y dijeron: Sí Señor. Entonces toco sus ojos, diciendo: Hágase según haz creído. ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 94.png|700px|thumb|center|Mediante las palabras: Hágase tu voluntad, pedimos a Dios: 1) Que someta nuestra voluntad a la suya en todos los acontecimientos de la vida, y que nos haga la gracia de aceptarlos con resignación, sin quejas y sin murmuraciones. 2. Que nos haga amar y observar su ley, y nos conceda los auxilio que necesitemos para cumplir su santa voluntad, haciendo todo lo que nos mande, y evitando todo lo que nos prohíbe. Agregando: en la tierra como en el cielo, expresando el deseo que nuestra obediencia sea igual de rápida y perfecta como es en el cielo la de los ángeles y los Santos. ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 95.png |700px|thumb|center|El cuarto pedido de la Oración Dominical. Danos el pan de cada día. El Señor habló a Elías diciendo: Retírate de aquí. Anda hacia el oriente, y escóndete sobre sobre las riveras del torrente de Carit, que está frente al Jordán. Y beberás del agua del torrente; he ordenado a los cuervos que te alimenten.]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 96.png|700px|thumb|center|Bajo el nombre de pan, están reunidos todos los auxilios que nos son necesarios para sostener la vida del alma y la vida del cuerpo; y como la vida del alma consiste en la unión con Dios, pedimos todo lo que es necesario para mantenerla y aumentarla en nosotros: el gusto y el amor de la palabra santa, el buen uso de los sacramentos, especialmente de la divina Eucaristía, sin la cual el alma está en un estado de muerte, y finalmente la gracia que sostiene el alma, que la fortifica, que la hace actuar y la hace vivir por Dios y con Dios. Después del alimento espiritual, pedimos en segundo lugar, lo que es absolutamente necesario para la vida del cuerpo, nuestro pan; Jesucristo quiere que hagamos este pedido para las necesidades cotidianas, con el fin de frenar los deseos de la avaricia, de desterrar del corazón de sus hijos todos los sentimientos de desconfianza y de inquietud, y de conducirlos a descansar enteramente en su providencia.]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 97.jpg|700px|thumb|center| Perdona nuestras ofensas como perdonamos a quienes hemos ofendido. Mi Padre celestial hará lo mismo con ustedes, si ustedes con perdonan a su hermano desde el fondo del corazón.]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 98.png|700px|thumb|center| A l decir: Perdona nuestras ofensas, conjuramos al Señor para que olvides nuestras iniquidades, al punto de no entrar en juicio con nosotros. Y para comprometerlo a mostrarse bueno y misericordioso con nosotros, y a perdonarnos fácilmente nuestras deudas, es decir nuestros pecados, que nos hacen deudores a su justicia, le pedimos que nos trate como tratamos a nuestros hermanos, y que nos perdone las ofensas que le hemos hecho, porque perdonamos de corazón todos los errores y todas las injusticias que se hayan podido cometer contra nosotros. ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 99.jpg|700px|thumb|center| El sexto pedido de la Oración Dominical. Y no nos dejes caer en tentación. Las mujeres de todas las ciudades cantaban y tocaban instrumentos diciendo: Saúl mató a mil, y David diez mil. Saúl se irritó mucho, y desde entonces dejó de mirar favorablemente a David. Mientras David tocaba el arpa, Saúl sostenía una lanza, y la arrojó creyendo podría atravesar a David contra la muralla.]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 100.png|700px|thumb|center| La vida es una tentación continua. estamos incesantemente expuestos a toda clase de peligros por parte del demonio, del mundo y de nosotros mismos. Estamos inclinados al mal, por una desventurada inclinación original. Para sostenernos en medio de tantos enemigos, y en el grado de debilidad al que hemos sido reducidos, tenemos necesidad, en todo momento del auxilio de la gracia de Dios. Pedimos que Dios nos auxilie nuestra debilidad con el poder de su gracia, y que no nos deje sucumbir a la tentación, abandonándonos a nosotros mismos, y al furor de nuestros enemigos; sino que si permite que seamos tentados, no sea sino para que salgamos victoriosos en el combate.]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 101.jpeg|700px|thumb|center|El sétimo pedido de la Oración Dominical: Líbranos del mal. El galló cantó: Y Pedro se acordó de lo que Jesús le había dicho: Antes de que el gallo cante, me habrás negado tres veces. Y al salir, lloró amargamente. ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 102.jpg|700px|thumb|center|Mediante las palabras: "Líbranos del mal", pedimos a Dios que nos preserve de todos los males del alma y del cuerpo. Los males del alma son el pecado y la condenación eterna. Los males del cuerpo son las enfermedades, las dolencias etc. Conjuramos al señor para que nos preserve absolutamente de los primeros, y de alejar de nosotros los segundos, a menos que nos sean absolutamente necesarias para purificarnos, para probarnos, y para hacernos trabajar en nuestra salvación; entonces le rogamos que nos conceda la gracia de soportarlos con coraje, con resignación y con paciencia, y y de hacerlos así meritorios a sus ojos. ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 103.jpg|700px|thumb|center| De la Salutación angélica y de la devoción a la Santísima Virgen. Al sexto mes, el Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una aldea de Galilea, llamada Nazareth, a una virgen, cuyo nombre era María. El Ángel se acercó hacia ella y le dijo: Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo: bendita eres entre todas las mujeres. He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra. ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 104.png|700px|thumb|center|La oración que debemos recitar con la mayor confianza, después de la Oración Dominical, es el ave María, o Salutación Angélica, que dirigimos a la Virgen. Dios te salve, María, llena eres de gracias, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. Se llama a esta oración Salutación angélica, porque comienza con las palabras con las que el Ángel Gabriel saludó a la Santísima Virgen, anunciándole que sería la Madre de Dios. Debemos tener un profundo respecto por la Santísima Virgen, porque es la madre de Dios, la Reina de los Ángeles y los hombres, y la más santa de todas las creaturas. | ||
+ | Debemos tener una tierna confianza en la Santísima Virgen, porque no es solo la madre de Jesucristo , sino que ella es también la nuestra, porque Cristo mismo, sobre la Cruz quiso que, en la persona de san Juan, su madre nos adoptara como sus hijos, cuando dijo a María: "He aquí a tu hijo", y a san Juan: "He aquí a tu madre". Para testimoniar nuestra devoción a la Santísima Virgen, debemos invocarla frecuentemente, celebrar sus fiestas con piedad, y esforzarnos por imitar sus virtudes ]] | ||
+ | |||
+ | [[Archivo:Pag 105.jpeg|700px|thumb|center| De la Salutación Angélica. María entró en casa de Zacarías, y saludó a Isabel, e Isabel exclamó: Bendita eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre. ¿Cómo es que viene a visitarme la madre de mi Señor? ]] | ||
+ | |||
+ | [[Archivo:Pag 106.png|700px|thumb|center| La oración que se dice ordinariamente después del Padre Nuestro, es el Ave María, que se dirige a la Santísima Virgen, y que se llama Salutación Angélica, porque comienza por las palabras de las que se sirvió el Ángel Gabriel, cuando vino a saludar a María y anunciarle que sería la Madre de Dios | ||
+ | Estas son las palabras: Dios te Salve, llena de gracias; el Señor es contigo; bendita eres entre todas las mujeres. Los otras palabras que componen la salutación Angélica son las de santa Isabel, cuando la Virgen fue a visitarla, y las de la Iglesia. Las palabras de Isabel son: Bendita eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre. ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 107.jpg|700px|thumb|center| María eligió la mayor parte, que no le podrá ser quitada.]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 108.png|700px|thumb|center|Las palabras de la Iglesia son las siguientes: Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 109.png|700px|thumb|center|'''El Rosario.''' En adelante todas las generaciones me llamaran bienaventurada: Porque el Todopoderoso hizo en mi grandes cosas, y su nombre es santo. ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 110.png|700px|thumb|center|El Rosario está compuesto por las más bellas oraciones vocales. Es una devoción excelente, a la que todo niño cristiano debe entregarse con dedicación, porque mediante ella honra los principales misterios de la religión. ]] | ||
+ | |||
+ | [[Archivo:Pag 111.jpg|700px|thumb|center| '''Segunda parte. De los deberes que debemos practicar'''. Yo, estoy cerca se ser inmolado, y el tiempo de mi muerte se acerca. he combatido bien, he terminado mi carrera, he mantenido la fe. ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 112.png|700px|thumb|center| La Caridad es una virtud sobrenatural por la que amamos a Dios por encima de todas las cosas, y a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Debemos amar a Dios por encima de todo porque es infinitamente perfecto, infinitamente bueno, infinitamente amable, y porque es nuestro soberano bien y nuestro último fin. ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 113.png|700px|thumb|center|'''El amor propio'''. Natán dijo a David ¿Por qué has despreciado la palabra del Señor para hacer el mal en mi presencia?]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 114.png|700px|thumb|center|Se peca contra la Caridad hacia Dios, cuando se ama cualquier cosa por encima de Dios. No nos amamos verdaderamente más que cuando trabajamos por ser felices; y solo podemos trabajar eficazmente en ser felices esforzándonos en merecer la posesión de Dios. ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 115.jpeg|700px|thumb|center| '''Del amor al prójimo.''' Tobías iba todos los días a visitar a sus padres. Les llevaba y les distribuía todo lo que podía. Alimentaba a quienes tuvieran hambre, daba ropa a los que estaban desnudos y sepultaba a los muertos, o alos que habían sido asesinados. ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 116.png|700px|thumb|center| A mar al prójimo como a sí mismo, es desearle y procurarle, en tanto sea posible, los mismos bienes que uno tiene. Por la voz prójimo, hay que entender a todos los hombres, incluso a nuestros enemigos. Estamos obligados a amar a nuestro prójimo, porque Dios nos lo ordena expresamente, y porque todos los hombre son nuestros hermanos, rescatados como nosotros, por la sangre de Jesucristo. Debemos mostrar nuestro amor para el prójimo, cumpliendo respecto de ellos las obras de misericordia, particularmente la limosna espiritual y corporal, y el perdón de las injurias. ]] | ||
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+ | [[Archivo:117.png|700px|thumb|center| Los mandamientos de Dios. Dijo el Señor a Moisés. Sube hacia mi , sobre la montaña. Ahí te daré en tablas de piedra, la ley y los mandamientos que he escrito, para que instruyas a los hijos de Israel. ]] | ||
+ | [[Archivo:118.png|700px|thumb|center| Para ser salvado, no basta haber recibido el bautismo y creer las verdades contenidas en el Símbolo. Quienes lleguen a la edad de razón, están obligados, además, a observar los mandamientos de Dios y de la Iglesia.. La señal mediante la cual podemos reconocer que amamos a Dios, es nuestra fidelidad en observar sus mandamientos. ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 119.jpg|700px|thumb|center|E l primer mandamiento. El profeta Elías, se acercó y dijo: Señor, dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, haz ver que eres el dios de Israel, y que soy tu servidor, y que he hecho todas estas cosas por mandato tuyo. Óyeme Señor, óyeme para que este pueblo aprenda que eres el señor Dios. Y el fuego del Señor cayó y consumió el holocausto.]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 120.png|700px|thumb|center|Hay diez Mandamientos de Dios, cuyos tres primeros se refieren a Dios, y los siete siguientes se refieren al prójimo. es lo que se llama Decálogo. I. Yo soy el Señor vuestro Dios, que los sacó de la tierra de Egipto, de la casa de la servidumbre. No tendrán otros dioses delante de mí. No harán imágenes talladas, ni ninguna figura ni para a dorarlas, ni para servirlas. II. No tomarán el nombre del Señor, vuestro Dios en vano. III Recuerden santificar el día del Sabbat. IV Honrad a vuestro padre y a vuestra madre, para que vivan largo tiempo sobre la tierra. V. No matarás. VI. No fornicarás. VII. No robarás. VIII No levantarás falso testimonio contra su prójimo. IX. No codiciarás la mujer de tu prójimo. X. No codiciarás su casa, ni su servidor, ni su sirvienta, ni su buey, ni su asno, ni nada que le pertenezca. El primer mandamiento nos obliga a cuatro cosas: A creer en dios. 2 A esperar en Él; 3 A Amarlo de todo corazón: A Adorarlo solo a Él. Cumplimos estas cuatro obligaciones mediante la práctica de las tres virtudes teologales: la fe, la Esperanza y la Caridad; virtudes teologales, porque se relacionan directamente a Dios. Se peca contra la Fe. 1. Cuando se duda voluntariamente de alguna verdad revelada, o cuando se rehúsa a creer lo que la Iglesia enseña ". Cuando se siente vergüenza de mostrarse cristiano, o cuando se renuncia formalmente a la Fe. Se peca contra la Esperanza o por desesperación , cuando se desespera de la salvación y de la bondad de Dios, o por presunción, cundo se abusa de su misericordia para cometer pecado y diferir la conversión. Se peca contra la caridad hacia Dios, cuando se ama alguna cosa más que a Dios. No basta adorar a Dios por actos interiores. También es necesario rendirle un culto exterior en público. Los actos de religión por los cuales rendimos a Dios un culto exterior y público, son principalmente las oraciones públicas, el Santo Sacrificio de la Misa, y en general la asistencia a los oficios y a las ceremonias de la Iglesia. se peca contra el deber de adoración, por superstición y por idolatría. ]] | ||
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+ | [[Archivo:Ñpag 121.jpg|700px|thumb|center|'''Del Ángel'''. Cuando el Ángel del Señor extendía su mano sobre Jerusalén para destruirla, el señor tuvo piedad de su aflicción, y dijo al ángel que castigaba al pueblo. Es suficiente; retira tu mano. ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 122.png|700px|thumb|center| Todos debemos amar a nuestro ángel guardián, y encomendarnos a menudo a sus inspiraciones. ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 123.jpg|700px|thumb|center|Dios dijo a Eliphas: Mi cólera se ha encendido contra ti y contra tus dos amigos. Vayan hacia mi servidor Job, y ofrezcan por ustedes un holocausto. Job, mi servidor rogará por ustedes, lo veré favorablemente, y no los castigaré según la imprudencia de sus palabras.]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 124.png |700px|thumb|center|'''Del culto de los Santos'''. Nosotros no adoramos a los santos, no adoramos más que a Dios; pero los honramos como a amigos de Dios, y nuestros intercesores ante él. La diferencia que hay entre las oraciones que hacemos a Dios y las que dirigimos a los Santos, es que pedimos a Dios que nos conceda sus gracias, en lugar de pedir a los Santos que las soliciten a Dios por nosotros. ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 125.jpg|700px|thumb|center| '''Las imágenes'''. Harás también querubines de oro a ambos lados del propiciatorio ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 126.png|700px|thumb|center|Rendimos honores a las imágenes de Nuestro señor, de la Santísima Virgen y de los santos, para honrar los misterios de la Religión o las virtudes de los Santos que esas imágenes nos representan. ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 127.jpg|700px|thumb|center| Las reliquias. Moisés cargó los huesos de José, tal como José hizo prometer a los hijos de Israel, diciendo: Dios os visitará, lleven mis huesos con ustedes. ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 128.png|700px|thumb|center|Debemos honrar las reliquias de los Santos, porque son los preciosos restos de un cuerpo que ha sido el templo del Espíritu Santo, y que debe resucitar glorioso. ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 129.png|700px|thumb|center| Del segundo mandamiento. No tomarás el Nombre de Dios en vano. No jurarás, ni nada semejante. Jefté hizo ese voto al Señor]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 130.png|700px|thumb|center| Por el segundo mandamiento, Dios prohíbe: | ||
+ | 1. Jurar en vano, 2. Blasfemar, 3. Hacer imprecaciones, 4. Faltar a los votos que se ha hecho. Jurar o hacer jurar es tomar a Dios como testigo de la verdad de lo que se afirma o de lo que se promete. Está permitido hacer juramentos en circunstancias graves, por ejemplo cuando se es llamado a la corte de justicia, o cuando el juramento es el único medio de probar la verdad. Jurar en vano es: 1. Prestar juramento sin necesidad, 2. Afirmar mediante juramento lo que se sabe que es falso, se llama perjurio, 3. comprometerse mediante juramento a realizar algo prohibido. Aquel que ja jurado hacer algo prohibido no está obligado a cumplir su juramento, porque ha cometido una falta al hacerlo, y cometería una nueva al cumplirla. Blasfemar, es decir palabras injuriosas contra Dios o contra los Santos, es, en particular profanar el santo nombre de Dios. Hacer imprecaciones, es pronunciar maldiciones contra sí mismo, contra los hombres o contra las creaturas. Un voto es una promesa que se hace a Dios, con intención de obligarse rigurosamente. es un gran pecado no cumplir los votos que se hacen. No debe hacerse ningún voto sin antes haber reflexionado bien, y sin haber pedido consejo.]] |
Revisión de 13:36 20 may 2024