Diferencia entre revisiones de «Catecismo ilustrado de la Historia Sagrada»
De Enciclopedia Católica
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[[Archivo:Pag 90.png|700px|thumb|center| Pedimos a Dios, en la Oración Dominical, todo lo que puede contribuir a su gloria, y lo que es necesario para la vida del alma y del cuerpo. Pedimos por la Gloria de Dios que su Nombre sea conocido y bendecido, que reine por su gracia en los corazones, y que los hombres le obedezcan sobre la tierra, como los Ángeles y los Santos le obedecen en el cielo. Pedimos por nosotros, en la Oración Dominical, el pan de cada día, el perdón de nuestras ofensas, la gracia de vencer las tentaciones, y de ser preservados del mal, especialmente del pecado y de la condenación eterna.'''Las palabras:''' Santificado sea tu nombre , expresan el primer sentimiento del que deben estar penetrados los verdaderos hijos de Dios, que es un celo ardiente por su gloria. Pedimos que Dios sea conocido, amado y glorificado por todas las creaturas, que los infieles salgan de las tinieblas en las que están sepultados, y sean llamados a la luz del Evangelio; que los herejes renuncien a sus errores, y sometan su espíritu al yugo de la fe; que los cismáticos dejen de sublevarse contra la autoridad legítima; que los pecadores se conviertan; que los justos perseveren en la justicia; para que toda lengua bendiga al señor, que se le rinda en todo lugar el homenaje que es debido a su majestad suprema, y que su gloria se extienda en todos los confines del universo. ]] | [[Archivo:Pag 90.png|700px|thumb|center| Pedimos a Dios, en la Oración Dominical, todo lo que puede contribuir a su gloria, y lo que es necesario para la vida del alma y del cuerpo. Pedimos por la Gloria de Dios que su Nombre sea conocido y bendecido, que reine por su gracia en los corazones, y que los hombres le obedezcan sobre la tierra, como los Ángeles y los Santos le obedecen en el cielo. Pedimos por nosotros, en la Oración Dominical, el pan de cada día, el perdón de nuestras ofensas, la gracia de vencer las tentaciones, y de ser preservados del mal, especialmente del pecado y de la condenación eterna.'''Las palabras:''' Santificado sea tu nombre , expresan el primer sentimiento del que deben estar penetrados los verdaderos hijos de Dios, que es un celo ardiente por su gloria. Pedimos que Dios sea conocido, amado y glorificado por todas las creaturas, que los infieles salgan de las tinieblas en las que están sepultados, y sean llamados a la luz del Evangelio; que los herejes renuncien a sus errores, y sometan su espíritu al yugo de la fe; que los cismáticos dejen de sublevarse contra la autoridad legítima; que los pecadores se conviertan; que los justos perseveren en la justicia; para que toda lengua bendiga al señor, que se le rinda en todo lugar el homenaje que es debido a su majestad suprema, y que su gloria se extienda en todos los confines del universo. ]] | ||
− | [[Archivo:Pag 91.png|700px|thumb|center| | + | [[Archivo:Pag 91.png|700px|thumb|center|El segundo pedido de la Oración Dominical. Llamando a los Apóstoles, los jefes del pueblo y los ancianos, y los Escribas y Anás el sumo-sacerdote, Caifás, Juan, y Alejandro, todos de la raza sacerdotal, les ordenaron que no hablaran ni enseñaran nunca en nombre de Jesús. Entonces Pedro y Juan respondieron preguntándoles si es justo delante de Dios obedecerlos más que a Dios. No podemos callar las cosas que hemos visto y oído. ]] |
[[Archivo:Pag 92.png|700px|thumb|center| Mediante las palabras "Venga a nosotros tu reino", pedimos al Señor que domine sobre nuestros corazones y sobre los de todos los hombres; que sea el único amo y soberano, que nos libere de la servidumbre de nuestras pasiones y de nuestros malos hábitos; que nos envuelva con el fuego de su amor, y nos conserve puros y sin mancha a sus ojos, con el fin de que después de esta vida podamos reinar con él en su gloria, es decir, en el cielo, que es el trono de su gloria, de su majestad y de su poder. ]] | [[Archivo:Pag 92.png|700px|thumb|center| Mediante las palabras "Venga a nosotros tu reino", pedimos al Señor que domine sobre nuestros corazones y sobre los de todos los hombres; que sea el único amo y soberano, que nos libere de la servidumbre de nuestras pasiones y de nuestros malos hábitos; que nos envuelva con el fuego de su amor, y nos conserve puros y sin mancha a sus ojos, con el fin de que después de esta vida podamos reinar con él en su gloria, es decir, en el cielo, que es el trono de su gloria, de su majestad y de su poder. ]] | ||
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[[Archivo:Pag 96.png|700px|thumb|center|Bajo el nombre de pan, están reunidos todos los auxilios que nos son necesarios para sostener la vida del alma y la vida del cuerpo; y como la vida del alma consiste en la unión con Dios, pedimos todo lo que es necesario para mantenerla y aumentarla en nosotros: el gusto y el amor de la palabra santa, el buen uso de los sacramentos, especialmente de la divina Eucaristía, sin la cual el alma está en un estado de muerte, y finalmente la gracia que sostiene el alma, que la fortifica, que la hace actuar y la hace vivir por Dios y con Dios. Después del alimento espiritual, pedimos en segundo lugar, lo que es absolutamente necesario para la vida del cuerpo, nuestro pan; Jesucristo quiere que hagamos este pedido para las necesidades cotidianas, con el fin de frenar los deseos de la avaricia, de desterrar del corazón de sus hijos todos los sentimientos de desconfianza y de inquietud, y de conducirlos a descansar enteramente en su providencia.]] | [[Archivo:Pag 96.png|700px|thumb|center|Bajo el nombre de pan, están reunidos todos los auxilios que nos son necesarios para sostener la vida del alma y la vida del cuerpo; y como la vida del alma consiste en la unión con Dios, pedimos todo lo que es necesario para mantenerla y aumentarla en nosotros: el gusto y el amor de la palabra santa, el buen uso de los sacramentos, especialmente de la divina Eucaristía, sin la cual el alma está en un estado de muerte, y finalmente la gracia que sostiene el alma, que la fortifica, que la hace actuar y la hace vivir por Dios y con Dios. Después del alimento espiritual, pedimos en segundo lugar, lo que es absolutamente necesario para la vida del cuerpo, nuestro pan; Jesucristo quiere que hagamos este pedido para las necesidades cotidianas, con el fin de frenar los deseos de la avaricia, de desterrar del corazón de sus hijos todos los sentimientos de desconfianza y de inquietud, y de conducirlos a descansar enteramente en su providencia.]] | ||
− | [[Archivo:Pag 97.jpg|700px|thumb|center| | + | [[Archivo:Pag 97.jpg|700px|thumb|center| Perdona nuestras ofensas como perdonamos a quienes hemos ofendido. Mi Padre celestial hará lo mismo con ustedes, si ustedes con perdonan a su hermano desde el fondo del corazón.]] |
− | [[Archivo:Pag 98.png|700px|thumb|center| | + | [[Archivo:Pag 98.png|700px|thumb|center| A l decir: Perdona nuestras ofensas, conjuramos al Señor para que olvides nuestras iniquidades, al punto de no entrar en juicio con nosotros. Y para comprometerlo a mostrarse bueno y misericordioso con nosotros, y a perdonarnos fácilmente nuestras deudas, es decir nuestros pecados, que nos hacen deudores a su justicia, le pedimos que nos trate como tratamos a nuestros hermanos, y que nos perdone las ofensas que le hemos hecho, porque perdonamos de corazón todos los errores y todas las injusticias que se hayan podido cometer contra nosotros. ]] |
− | [[Archivo:Pag 99.jpg|700px|thumb|center| ]] | + | [[Archivo:Pag 99.jpg|700px|thumb|center| El sexto pedido de la Oración Dominical. Y no nos dejes caer en tentación. Las mujeres de todas las ciudades cantaban y tocaban instrumentos diciendo: Saúl mató a mil, y David diez mil. Saúl se irritó mucho, y desde entonces dejó de mirar favorablemente a David. Mientras David tocaba el arpa, Saúl sostenía una lanza, y la arrojó creyendo podría atravesar a David contra la muralla.]] |
− | [[Archivo:Pag 100.png|700px|thumb|center| ]] | + | [[Archivo:Pag 100.png|700px|thumb|center| La vida es una tentación continua. estamos incesantemente expuestos a toda clase de peligros por parte del demonio, del mundo y de nosotros mismos. Estamos inclinados al mal, por una desventurada inclinación original. Para sostenernos en medio de tantos enemigos, y en el grado de debilidad al que hemos sido reducidos, tenemos necesidad, en todo momento del auxilio de la gracia de Dios. Pedimos que Dios nos auxilie nuestra debilidad con el poder de su gracia, y que no nos deje sucumbir a la tentación, abandonándonos a nosotros mismos, y al furor de nuestros enemigos; sino que si permite que seamos tentados, no sea sino para que salgamos victoriosos en el combate.]] |
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+ | [[Archivo:Pag 101.jpeg|700px|thumb|center|El sétimo pedido de la Oración Dominical: Líbranos del mal. El galló cantó: Y Pedro se acordó de lo que Jesús le había dicho: Antes de que el gallo cante, me habrás negado tres veces. Y al salir, lloró amargamente. ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 102.jpg|700px|thumb|center|Mediante las palabras: "Líbranos del mal", pedimos a Dios que nos preserve de todos los males del alma y del cuerpo. Los males del alma son el pecado y la condenación eterna. Los males del cuerpo son las enfermedades, las dolencias etc. Conjuramos al señor para que nos preserve absolutamente de los primeros, y de alejar de nosotros los segundos, a menos que nos sean absolutamente necesarias para purificarnos, para probarnos, y para hacernos trabajar en nuestra salvación; entonces le rogamos que nos conceda la gracia de soportarlos con coraje, con resignación y con paciencia, y y de hacerlos así meritorios a sus ojos. ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 103.jpg|700px|thumb|center| De la Salutación angélica y de la devoción a la Santísima Virgen. Al sexto mes, el Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una aldea de Galilea, llamada Nazareth, a una virgen, cuyo nombre era María. El Ángel se acercó hacia ella y le dijo: Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo: bendita eres entre todas las mujeres. He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra. ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 104.png|700px|thumb|center|La oración que debemos recitar con la mayor confianza, después de la Oración Dominical, es el ave María, o Salutación Angélica, que dirigimos a la Virgen. Dios te salve, María, llena eres de gracias, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. Se llama a esta oración Salutación angélica, porque comienza con las palabras con las que el Ángel Gabriel saludó a la Santísima Virgen, anunciándole que sería la Madre de Dios. Debemos tener un profundo respecto por la Santísima Virgen, porque es la madre de Dios, la Reina de los Ángeles y los hombres, y la más santa de todas las creaturas. | ||
+ | Debemos tener una tierna confianza en la Santísima Virgen, porque no es solo la madre de Jesucristo , sino que ella es también la nuestra, porque Cristo mismo, sobre la Cruz quiso que, en la persona de san Juan, su madre nos adoptara como sus hijos, cuando dijo a María: "He aquí a tu hijo", y a san Juan: "He aquí a tu madre". Para testimoniar nuestra devoción a la Santísima Virgen, debemos invocarla frecuentemente, celebrar sus fiestas con piedad, y esforzarnos por imitar sus virtudes ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 105.jpeg|700px|thumb|center| De la Salutación Angélica. María entró en casa de Zacarías, y saludó a Isabel, e Isabel exclamó: Bendita eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre. ¿Cómo es que viene a visitarme la madre de mi Señor? ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 106.png|700px|thumb|center| La oración que se dice ordinariamente después del Padre Nuestro, es el Ave María, que se dirige a la Santísima Virgen, y que se llama Salutación Angélica, porque comienza por las palabras de las que se sirvió el Ángel Gabriel, cuando vino a saludar a María y anunciarle que sería la Madre de Dios | ||
+ | Estas son las palabras: Dios te Salve, llena de gracias; el Señor es contigo; bendita eres entre todas las mujeres. Los otras palabras que componen la salutación Angélica son las de santa Isabel, cuando la Virgen fue a visitarla, y las de la Iglesia. Las palabras de Isabel son: Bendita eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre. ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 107.jpg|700px|thumb|center| María eligió la mayor parte, que no le podrá ser quitada.]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 108.png|700px|thumb|center|Las palabras de la Iglesia son las siguientes: Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 109.png|700px|thumb|center|'''El Rosario.''' En adelante todas las generaciones me llamaran bienaventurada: Porque el Todopoderoso hizo en mi grandes cosas, y su nombre es santo. ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 110.png|700px|thumb|center|El Rosario está compuesto por las más bellas oraciones vocales. Es una devoción excelente, a la que todo niño cristiano debe entregarse con dedicación, porque mediante ella honra los principales misterios de la religión. ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 111.jpg|700px|thumb|center| '''Segunda parte. De los deberes que debemos practicar'''. Yo, estoy cerca se ser inmolado, y el tiempo de mi muerte se acerca. he combatido bien, he terminado mi carrera, he mantenido la fe. ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 112.png|700px|thumb|center| La Caridad es una virtud sobrenatural por la que amamos a Dios por encima de todas las cosas, y a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Debemos amar a Dios por encima de todo porque es infinitamente perfecto, infinitamente bueno, infinitamente amable, y porque es nuestro soberano bien y nuestro último fin. ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 113.png|700px|thumb|center|'''El amor propio'''. Natán dijo a David ¿Por qué has despreciado la palabra del Señor para hacer el mal en mi presencia?]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 114.png|700px|thumb|center|Se peca contra la Caridad hacia Dios, cuando se ama cualquier cosa por encima de Dios. No nos amamos verdaderamente más que cuando trabajamos por ser felices; y solo podemos trabajar eficazmente en ser felices esforzándonos en merecer la posesión de Dios. ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 115.jpeg|700px|thumb|center| '''Del amor al prójimo.''' Tobías iba todos los días a visitar a sus padres. Les llevaba y les distribuía todo lo que podía. Alimentaba a quienes tuvieran hambre, daba ropa a los que estaban desnudos y sepultaba a los muertos, o alos que habían sido asesinados. ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 116.png|700px|thumb|center| A mar al prójimo como a sí mismo, es desearle y procurarle, en tanto sea posible, los mismos bienes que uno tiene. Por la voz prójimo, hay que entender a todos los hombres, incluso a nuestros enemigos. Estamos obligados a amar a nuestro prójimo, porque Dios nos lo ordena expresamente, y porque todos los hombre son nuestros hermanos, rescatados como nosotros, por la sangre de Jesucristo. Debemos mostrar nuestro amor para el prójimo, cumpliendo respecto de ellos las obras de misericordia, particularmente la limosna espiritual y corporal, y el perdón de las injurias. ]] | ||
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+ | [[Archivo:117.png|700px|thumb|center| Los mandamientos de Dios. Dijo el Señor a Moisés. Sube hacia mi , sobre la montaña. Ahí te daré en tablas de piedra, la ley y los mandamientos que he escrito, para que instruyas a los hijos de Israel. ]] | ||
+ | [[Archivo:118.png|700px|thumb|center| Para ser salvado, no basta haber recibido el bautismo y creer las verdades contenidas en el Símbolo. Quienes lleguen a la edad de razón, están obligados, además, a observar los mandamientos de Dios y de la Iglesia.. La señal mediante la cual podemos reconocer que amamos a Dios, es nuestra fidelidad en observar sus mandamientos. ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 119.jpg|700px|thumb|center|E l primer mandamiento. El profeta Elías, se acercó y dijo: Señor, dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, haz ver que eres el dios de Israel, y que soy tu servidor, y que he hecho todas estas cosas por mandato tuyo. Óyeme Señor, óyeme para que este pueblo aprenda que eres el señor Dios. Y el fuego del Señor cayó y consumió el holocausto.]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 120.png|700px|thumb|center|Hay diez Mandamientos de Dios, cuyos tres primeros se refieren a Dios, y los siete siguientes se refieren al prójimo. es lo que se llama Decálogo. I. Yo soy el Señor vuestro Dios, que los sacó de la tierra de Egipto, de la casa de la servidumbre. No tendrán otros dioses delante de mí. No harán imágenes talladas, ni ninguna figura ni para a dorarlas, ni para servirlas. II. No tomarán el nombre del Señor, vuestro Dios en vano. III Recuerden santificar el día del Sabbat. IV Honrad a vuestro padre y a vuestra madre, para que vivan largo tiempo sobre la tierra. V. No matarás. VI. No fornicarás. VII. No robarás. VIII No levantarás falso testimonio contra su prójimo. IX. No codiciarás la mujer de tu prójimo. X. No codiciarás su casa, ni su servidor, ni su sirvienta, ni su buey, ni su asno, ni nada que le pertenezca. El primer mandamiento nos obliga a cuatro cosas: A creer en dios. 2 A esperar en Él; 3 A Amarlo de todo corazón: A Adorarlo solo a Él. Cumplimos estas cuatro obligaciones mediante la práctica de las tres virtudes teologales: la fe, la Esperanza y la Caridad; virtudes teologales, porque se relacionan directamente a Dios. Se peca contra la Fe. 1. Cuando se duda voluntariamente de alguna verdad revelada, o cuando se rehúsa a creer lo que la Iglesia enseña ". Cuando se siente vergüenza de mostrarse cristiano, o cuando se renuncia formalmente a la Fe. Se peca contra la Esperanza o por desesperación , cuando se desespera de la salvación y de la bondad de Dios, o por presunción, cundo se abusa de su misericordia para cometer pecado y diferir la conversión. Se peca contra la caridad hacia Dios, cuando se ama alguna cosa más que a Dios. No basta adorar a Dios por actos interiores. También es necesario rendirle un culto exterior en público. Los actos de religión por los cuales rendimos a Dios un culto exterior y público, son principalmente las oraciones públicas, el Santo Sacrificio de la Misa, y en general la asistencia a los oficios y a las ceremonias de la Iglesia. se peca contra el deber de adoración, por superstición y por idolatría. ]] |
Revisión de 13:29 29 abr 2024